31 julio 2005

La conversión de un médico abortista brasileño



La estación de radio Rainha da Paz transmitió recientemente el testimonio de un médico brasileño que se dedicaba a realizar abortos y que cayó en la cuenta de sus crímenes cuando su propia hija murió al intentar abortar. Éstas son sus palabras:

«Mi madre era una simple costurera que trabajaba hasta las madrugadas para ayudar a mi padre. Mi padre era una guardia nocturno. Por eso se pueden imaginar el sacrificio que hicieron para tener un hijo médico. Luego escogí la ginecología y la obstetricia.

«Entre las mayores dificultades enfrentadas como médico recién formado, choqué con la realidad de lo que es mi profesión. En un largo tiempo los médicos se vuelven ricos, y yo quería más, quería enriquecerme y tener más dinero. Fue así como violé el juramento que hice cuando me formaba para dar la vida, para salvar la vida. Ayudé a muchos niños a venir al mundo, pero también a muchos de ellos no les permití nacer y me enriquecí escondido tras la máscara de la vitalidad.

«Puse un consultorio que en poco tiempo se convirtió en el más visitado de la región. ¿Y saben qué es lo que hacía? Abortos. Y, como todos los que cometen el crimen, me decía a mí mismo que todas las mujeres tienen el derecho de escoger y que era mejor que fueran ayudadas por un médico para no correr los riesgos de ir a una clínica clandestina donde los índices de muertes son alarmantes.

«Y fue así, en un ciego e inhumano oficio de medicina, que construí una familia con muchos bienes, muy rica, a la que nada le faltaba. Mis padres murieron con la ilusión de que su hijo era un doctor bien logrado, exitoso. Crié a mis hijas con el dinero manchado con la sangre de inocentes y fui el más despreciable de los humanos. Mis manos, que debieron ser bendecidas para la vida, trabajaron para la muerte.

«Sólo paré cuando Dios, en su sabiduría infinita, rasgó mi conciencia e hizo sangrar a mi corazón con la misma sangre de todos los inocentes que no dejé nacer. Mi hija menor, Leticia, dejó de respirar por una infección generalizada luego de haberse sometido a un aborto. Ella, de 23 años de edad, salió embarazada y buscó el mismo camino de tantas otras que me fueron a buscar: el camino del aborto. Y sólo supe de esto cuando ya nada se podía hacer. Al lado del lecho de muerte de mi hija vi las lágrimas de todos esos angelitos que yo maté. Mientras ella esperaba la muerte, yo agonizaba junto a ella. Fueron seis días de sufrimiento para que, en el séptimo, ella partiese hacia el encuentro con su hijo, al cual un médico asesino le impidió nacer.

«Cansado por las noches que pasé al lado de mi hija, yo soñé que andaba por un lugar absolutamente oscuro y muy húmedo, en el que quería respirar pero no podía. Yo quería salir desesperadamente, pero fui envuelto por un lugar en donde el estruendo me dejaba atónito. Eran los llantos dolidos de los niños que, como si un rayo me cortase por la mitad, veía en mi entendimiento: los llantos eran de dolor, eran los lamentos de los angelitos que yo no dejé nacer. Era la triste consecuencia de mis actos sin pensar, esos llantos que gritaban: ¡Asesino!, ¡Asesino!

«Asustado para salir de aquel lugar, pasé mi mano por mi rostro para secar mi sudor, ¡y mis manos se mancharon de sangre! Aterrorizado grité con toda la fuerza que me quedaba un pedido de perdón: ¡Dios me perdone! Sólo así logré respirar nuevamente y me acordé de que era tiempo de acoger y valorar el último respiro de mi hija, que murió por las consecuencias de la infección que le produjco el aborto.

«Dios me hizo entender que a partir del momento de la fecundación del óvulo existe vida, por lo que entendí que soy un asesino. No sé si algún día Dios me va a perdonar, pero para restar mi culpa y mi dolor vendí mi consultorio y todos los bienes que conseguí con la práctica del aborto; con ese dinero construí una casa de amparo para madres solteras, y me dedico hoy a atender y practicar ¡una medicina de verdad!

«Hoy soy médico de los pobres, de los desamparados y desvalidos, y los niños que vienen al mundo a través de mis manos son hijos que adopto pues sé que tengo una sola misión: traer la vida al mundo y dar condiciones para que los niños tengan un lugar feliz donde el padre es Jesús. Recen por mí, recen para que Dios tenga piedad de mí y me perdone, porque tengo la seguridad de que participaré del juicio final».

ABORTO

29 julio 2005

La conversión científica de Bernard Nathanson



"El Rey del Aborto" defiende ahora el derecho a la vida del feto

Después de ser uno de los principales promotores de la legislación del aborto en los Estados Unidos, hasta el punto de ser conocido en Nueva York como "el rey del aborto", el Dr. Bernard Nathanson experimentó un cambio radical. El conocimiento de los avances médicos que demuestran la existencia de una vida humana en el feto le abrió los ojos.

Un hombre que ha realizado personalmente casi cinco mil abortos, afirma ahora: "Dramáticamente tengo que reconocer que el feto no es un trozo de carne: es un paciente".

I. Una amiga embarazada

Mi interés por el aborto comenzó a raíz de mi paso por la Facultad de Medicina y de la experiencia, casi obligada, de tener una amiga que quedó embarazada. En aquella época era casi imposible obtener un aborto; finalmente lo logramos, pero el sujeto que lo realizó era un charlatán que por poco la mató. Después siguieron algunos años de práctica en obstetricia y ginecología ocho años, para ser exacto. Fue entonces cuando se despertó en mí una gran sensibilidad por lo penoso de la situación de aquellas mujeres que se exponían a lesiones graves e, incluso, a la muerte, en los abortos practicados clandestinamente. Y en el período siguiente, de 1957 a 1967, ejerciendo ya como médico, me reafirmé en mi creencia de que era necesario cambiar las leyes que prohibían el aborto, por considerarlas restrictivas e injustas.

II. El éxito de una campaña propagandística

Así que en 1968 organicé un grupo llamado Asociación Nacional para la Renovación de las Leyes del Aborto. A nuestros contrincantes los cogimos durmiendo. En esta organización, que unió todas las fuerzas que había entonces en pro del aborto, ideamos una serie de tácticas para nuestra campaña. Le dijimos al público que de diez a quince mil mujeres morían cada año debido a los abortos clandestinos. De hecho, sabíamos por nuestras investigaciones que el número era más bien de doscientas o trescientas. Inventamos también lemas sumamente persuasivos y agresivos, como "la mujer tiene derecho al dominio de su propio cuerpo", "libertad de elección", "la conspiración católica" y otros similares.

Tuvimos un éxito extraordinario. Trabajamos con un presupuesto de siete u ocho mil dólares anuales, echamos por tierra la ley en el Estado de Nueva York en dos años. Gracias a una telaraña de mentiras y calculada intriga, logramos tener, por vez primera en Estados Unidos, una ley que permitía absolutamente el aborto. Hicimos de Nueva York la capital del aborto en el país, mientras que mis colegas me calificaban en la prensa como el "rey del aborto". Por supuesto, no nos consideramos satisfechos simplemente como haber logrado la despenalización del aborto. Aspirábamos a poner en marcha toda una operación masiva, que permitiera a cualquier mujer –también a las pobres- obtener un aborto barato, rápido y seguro. Y establecimos una clínica bajo el nombre de Centro de Salud Sexual y la Reproducción, un eufemismo bastante bueno para lo que a fin de cuantas se convirtió en matadero. Durante la época en que fui director de la clínica se practicaron 60,000 abortos, aproximadamente 120 diarios.

Yo mismo, personalmente, he realizado cerca de cinco mil abortos a lo largo de mi vida. La clínica generaba uno ingresos de cinco millones de dólares anuales. De hecho, entonces era la única instalación de ese tipo. De 1970 a 1972, atraíamos a mujeres de la mitad Este de los Estados Unidos, y jamás volverá a darse una experiencia tan concentrada en un solo punto, ya que la sentencia de Tribunal Supremo (en 1973) levantó las restricciones al aborto en todos los Estados.

III. El ataque contra la iglesia Católica

Otra táctica muy importante fue presentar la oposición al aborto como injerencia de la iglesia Católica. No se trataba de fustigar al Papa porque el centrar la atención en un solo hombre podría despertar una reacción de simpatía. Desechemos también condenar a todos los católicos porque esto diluiría el tema demasiado. Además, íbamos a necesitar algunas mujeres católicas para llevarlas al frente, como escudo, para que dijeran que estaban a favor del aborto. Y así lo hicimos.

Por eso concentraremos el ataque en los obispos y altas jerarquías, un grupo lo suficientemente reducido para que absorbiera el castigo y lo bastante amplio para que fuera obvio. Ahora pienso que si en la propaganda de aquellos años, en la que arremetíamos contra la Iglesia Católica, hubiéramos sustituido la palabra "católica" por la palabra "negro" la opinión pública nos hubiera aplastado. Pero entonces se había puesto de moda fustigar a la Iglesia Católica, y nos aprovechamos de ello.

Para que un lema sea eficaz debe esgrimirse un argumento. En este caso, el de que la Iglesia no debe inmiscuirse en los asuntos del Estado. Sin embargo, todos sabemos que Martín Luther King era un ministro protestante y llevó a cabo una de las revoluciones sociales más profundas en los Estados Unidos. También recordaremos que algunas de las personas más activas en la abolición de la esclavitud en Boston fueron miembros del clero. También escucharán ustedes que el aborto es un problema médico, que debe dejarse en manos de los doctores. Pero el que el aborto sea una técnica médica no lo convierte en un problema médico, del mismo modo que la pena de muerte no es un asunto de los ingenieros electricistas por el hecho de que se use la silla eléctrica. Cada año se practican en Estados Unidos 1,300.000 abortos, a un promedio de 350 dólares por aborto, hacen 500 millones de dólares anuales, que van a parar a los bolsillos de los médicos y de los responsables de las clínicas. Dejar una cuestión como la del aborto en manos de los más interesados en ella económicamente es locura e irresponsabilidad.

IV. La farsa del aborto terapéutico

También tenemos bastantes experiencias en Nueva York sobre los comités del "aborto terapéutico", cuando antes de 1970 el aborto sólo era posible por necesidad médica. Estos comités, formados por tres doctores en cada hospital, dictaminaban sobre la validez de cada solicitud de aborto. Aquellos comités bien pronto se convirtieron en una farsa. Las solicitudes de aborto iban invariablemente acompañadas de dos certificados extendidos por psiquiatra, manifestando que la mujer en cuestión tenía tendencias suicidas a causa del embarazo.

Naturalmente, siempre que tenía una paciente que deseaba abortar, la enviaba a dos psiquiatras amigos míos. Estos extendían los certificados acostumbrados –una tarea rutinaria que no les llevaba más de cinco minutos- y cobraban los cien dólares acostumbrados. Yo enviaba los informes al comité que los revisaba les estampaba su sello y la paciente obtenía rápidamente el aborto solicitado. Los comités eran algo absolutamente vacío, invitaban al descrédito y al abuso de la ley, y cuando ésta fue abolida en 1970 se desbandaron.

Otro dato ilustrativo sobre el llamado "aborto terapéutico" es el cambio que se produjo en 1976, cuando el Congreso aprobó una enmienda en virtud de la cual sólo podrían ser financiados con fondos públicos los abortos motivados por violación, incesto o porque estuvieran en peligro la vida de la madre. En pocos meses, el porcentaje de abortos sufragados por el Estado cayó a un 2%. Estaba claro que la inmensa mayoría de los abortos no respondían a ninguna "necesidad medica".

V. Los avances científicos me abrieron los ojos

Renuncié al cargo de director del "Centro de Salud Sexual y la Reproducción" a fines de 1972, no porque estuviera desilusionado del aborto o porque tuviera serias dudas, sino porque tenía demasiados compromisos, estaba minando mis fuerzas y me sentía casado. Cuatro meses después me pidieron que organizara y dirigiese el servicio de embriología y perinatología en el hospital St. Luke’s, uno de los más importantes de Nueva York, perteneciente a la Universidad de Columbia. Esta unidad engloba las disciplinas médicas que estudian el ciclo de vida, los hábitos, la psicología, la sensibilidad y la fisiología del feto.

Esta nueva rama de la Medicina ha sido posible gracias a los logros de ciertas tecnologías, como el ultrasonido, la inmunoquímica, el marcador de corazón de feto y otras técnicas muy complejas. Allí tuve ocasión de entrar en contacto con estos avances que han venido a arrojar luz sobre el obscuro campo de la vida del feto.

Cuando era estudiante de Medicina en la Universidad de McGill de Canadá, manejábamos un libro de texto conocido como Williams. Todavía hoy es un texto clásico en medicina. La edición que yo utilicé era 1947, hacía la octava y tenía 22 páginas dedicadas al feto, del total de 750 u 800 páginas de que contestaba el libro. Actualmente se encuentra en su decimosexta edición, publicada en 1980. Tiene 137 páginas sobre fisiología del feto y otras 127 sobre diagnósticos de enfermedades embrionarias, esto hace aproximadamente una tercera parte del libro, lo que es un índice de la importancia que ha cobrado el estudio del feto en los últimos ocho o diez años, desde que se constituyó la ciencia de la embriología.

Desde que comprobé con absoluta claridad, gracias a nuevas técnicas, que el feto respira, que duerme con unos ciclos de sueño perfectamente definidos, que es sensible a los sonidos se ha comprobado que reacciona de distinta manera ante diferentes tipos de música, al dolor y a cualesquiera otros estímulos que ustedes y yo podemos percibir, me resultó insoslayable que el feto es uno de nosotros, de nuestra comunidad, que es una vida: una vida que debe ser protegida.

Incluso mujeres que están decididamente en pro del aborto, cuando estén embarazadas y se someten a pruebas tales como un ultrasonido, saldrán impresionadas. Es tremenda la sacudida que se recibe al ver al feto tan cerca, en el monitor, moviéndose, respirando, chupándose el dedo o rascándose la nariz ya a los dos meses y medio o tres de vida.

Es una revelación conmovedora, y estoy convencido de que pasar por esta experiencia se convertirá en el argumento más poderoso para detener la matanza. La falsedad de los lemas abortistas ¿Qué queda, pues, de los slogans abortistas?. Tomemos ése de la "Libertad de elección". Todos estamos a favor de la elección. Siempre y cuando, claro está, que la elección sea una elección ética. Si una de las alternativas no es éticamente aceptable, la elección no soporta el escrutinio: de hecho, no es una elección, y por tanto, la "libertad de elección" es lema vacío.

Supongamos que estoy en quiebra: puedo elegir entre trabajar para pagar dinero, o robar un banco, o asaltarle a usted para quitarle la cartera; pero las dos últimas no son elecciones éticas. El del "derecho al dominio del propio cuerpo" es otro lema de gran atractivo. Hoy gracias a la inmunología, se sabe con absoluta certeza que el feto no es una gran parte del cuerpo de la madre. Los glóbulos blancos de la sangre son capaces de reconocer cualquier cuerpo extraño al organismo y de poner en marcha los mecanismos de defensa para destruirlo.

Cuando el feto se implanta en la pared del útero, el sistema inmunológico materno reacciona para expulsar al intruso, pero, naturalmente, el feto está dotado de un delicado método de defensa ante esta reacción. En algunos casos la defensa no es tan eficaz como debiera, y el feto es expulsado y se malogra. Esto muestra que el feto no es una parte del cuerpo de la madre. Simplemente está ahí como huésped de paso y ella no puede disponer sobre él.

VI. "No soy un hombre religioso"


No soy un hombre religioso; de hecho no he estado en un templo desde los trece años. Pero si quiero decirles que hemos de detener ese proceso ineficaz y destructivo, cuyo resultado es una mayor disolución de la familia. Debemos reafirmar el amor entre nosotros, especialmente para el ser más pequeño e indefenso. Ahora veo el aborto como un mal, indefendible éticamente, a la luz de nuestros actuales conocimientos sobe el niño aún no nacido.

Dr. Bernard Nathanson

Extracto de la conferencia pronunciada por Bernard Nathanson en Canberra (Australia) en febrero de 1981, patrocinada por la Asociación Para el Derecho a la Vida.

ABORTO: Un millَn de muertos

28 julio 2005

Testimonio de "Rivanolito"




Rivanolito es el sobrenombre por el cual muchos conocen a este joven de 15 años en un gran hospital de Cuba. Se trata de un joven común y corriente, excepto por el detalle de su sobrenombre.

Ocurrió que la madre de este joven tenía más de 35 años de edad e hijos ya mayores cuando tuvo este embarazo. Por todo esto, y por la posibilidad de que el niño presentara alguna malformación congénita u otra anomalía como el Síndrome de Down, el médico aconsejó el aborto. Fue así que la madre decidió someterse al Rivanol, un método de interrupción tardía del embarazo que consiste en administrar a la embarazada, a través del cuello del útero mediante una sonda, una sustancia de color amarillo mostaza llamada Rivanol, la cual produce fuertes contracciones y provoca la expulsión del niño fuera del claustro materno. Con frecuencia este nace vivo y llorando.

Pero sucedió que el día que esta señora fue sometida al método, la enfermera habitual de esa sala no fue a trabajar y en su lugar se encontraba otra que no tenía experiencia en esta clase de trabajo. Fue así que cuando la enfermera vio que la mujer expulsó "el producto de la concepción" (que es como en ese medio se les llama a los niños abortados) y escuchó su llanto, no hizo lo habitual en estos casos, que es abandonar al niño para que por su inmadurez pulmonar muera rápidamente. Enternecida por su llanto, corrió con él en brazos al Departamento de Cuidados Intensivos de Neonatología donde, casualmente, se encontraba de guardia un médico pro vida que dio al niño el tratamiento adecuado.

Rivanolito es hoy un adolescente que asiste a la escuela secundaria, sólo padece asma en grado leve y continúa atendiéndose con el médico que le salvó de la muerte

ABORTO: Un millَn de muertos

Ayuda a la mujer que se ha practicado un aborto


Esperanza y sanación para la mujer que ha abortado

Por el Pbro. Gilberto Gómez Botero

Hablo desde mi propia experiencia como sacerdote. En treinta y siete años de ministerio son muchas las mujeres - y también muchos de sus cómplices - las que han venido a buscar mi ayuda, a confesarse y a pedirme la absolución de sus pecados de aborto. Durante casi todo mi ministerio sacerdotal he tenido la delegación episcopal para absolver de este pecado, reservado por el Derecho Canónico. Y creo que he observado cuidadosamente las orientaciones que me da la Iglesia para ejercer el ministerio en este campo particularmente difícil.

Pero sólo fue hace algún tiempo cuando descubrí que tenía que hacer más. Y no sabía cómo hacerlo. No tenía muchos recursos para desempeñarme, carecía de los conocimientos y de las claves. Pero comencé a aprender. Algo he aprendido y continúo aprendiendo. Porque en este terreno todos somos aprendices.

Fue precisamente cuando un día llegó a mi oficina una joven, a quien llamaré Lucía, conocida por mi amistad con su familia, y a quien consideraba y trataba como amiga. Me preguntó que si podía y quería dedicarle un buen rato, porque quería hablar conmigo algo muy personal. Le dije que sí, que la escuchaba. Se produjo un silencio, para mí largo e incómodo. E inesperado. Porque ella era muy extrovertida y me trataba con mucha confianza. Por la expresión de su rostro me di cuenta que las palabras no salían de su garganta. Que tenía como un nudo que no lograba soltar. Después de unos interminables minutos me preguntó si me imaginaba de qué me iba a hablar. Yo le dije que me imaginaba que se trataba de su noviazgo y sus cuitas amorosas, como en otras oportunidades. Ella me dijo que no era de eso y que llevaba tres años esperando este momento. Pero que no lograba decidirse a hacerlo y que hoy era el día.

Hacía cinco años ella había quedado embarazada como resultado de una aventura con un joven que yo conocía. Al darse cuenta de su estado, le hizo saber a él que estaba esperando. De inmediato su novio le dijo que quién sabe de quién sería ese hijo, porque de él no era, que lo mejor era que abortara. Que él no podía asumir responsabilidades con ella. Lucía tenía pánico de enterar a sus padres, por la severidad de su papá y la frágil salud emocional de su mamá. Se sentía sola y vivía en el silencio su tragedia. Sintió hasta deseos de no seguir viviendo. Se atrevió a comentarle el asunto a una tía suya. Y ella de inmediato la convenció de que abortara.

Por ese tiempo Lucía tenía 24 años y había abandonado toda práctica religiosa. Era respetuosa con la orientación espiritual de los suyos. Pero ella misma había borrado a Dios de su vida.

En el momento de realizarse el aborto Lucía estaba convencida de que había tomado una decisión correcta, más aún, pensaba que no tenía ninguna otra opción. Y durante mucho tiempo no hizo otra cosa que repetirse a sí misma que no tenía por qué preocuparse, que no se trataba de una vida humana, que era sólo un puñado de células, casi como un quiste, lo que le habían extraído de la matriz.

Pero, sin embargo, los días siguientes al aborto no se acabaron las pesadillas. En medio de su sueño perturbado oía niños que lloraban, se miraba a sí misma como un criminal que no merecía respeto ni merecía vivir. En sus largas y dolorosas vigilias se decía a sí misma que esto no podría haberle pasado a ella, que no era más que una horrible pesadilla. Pero al salir el sol la luz no disipaba los horrores de su espíritu. Estaba al borde de la desesperación. Y todo esto lo sufría sola.

Se volvió a Dios, pero siempre tenía miedo de que El no la perdonara. Acudió al sacramento de la penitencia y confesó su pecado. Estaba arrepentida. El sacerdote que la escuchó en confesión le aseguró que el perdón que la Iglesia le otorgaba por su ministerio era el perdón que Dios le ofrecía. Muchas veces más siguió confesando su pecado, pero no llegaba la paz a su alma. Su alma estaba herida.

Sin que nadie se enterara, acudió a varios sicólogos clínicos que trataron de ayudarle a elaborar su duelo. Pero el recurso que estos profesionales le aplicaron era como una especie de anestesia cuyo efecto duraba poco o ni siquiera obraba. Tenía una gran herida en el alma y no había encontrado algo que la sanara. Hacía lo posible por mantener compostura frente a los suyos y frente a sus amistades. Pero se había tornado distante y melancólica. Su madre pensaba que todo esto se debía a que no había sido afortunada en el amor.

Lucía estaba perdonada por Dios. Y por años había venido expiando su pecado. Ella lo sabía. Era una idea clara en su cerebro, pero no era una convicción que hubiera entrado en su corazón.

Ese día vi claro que Lucía la pecadora era también otra víctima del aborto. A veces olvidamos eso y descargamos sobre la mujer todo el peso de la responsabilidad de este horrible crimen. Cuando sabemos que a su alrededor están otros que también son responsables, y quizás más que ella. Y son responsables por acción o por omisión, pero no se sienten culpables, porque parece que se exige de la mujer abortadora que cargue ella sola con todo el peso de la culpa y de la responsabilidad, cuando los otros corresponsables se lavan las manos como Pilato.

Lucía era otra víctima de su aborto. Su alma estaba medio muerta y su corazón medio paralizado porque estaba herido. Ese día ella me dejó ver las hondas heridas no cicatrizadas que seguían sangrando después de años. La Iglesia le había ofrecido el perdón de Dios, pero ella continuaba sin sanarse y sin perdonarse a sí misma.

Acompañé a Lucía en ese largo proceso de sanación, pero no como un carismático sanador que tuviera habilidades para orientar el proceso de sanación, sino como un testigo y como un aprendiz. Como testigo vi que cuando las fuerzas humanas y los recursos de la ciencia tocan sus propios bordes y no pueden ir lejos, la gracia del Señor realiza prodigios. Y como aprendiz pude aprender muchas cosas que después me han servido para seguir siendo testigo y seguir siendo aprendiz acompañando a otras jóvenes que han venido en busca de mi ayuda.

Quiero repetir, para dejar en claro, que no soy ni me considero un experto. Y esto lo afirmo no por modestia sino por realismo. Hasta el momento no conozco ningún experto en este campo. No niego que los pueda haber. Pero no los conozco. Si los conociera estaría tranquilo para remitirle los casos que me lleguen.

¿Qué aprendí con Lucía?

1. Que ante todo tengo que estar disponible para acoger a estas personas. Lo más cómodo para mí y también lo más acertado sería remitir estos casos a un profesional en quien se pueda confiar desde el punto de vista profesional y ético. Pero el hecho es que ella está allí y yo también. Por alguna razón me buscó y me está pidiendo ayuda. No puedo volver las espaldas a una mujer que está herida. No puedo pasar de largo como el levita que iba de Jerusalén a Jericó. El samaritano humanitario es un ejemplo que me reta como sacerdote.

2. He aprendido que lo que estas mujeres requieren es nuestra escucha y no nuestras fórmulas salvadoras. Lo que necesita esa mujer que nos busca es alguien que le escuche los crueles detalles de su historia. Alguien que no la condene y que le dé una palabra de esperanza. Tal vez, como ocurrió con Lucía, es la primera vez que se atreve a dejar asomar la realidad dolorosa de su alma. Y mientras uno la escucha, puede uno observar que ella se está escuchando a sí misma decir cosas que nunca había dicho a nadie antes. Habla de su experiencia con su novio, cuando le contaba que estaba embarazada, quién pagó por el aborto, dónde ocurrió, qué sintió y cómo está viviendo su experiencia. Y creo que una de las claves más importantes para prevenir el embarazo indeseado (pero sí buscado) y el aborto es aprender a enfrentar el trauma Postaborto. Y esto sólo se logra escuchando de primera mano las crueles realidades que rodean al aborto.

3. He aprendido que estas mujeres no buscan racionalizaciones que les anestesien el alma por un momento, porque la anestesia dura poco o no obra en nada. Ella no necesita que le digan que "eso" no era un sér humano, sino sólo un puñado de células, como un quiste menudo, y que por tanto no vale la pena inquietarse por eso. Y ella misma ya ha tratado de administrarse unas dosis de anestesia. El resultado de estos procedimientos para "desculpabilizar" es con frecuencia pasajero o, lo que es peor, producen una insensibilización ética que se extiende como una mancha de aceite y les cubre otros sectores de la vida. Ellas necesitan que les ayuden a abrir una brecha por la cual dejar asomar el alma y escaparse así de su negación.

De ordinario el aborto es un acontecimiento muy personal y privado. Por eso es posible que la mujer no llegue nunca a expresar el duelo que la atormenta. Su sufrimiento puede llegar a interiorizarse y expresarse en otras formas. Si no se le da el tiempo y se le ofrece la oportunidad para que exprese el duelo, es posible que este nunca se resuelva y se enquiste y continúe manifestándose en formas cada vez más patológicas. Necesita que la dejen expresar la tristeza de su duelo. Nadie se lo ha favorecido hasta ahora. Llora en secreto por la pérdida de un sér que estaba muy cercano a ella y que tal vez sólo ahora toma conciencia de lo que ese pequeño sér significaba para ella en las más profundas capas de su alma.

El duelo es una reacción emocional muy compleja que afecta a la persona muchas veces en su vida. El duelo no puede evitarse; pero debe ser aceptado, enfrentado y resuelto para volver a funcionar adecuadamente en la vida, luégo de un período en que se permite a la mujer dejar ver su tristeza, o que ella misma se lo haya permitido.

4. He aprendido a preguntar, pero no tanto para coleccionar información sino para ayudarle a la mujer a comprenderse mejor a sí misma, para que logre dejar salir su dolor y la vergüenza que lleva reprimida. Tal vez por primera vez ella puede abrirse y compartir sobre su aborto y una pregunta oportuna y delicada abre la brecha para que ella pueda hablar. Escuchar no es sólo una actitud pasiva y paciente. Es también interés y esto se puede demostrar cuando hacemos preguntas adecuadas.

5. He aprendido que acompañar significa asumir el tiempo y el ritmo vital de estas mujeres cuyo proceso puede ser largo y difícil. Porque es complejo. Y lo que por naturaleza es complejo no se puede simplificar arbitrariamente.

6. También he aprendido que en el manejo del trauma Postaborto la mujer debe enfrentar cinco sectores relacionales en los cuales debe desplegar su capacidad de comprensión, de perdón y descargarse de los odios reprimidos. Estos sectores son: Dios, la Iglesia u otra comunidad de apoyo, los otros (médico, padres, novio o marido, consejeros y cualesquiera que la hubieran animado al aborto; el bebé muerto y ella misma.

a) Ante todo Dios. No sé si se pueda dar el proceso de sanación del aborto sin tocar la relación con Dios. Honestamente creo que no. Lo que sé es que en estas circunstancias la mujer lucha por relacionarse con Dios a medida que la experiencia del aborto le pesa más. Se da cuenta de que necesita de alguien que la salve, porque ella no puede salvarse a sí misma. Es frecuente que la experiencia del aborto sirva como punto de partida para una nueva experiencia de Dios. Y esta experiencia al principio es dolorosa porque está marcada por la ambivalencia: busca al Dios Padre que perdona, pero su mente sólo le entrega la imagen del Dios vengador que le cobra la vida destruída. Se pasa fácilmente de la esperanza a la duda y de la duda a la desesperanza. Y vienen los reclamos a Dios, a quien se le culpa porque ocurrió el embarazo. Una joven me decía: "Mi hermana lleva ocho años buscando el embarazo y en cambio yo quedé embarazada muy fácilmente. ¿Por qué no le daría Dios ese bebé a mi hermana, que sí lo quería?".

Un dolor sin esperanza desemboca en una cruel y a veces fatal desesperación. "¿Dios sí me perdonará?". "Yo quisiera escuchar una palabra de perdón de parte de El para seguir viviendo". En cambio cuando brilla una luz de esperanza, de esa esperanza que sólo puede darnos la fe, entonces la vida vuelve a tener sentido. La reconciliación con Dios comienza cuando, abandonando el falso camino de la negación de los hechos, reconocemos que hicimos algo que contraría el plan de Dios y decidimos corregir nuestro rumbo.

b) La Iglesia o la comunidad de pertenencia. El aborto es un crimen contra los seres humanos, contra la familia humana a la cual pertenecemos. La Iglesia Católica posee una reconciliación sacramental formal. No es necesario que ella publique su pecado. Pero sí conviene que ante alguien que tenga autoridad moral e institucional reconozca su falta y se reconcilie con esa comunidad humana.

c) Otros. En primer lugar los padres. Muchas veces ellos, aún sin proponérselo, por acción o por omisión, son factores decisivos en la comisión del aborto. Yo sé muy bien que esto deja en el alma de la mujer una herida muy difícil de sanar y que persiste por mucho tiempo. Luégo está el corresponsable del embarazo: novio, amigo, lo que sea. Cada caso es una historia. Se largó, quiso casarse y de pronto hasta lo hizo, empujó al aborto o se mantuvo neutral. Esta herida en la mujer dura por años y con frecuencia evoluciona muy mal en las parejas casadas, si no trabajan este punto y lo llevan hasta el perdón y la reconciliación. Consejeros, amigos, parientes, el que la acompañó a la clínica, quien la animaba a abortar. "¿Si estas personas realmente se preocupaban por mí, por qué no me detuvieron?"

d) El hijo abortado. Son muchas las preguntas que están en la mente de la mujer que abortó y deben tenerse en cuenta: "¿Dónde estará mi hijo?¿Será que me ama aún después de lo que le hice?". Las respuestas dependen de nuestra formación religiosa. Una respuesta es que el niño es feliz en el cielo, que no sufre, y que un día se reunirá con ella. Aunque manejemos estos temas, tenemos que dejarla expresar sus fantasías. Ella siempre quiere decir a su bebé: "Yo quisiera no haberlo hecho. ¿Puedes amarme todavía?" Pero ella necesita poderlo compartir también con alguien. Me he dado cuenta de que, cuando estas mujeres hacen algo por un niño que no es suyo, comienzan a sentir que están redimiendo su pasado y que lo que ellas hagan en este sentido, en nombre del bebé abortado, tiene cierto poder para exorcizar su angustia.

e) Perdonarse a sí misma es el punto más difícil en todo este proceso de sanación. Es frecuente que la mujer se eche encima toda la culpa, inclusive la de los otros. Entre negar la culpa que se tiene y echarse toda la culpa hay un término medio que no siempre es fácil de lograr. Pero hay que hacerlo. Quisiera conocer un método para lograrlo pero no lo conozco. Sólo sé que es la oración la que abre el camino, o un testimonio de fe lo que nos ayuda a saltar la valla y perdonarnos a nosotros mismos. Pero no tengo las claves para esto. Sólo sé que ha ocurrido y que es un paso importante que la mujer tiene que dar. A veces es sólo cuando la mujer llega a convencerse de que Dios sí nos ha perdonado y recibe el apoyo de otras personas cuando comienza a verse a sí misma desde otro ángulo, como hija de Dios a quien el Señor ama y comprende, cuando mejoran su autoimagen y su autoestima.

Los pasos hacia el perdón y la sanación.

Entre las muchas cosas que he leído sobre el tema, llegó a mis manos un artículo escrito por una mujer que firma bajo el seudónimo de Loraine Alison y que fue publicado en la revista americana Marriage & Family (enero 1990 - pgs.7-9). La autora, una mujer casada, describe minuciosamente su experiencia del aborto provocado, así como el proceso de sanación. El título del artículo es de por sí ya muy sugestivo: "¿Hay derecho a vivir después de cometer un aborto?". Y luego el subtítulo nos entrega una clave muy valiosa: "El deseo de ser perdonada y de sanarse emocionalmente es el punto de partida".

Para mí constituye un aporte muy valioso, que ilumina mucho este difícil proceso. Lo traduje al español y copias del mismo se las he dado a muchas mujeres que se debaten en la lucha para lograr su sanación espiritual.

Quiero destacar lo que me parece más importante: los pasos del proceso de sanación. La sanación es un resultado que no se puede manipular a voluntad. Sólo se pueden poner circunstancias favorables para que éste opere. Y considero que conocer los pasos puede ayudar.

Ante todo, ella es testigo de primera mano de su propia historia. Y por eso afirma:

"¿Puede una mujer experimentar el perdón y la sanación después de un aborto? Por mi propia experiencia yo sé que esto es posible si hay un deseo sincero de ser perdonada y sanada emocionalmente. No se trata de un procedimiento fácil o instantáneo, pero lo puede lograr quienquiera que busque verdaderamente la misericordia de Dios. El mismo procedimiento puede aplicarse a todos aquellos que estuvieron implicados indirectamente en el hecho del aborto: esposo, novio, padres, profesionales, médicos y psicólogos, a todos los que se hallan afligidos y sufren las heridas consecuentes de un aborto provocado. Aquí resumo brevemente los pasos que fueron necesarios para mí y para otras mujeres que fueron víctimas de esta tragedia" (los párrafos que siguen son textuales de la autora).

1. Experimentar el proceso de duelo. El duelo es un sentimiento sano. Es un momento triste e incómodo pero hay que vivirlo necesariamente. Al involucrarme activamente en estos programas de recuperación, he aprendido que el camino hacia la reintegración de la persona es muy arduo. La cólera, la incapacidad para perdonar a todos los que directa o indirectamente se implicaron en el aborto, la culpabilidad, la tristeza indecible por la destrucción del bebé, se entrelazan en la experiencia. Pero uno debe llegar a sobreponerse a estos sentimientos y reconocer el duelo como parte del proceso que conduce a la sanación.

2. Deseo de perdonarse uno a sí mismo. El perdón de sí mismo es quizá la fase más difícil de todo este recorrido. Uno ha reducido a añicos su propia imagen, creyendo haber cometido el más detestable de los pecados. Muchas de nosotras sentimos la necesidad de castigarnos a nosotras mismas a consecuencia del aborto cometido. Con frecuencia muchas lo hacemos inconscientemente; porque no podemos perdonarnos, sentimos que se ahonda en nosotras la necesidad de autodestruírnos. Al experimentar personalmente el amor de Dios y su perdón, he descubierto que Dios no es el Juez iracundo que yo veía en El cuando era niña, sino que es un Dios que quiere que yo esté en paz y que se acabe mi propio silencioso sufrimiento. Dios sabía que, como seres humanos que somos, íbamos a cometer el pecado, pero Dios, como padre amoroso que es, está dispuesto al perdón. Si nos proponemos reflexionar detenidamente en ese amor que El nos tiene poco a poco encontraremos la fuerza que necesitamos para perdonarnos a nosotros mismos.

Durante el embarazo nuestro pensamiento se halla obnubilado por el dolor y el pesar. Con esta torcida manera de pensar tomamos esa terrible decisión: aborto. Ponemos por obra la decisión y aquí ya no es posible volver atrás. Para nada nos sirve pasarnos el resto de la vida odiándonos a nosotras mismas y cargando nuestras miserias. Pero buscar el perdón, experimentarlo y permitirle a Dios que nos sane, puede dar otra vez sentido a nuestra vida y comunicarnos la capacidad de vibrar ante el sufrimiento que otros padecen - o pueden padecer - como hemos sufrido nosotras mismas. Cumplimos así el mandamiento de "amarnos unos a otros" cuando compartimos nuestras experiencias de perdón y de sanación con aquellas que no las han vivido todavía.

3. Aceptar que uno sí cometió un pecado. Cuando por fin uno ha llegado a perdonarse a sí mismo, ya ha superado un gran obstáculo. Confiando que hemos sido perdonados, buscamos que se termine el sufrimiento y el dolor que nos hemos infligido nosotros mismos y comenzamos a caminar hacia la sanación. Admitimos nuestro pecado y nos responsabilizamos de la acción que hemos cometido. Al declararnos autores de nuestro pecado, podremos experimentar una gran sensación de alivio, larga mente esperada. "En verdad lo hice. No puedo deshacer lo que hice pero espero ser perdonada". Háblele a Dios; El comprende y reconoce el verdadero arrepentimiento. Si no tiene una oración propia suya, le ofrezco ésta que yo empleé:

"Padre Celestial, vengo ahora a confesarte el pecado de aborto que he cometido. Por mis propias acciones he traído el tormento y la muerte a mi hijo y mucha tribulación a mí misma. Te ruego, Señor, me perdones. Al reconocer que por mi propia voluntad he destruído mucho en mi propia vida, te pido tu ayuda para vivir de acuerdo con el plan que tienes para mí. Como tu hija que soy, te pido que sanes cada parte de mi mente y de mi cuerpo que sufre todavía de las consecuencias del aborto y dame tu paz. Te agradezco el amor que me tienes y la piedad que me demuestras. En el nombre de Jesús. Amén".

Recuerde que Dios, con el amor de un perfecto padre, desea mucho más que uno mismo, que el sufrimiento que padecemos termine. Indudablemente que vamos a experimentar momentos de angustia y dolor por ese bebé que nunca tuvimos en nuestros brazos, al que nunca le prodigamos cuidados. Pero la sanación es un proceso continuo.

3. Decidirse a perdonar a otros. Tal vez el marido, el novio o los padres hayan presionado para cometer el aborto o retiraron su apoyo durante este tormentoso momento de nuestras vidas. La desaparición de los sentimientos de amargura y de rabia es parte de la sanación. Necesitamos pedir a Dios ayuda para perdonar a todas las personas que hayan podido influír en la decisión de abortar. Necesitamos perdonar al personal de la clínica de abortos. A veces esto parece imposible, pero con la ayuda de Dios se torna posible.

4. Experimentar la realidad. Para muchas de nosotras el tiempo que sigue al aborto es un tiempo de negación. Este mecanismo de defensa se apodera de nuestros cuerpos y de nuestras mentes hasta que seamos capaces de manejar este tremendo dolor y esa sensación de pérdida. Cuando por fin somos capaces de lograrlo, debemos enfrentar el dolor y poner cara a la realidad de nuestra acción. Y hacerlo paso a paso. No importa lo doloroso que pueda ser, es parte del proceso de sanación.

5. Establecer una relación con el niño abortado. Esto es algo íntimo y a la vez doloroso que hay que hacer. Pensando que el niño abortado fue justamente eso - un niño - uno puede comenzar a hablarle durante los momentos tranquilos. La aflicción que tal vez uno llegue a sentir puede ser ciertamente saludable y es sin duda necesario experimentarla para lograr perdonarse a sí misma. En estos momentos uno tiene que abrirse a sus propios sentimientos. Es posible que estas serenas conversaciones se llenen de lágrimas y dolor, pero abrirán el camino a la sanación y al perdón.

6. Llegar a otros. Cada una de nosotras decide cómo alcanzar a otras personas. Cuando nos ponemos en contacto con otras personas que están heridas, surgen sentimientos agradables, positivos, respecto de nosotras mismas. El mismo perdón y la misma sanación que estamos experimentando pueden ofrecérseles a ellas también. Y una decisión que debemos tomar en consideración cada una de nosotras es la de comprometernos en la lucha contra la legalización del aborto. El perdón y la sanación que hemos conocido nos darán, sin duda, la fuerza para compartir con otros esa paz que hemos logrado.

Cada día yo pido a Dios que me dé un corazón capaz de compadecerse de las personas que se hieren a sí mismas, especialmente de aquellas que sufren a consecuencia del aborto. Cuando uno llega por fin a sanarse de este tremendo dolor, lo que uno más quiere es compartir esta esperanza con quienes todavía no han llegado a experimentarla".

Conclusión

Lo que he aprendido en la consejería postaborto es que realmente el que sana es Dios. Nosotros somos sus ayudas y es un gran privilegio poder ser la persona que la escucha en nombre del Señor, diciéndole a esa mujer atribulada: "Si puedo ayudarte, estoy dispuesto a hacerlo". Y más aún poder decirle como Jesús a la mujer adúltera: "Yo tampoco te condeno. Vete y no vuelvas a pecar" (Jn. 8-11).

El Padre Gómez es el director del Centro de Pastoral Familiar para América Latina situado en la Avenida 28 N.37-21 Bogotá, D.C.,Colombia.TELÉFONO 57-1-368.3311 - TELEFAX 57-1-368.0540. Este artículo se reproduce con su autorización. Para obtener más información sobre los temas relacionados con la vida y la familia, visite el portal de CENPAFAL en http://www.cenpafal.org.co/.

ABORTO

26 julio 2005

El útero más peligroso que las trincheras


Estados Unidos fue uno de los primeros países en legalizar el aborto, a comienzos de los años setenta. Y el balance al cabo de tres décadas es muy elocuente: más de 45 millones de fetos destruidos.

Un balance muy superior al de estadounidenses muertos en todas las guerras en las que ha intervenido la Unión (1.196.000), según el Elliot Institute News. Mientras, en nuestros días, la juez del Tribunal Supremo que votó para aprobar la ley del aborto, Sandra Day O’Conner, se retira.

La sustituye John G. Roberts, designado por el presidente Bush. De brillante trayectoria, Roberts es un defensor de la vida y su papel puede ser clave en esa decisiva batalla. El hecho de que los partidarios del aborto se muestren decepcionados ante esta elección resulta revelador.

Lo cierto es que los estragos producidos por la legislación abortista son un hecho en la sociedad norteamericana, superando a los producidos en todas las guerras de su historia.

La más cruenta fue la de Secesión (1861-1865), en la que perdieron la vida 558.052 personas (359.528 en el bando del Norte y 198.524 en el confederado); seguida de la Segunda Guerra Mundial, con 407.316 víctimas, a bastante distancia de la Primera -116.708 muertos-, debido a que en esta última los estadounidenses sólo participaron en el último año y medio de la contienda (1917 y 1918).

La de Vietnam (1962-1973), fue la guerra más impopular de la historia americana, debido a su larga duración (11 años), a que EE UU no consiguió ganar y al fuerte clima de contestación juvenil que provocó.
Se cobró más de 58.000 vidas. Una cifra superior a la de Corea (1950-1953), con 33.651 muertos. Pero aun con todo, se queda muy por debajo de la cifra de bajas causada por la legislación abortista en el seno materno.

Lo que no pudieron los obuses, ametralladoras y bombas en casi 200 años de historia, desde la Guerra de la Independencia (1776-1782), lo ha conseguido el aborto legal en menos de tres décadas.
Mentira y manipulación

Todo comenzó en los primeros años setenta. El clamor a favor del amor libre, el sexo libre y la libertad individual se oía como un estruendo. Una joven del estado de Texas, llamada Norma McCorvey, denuncia que ha sido violada por un grupo de jóvenes. Se queda embarazada. Contrata a dos abogadas, Sarah Weddington y Linda Coffee, recién graduadas por la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas. Ambas salían de las aulas con ánimos de cambiar el mundo, con aspiraciones profesionales y secretas ambiciones...

Tantas como para querer atacar la ley que prohibía el aborto. ¿Qué necesitaban? Una clienta. Convencen a Norma (a la que llaman Roe) para que luche por abortar en vez de entregar a su bebé en adopción, que era lo que se venía haciendo antaño.
850.000 vidas han sido destruidas desde que los socialistas aprobaron la ley en España
El caso fue llevado a juicio varias veces hasta llegar al Tribunal Supremo, donde se emite el fallo que legaliza el aborto en los 50 estados del país norteamericano. Mientras se litigaba el caso, la bebé que Norma McCorvey esperaba nació y fue entregada en adopción.

En 1987, la misma Norma admitió que no había sido violada y que el padre de su hija era una persona conocida. El relato sobre los pandilleros resultó ser una mentira. Igual que otros casos que han hecho que el aborto florezca en este país, como el Doe vs. Bolton.

La discusión sobre el aborto sigue causando polémica en Estados Unidos y promete ser uno de los temas calientes de los próximos años. Se considera que el próximo presidente tendrá la oportunidad de nombrar varios miembros de la Corte Suprema que puedan cambiar el rumbo de la ideología de este país.
Por Julia Urgel

Época

ABORTO

23 julio 2005

Pesticida contra el hombre


La píldora del día después (pdd) es un producto hormonal que puede contener estrógenos o progestágenos que tomado en las 72 horas siguientes, a lo que llaman un coito sin protección, imposibilita el embarazo. Se habla de coito sin protección cuando no se toman las medidas necesarias para que el encuentro natural entre el gameto masculino y femenino se produzca, pues si se encuentran tienden a unirse y puede darse el inicio de una nueva vida, y por tanto, un embarazo. Explico esto, pues parece ser que en los tiempos que corren, nos están haciendo pensar que el embarazo es algo totalmente imprevisible que puede sobrevenirle a una caminando por la calle o comprando en cualquier centro comercial. Y esto no es así pues para que “una y uno” empiecen a temer por las consecuencias embarazosas del hijo, previamente tiene que haber habido una unión sexual libre y asumida por ambos en la que todo vale menos el posible hijo.

La pdd puede actuar de dos formas diferentes según la fase del ciclo en que se encuentre la mujer. Si se toma la pdd días antes de la ovulación podría actuar como mecanismo de bloqueo de la ovulación emulando en este caso a un anticonceptivo. Si se toma la pdd en los días fértiles de la mujer su efecto va dirigido a destruir el endometrio, parte interna del útero, para que no pueda anidar el embrión, fecundado en las trompas y de viaje en estos momentos al útero para emplazarse allí para su desarrollo. Su acción en este segundo caso es abortiva. No se quiere al hijo y se actúa para eliminarlo actuando en las estructuras de soporte para su gestación: el útero materno.

¿Podemos realmente hacer dos valoraciones éticas de la pdd según el momento en que son ingeridas? ¿Cúal es el objeto siempre de la pdd? No nos dejemos confundir por las distintas posibilidades de la actuación de la pdd. Su finalidad es siempre contragestágena, esto es, se toma la pdd para que no se produzca la anidación del embrión en el útero materno. Se toma con esta finalidad siempre y de aquí su grave daño moral y personal. Nadie sabrá realmente si ha habido fecundación pero en el transfondo de su utilización se produce un daño volitivo e intencional de eliminación del hijo que preside todo el proceso.

Cuando se toma la pdd siempre cabe la posibilidad de producir el aborto de un hijo, si lo hubiere, se esté en la fase que se esté del ciclo menstrual. Las intenciones y voluntades, lo que más nos caracteriza como personas, no saben de momentos fértiles o infértiles, saben de intenciones licitas o ilícitas, de cobardías o valentías, de respetos o arrogancias, de males y bienes. El drama de la pdd está en el paso del aborto quirúrgico, doloroso y traumático, al aborto hormonal que permite incluso rechazar la idea de aborto pero que se difundirá rápidamente como el primer pesticida hormonal elaborado por los hombres contra su propia especie.

El profesor Jérôme Lejeune afirmó en 1988, cuando todavía no se fabricaba la pdd a gran escala pero que ya se pensaba en ella como la RU 486: “Se puede considerar, sin miedo a equivocarse, que, si este producto es efectivamente fabricado a gran escala, matará cada año más seres humanos de lo que hicieron juntos Hitler, Stalin y Mao-Tse-Tung”. ¡Qué razón llevaba! La pdd es la legalización del aborto en toda circunstancia y lugar y al alcance de cualquier persona, incluso menores. Ya no hacen falta leyes despenalizadoras del aborto, ni debates parlamentarios en torno al valor de la vida humana incipiente, ni recursos al Tribunal Constitucional. Parece que hayan ganado la batalla de la destrucción de vidas humanas los importantes laboratorios farmacéuticos y los políticos de turno que muestran una incapacidad patológica para descubrir valores y bienes en la conducta sexual humana, no en la forma de todo vale, sino bajo el prisma del respeto debido a todo hombre, mujer o hijo.

Las Comunidades Autónomas han tomado la delantera en este indeseado “progreso social” dentro del Estado Español ofreciendo la pdd gratis y sin necesidad de receta. Según nuestras autoridades democráticas es tan importante y benefactor este tratamiento, que la Sra. Geli, Consellera de Sanitat, lo ha puesto a salvo de posibles objetores de conciencia, asegurando que todas lo tendrán cuando lo quieran, pues la rapidez con la que se tome la pdd es la clave de su éxito.

Lo único que cabe contra este Goliat, es el ataque veraz y certero de pequeños grandes hombres que se nieguen a cargar en sus conciencias ni una sola vida por la receta, o dispensación del mayor pesticida contra el hombre que ha producido la humanidad hasta el día de hoy. La vida es bastante más seria e importante como para jugar con ella. 2004.11


Isabel Viladomiu
Psicóloga Clínica y Master en Bioética y Derecho

ABORTO: Un millَn de muertos

21 julio 2005

14 claves para un matrimonio duradero



En momentos en que sólo se habla de separaciones, Florence Kaslow sostiene algo que hoy podría considerarse casi un antitema: matrimonios de larga duración y, más encima, satisfechos.

Una materia que esta sicóloga estadounidense domina no sólo en lo profesional, sino también en lo personal: lleva 50 años de feliz matrimonio.

La doctora Kaslow es fundadora de la International Family Therapy Association, presidenta actual de la International Academy of Family Psychology y del American Board of Family Psychology. En 1991, la American Association of Marriage and Family Therapy la premió por su contribución en la terapia familiar.

En Chile ha estado en dos oportunidades,1992 y 2001, cuando vino a dictar los primeros cursos sobre mediación para familias en conflicto, al Departamento de Psiquiatría, Campus Oriente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

La investigación sobre las claves de los matrimonios duraderos, que comenzó en Estados Unidos, fue un fruto que maduró después de asistir a múltiples convenciones internacionales de expertos en terapia de pareja y familia, pertenecientes a distintas universidades.

Su trabajo fue tan novedoso, que inspiró a especialistas de Alemania, Israel, Suecia, Holanda, Sudáfrica y Chile a realizar otros similares, todos durante los últimos cinco años. "Quienes trabajamos en esto nos dimos cuenta de que nuestro esfuerzo había girado durante largo tiempo en torno a situaciones conflictivas y disfuncionales en las relaciones conyugales y familiares y que era hora de centrarnos en los aspectos saludables. Es decir, en descubrir cuáles eran los factores que influían en la satisfacción matrimonial y su mantención a través de los años, tanto en las etapas de tranquilidad como en las de conflicto".

De los resultados observables en estos estudios que incluyeron a cerca de mil parejas, llama la atención lo parecidas que son las respuestas, a pesar de las diferentes culturas y religiones. Por eso, considera la sicóloga, "es tan importante transmitirlos, especialmente a los jóvenes, para que aprendan que la convivencia matrimonial requiere de esfuerzo, sacrificio y contratos claros que les permitan tener una vida de satisfacción y con herramientas para enfrentar las crisis sin temor, saliendo de ellas fortalecidos".

Factores que unen

Los estudios con matrimonios de larga duración, formados hace 25 o más años, se llevaron a cabo en los siete países, sobre la base de entrevistas. A los encuestados se les mostró una lista de más de cuarenta razones para permanecer unidos y se les pidió que escogieran las más importantes.

1.- La institución es un contrato para toda la vida: es la concepción que sobre el matrimonio tienen las casi mil parejas estudiadas.

2.- Responsabilidad por la pareja y los hijos en común, sean biológicos o adoptados. Sienten que forman parte del proyecto común y deben cuidarlos, educarlos y quererlos toda la vida.

3.- Profesar el mismo credo o tener concepciones similares del mundo. Contar con una fuerza protectora y orientadora que consolide el matrimonio significa un gran terreno ganado.

4.- Llevarse bien con la familia de origen del cónyuge. Esto, sin embargo, teniendo muy en claro que se trata de dos grupos familiares distintos y que no se puede postergar al marido o a la esposa por los padres o los suegros.

5.- Llevarse bien con los amigos de la pareja y su círculo social fortalece y enriquece la convivencia marital.

6.- Capacidad para resolver las crisis que se dan en la vida conyugal, provocadas por los cambios que se van produciendo en lo personal, en la pareja y en lo familiar es otro de los desafíos que aprenden a vencer los matrimonios de larga duración. Eso implica diálogos profundos y periódicos, revisión de las grandes directrices de la unión, capacidad para comprender al otro, muchas veces tener que ceder o transar. "Lo que estas parejas saben es que de las crisis bien resueltas salen fortalecidas, beneficiando a la familia completa". La investigación tiene otra parte: los ingredientes que debe tener la vida conyugal para que sea satisfactoria. Entre los que señalaron las parejas en estudio, destacamos ocho. Es importante señalar que cinco de los siete países donde se hizo el estudio pusieron en primer lugar "la confianza mutua", y sólo Estados Unidos y Chile colocaron "amor" encabezando la lista.

7. La confianza, según Florence Kaslow, significa "tener fe en el otro, saber que siempre será honesto, leal, fiel, alguien con quien andar juntos por la vida".

8. Respeto: es el reconocimiento de la presencia del cónyuge como tal, aceptándolo como es: "Convivo contigo siendo tú distinto".

9. Amor y capacidad para expresarlo. Los matrimonios entrevistados reconocen que este sentimiento varía en los distintos períodos. Primero es ciego (amor-pasión), después viene uno más profundo, relacionado con el proyecto común (como tener hijos) y en el que deben jerarquizarse los afectos. Por ejemplo, es natural que la mamá les dedique más tiempo a los niños que al marido, cuando son pequeños, y él tiene que entenderlo, postergándose durante esa época. "Lo que se ve en estas parejas es que se dan siempre la oportunidad del reencuentro en el que reviven su pasión".

10. Comunicación entre los cónyuges, el abrirse al diálogo fructífero en torno a sus emociones, pensamientos, desafíos, planes y temas en conflicto, es un elemento fundamental según los entrevistados.

11. Una buena capacidad para resolver sus problemas es otra herramienta matrimonial, "sabiendo escuchar al compañero e incorporándolo en las soluciones".

12. Compartir la misma concepción del mundo, valores e intereses, se considera un punto importante para la buena relación.

13. La preocupación del uno por el otro, de sus necesidades, sentimientos y felicidad, constituye un elemento central para los felizmente casados.

14. Dejarse espacio y tiempo para estar y divertirse juntos. Las parejas encuestadas señalan que les sirve para compensar las responsabilidades familiares, muchas veces estresantes y pesadas. Ponerle una gota de humor a la relación, aunque parece un ingrediente liviano, le da sazón al matrimonio. Estos catorce factores, que permiten lograr una convivencia armónica y mantenida en el tiempo, no forman parte de una receta ni tampoco son teoría. Es la experiencia que aprendieron, espontáneamente o a costa de tropezones, caídas y recaídas, casi mil parejas de la vida real. A muchos les puede servir.

(www.puntomujer.emol.com 2005-02-08)

ABORTO: Un millَn de muertos

Julián Marías: «Es una hipocresía llamar al aborto interrupción voluntaria del embarazo»




El filósofo Julián Marías, discípulo de Ortega y autor de más de medio centenar de libros, no vacila en su condena enérgica sobre el aborto, al que considera «el máximo desprecio de la vida humana en toda la historia conocida».

- 60 millones de abortos al año en el mundo, ¿qué reflexión le sugiere este dato?

- Que se ha extendido de manera aterradora la aceptación social del aborto, el máximo desprecio de la vida humana en toda la historia conocida, y a la vez la negación de la condición personal.

- ¿Y qué le parece que se le llame «interrupción voluntaria del embarazo»?

- Me parece una expresión de refinada hipocresía. Los partidarios de la pena de muerte tienen resueltas sus dificultades. ¿Para qué hablar de tal pena, de tal muerte? La horca o el garrote pueden llamarse «interrupción de la respiración» (y con un par de minutos basta); ya no hay problema. Cuando se provoca el aborto o se ahorca no se interrumpe el embarazo o la respiración; en ambos casos «se mata a alguien». Y, por supuesto, es una hipocresía más considerar que hay diferencia según en qué lugar del camino se encuentre el niño que viene, a qué distancia de semanas o meses de esa etapa de la vida que se llama nacimiento va a ser sorprendido por la muerte.

- Usted no plantea el problema desde la fe o desde la ciencia. ¿Qué planteamiento falta?

- Uno elemental, ligado a la mera condición humana, accesible a cualquiera, independiente de conocimientos científicos o teológicos, que pocos poseen. Esta visión no puede ser otra que la antropología, fundada en la mera realidad del hombre tal como se ve, se vive, se comprende a sí mismo. Hay, pues, que intentar retrotraerse a lo más elemental, que por serlo no tiene supuestos de ninguna ciencia o doctrina, que apela únicamente a la evidencia y no pide más que una cosa: abrir los ojos y no volverse de espaldas a la realidad.

- Las feministas dicen que el cuerpo es suyo

- Pero es falso. Cuando se dice que el feto es «parte» del cuerpo de la madre, se dice una insigne falsedad, porque no es parte: está «alojado» en ella, mejor aún, implantado en ella (en ella, y no meramente en su cuerpo). Una mujer dirá: «Estoy embarazada», nunca «mi cuerpo está embarazado».

- ¿Qué es el niño aún no nacido?

- Una realidad «viniente», que llegará si no lo paramos, si no lo matamos en el camino.

- Algunos afirman la licitud del aborto cuando se cree que probablemente el que va a nacer sería anormal, física o psíquicamente.

- Pero esto implica que el que es anormal no debe vivir, ya que esa condición no es probable, sino segura. Y habría que extender la misma norma al que llega a ser anormal, por accidente, enfermedad o vejez. Si se tiene esa convicción, hay que mantenerla con todas sus consecuencias Hay quienes no se atreven a herir al niño más que cuando está oculto ¬se pensaría que protegido- en el seno materno; lo cual añade gravedad al hecho: en una época en que cuando se encuentra a un terrorista con una metralleta en la mano, todavía humeante, junto al cadáver de un hombre acribillado a balazos, se dice que es «el presunto asesino», la mera probabilidad de una anormalidad se considera suficiente para decretar la muerte del que está expuesto al riesgo de ser más o menos anormal.

- ¿Cree que la injusticia mayor que se puede cometer con un hombre es despojarlo de su esperanza?

- Siempre me han conmovido esos hombres o mujeres que, al final de su vida, rezan en la iglesia y se acercan al altar para recibir una comunión que en el antiguo rito recordaba la promesa de la vida eterna; es decir, la esperanza Hoy son muchos los que se dedican a minar esa esperanza. Lo grave es que a veces lo hacen en nombre de la «justicia social», cometiendo la más aterradora injusticia que puedo imaginar.

- Buen tema para el mes de difuntos.

- Se han debilitado las vigencias religiosas, incluso dentro del cristianismo; se ha atenuado la conciencia del dramatismo de la vida humana, de la posibilidad de salvación o condenación. Con ello, en grandes multitudes, se ha disipado la esperanza en la vida perdurable después de la muerte.

¬¿Siempre se ha sentido católico?

- Tengo el más vivo recuerdo de haberme sentido «mal», aunque siempre «dentro» de la Iglesia. Ningún «malestar» es suficiente. En todo caso, y si el malestar es muy grave, siempre me he sentido más inclinado a «que se vayan ellos» que a irme yo de aquello a que radicalmente pertenezco.

José Joaquín Iriarte - Madrid.-
LA RAZÓN. 2003-11-27 – Esp.

ABORTO: Un millَn de muertos

19 julio 2005

Hay que seguir cantando


Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebé hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de 3 años a prepararse para una nueva etapa en su vida.

Cuando supieron que el nuevo bebé sería una niña, Michael día y noche le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre, estaba encariñándose con su hermanita antes de conocerla.

El embarazo de Karen progreso normalmente. A tiempo empezó su labor de parto, pronto los dolores eran cada cinco, cada tres y finalmente cada minuto. Pero una complicación se presentó de repente y Karen tuvo horas de labor de parto, después de muchas horas de lucha la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la unidad de cuidados intensivos sección neonatal.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirles prepárense para lo peor, Karen y su esposo contactaron el cementerio local para apartar un lugar a su hijita. Ellos habían creado en su casa un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral. Sin embargo Michael les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita "Quiero cantarle les decía" una y otra vez.

Estuvieron dos semanas en terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana. Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva.

De pronto Karen se decidió. Llevaría a Michael a ver a su hermanita !la dejaran o no! si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.

Ella le puso un Overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia. Pero la Jefe de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció "Saquen a ese niño de aquí ahora mismo!”No se admiten niños aquí". El carácter de Karen afloró y olvidándose de sus lindos modales de dama, que le habían caracterizado, miró con ojos de acero a la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo "Él no se va hasta que le cante a su hermanita" y levanto a Michael y lo llevo a la cama de su hermanita.

El miro a la pequeñita perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un momento empezó a cantar con una voz triste que salía de su corazón en un niño de tres años. Michael le cantó "Eres mi luz del sol, mi única luz, tú me haces feliz cuando el cielo es gris. (Está es una conocida canción en inglés que la mamá cantaba frecuentemente).

Instantáneamente, el bebé pareció responder al estímulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal. "Sigue cantando Michael" le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos. Y el niño seguía: "Tú no sabrás nunca, querida, cuanto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol. "Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebé se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician "sigue cantando cariño" le decía su mamá y él continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. "La otra noche querida cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..." seguía cantando el niño sin cansarse, la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos "Sigue cantando Michael" ahora era la voz de la enfermera que con lágrimas en los ojos, no dejaba de pedirle al niño que continuara.

"Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol. Al día siguiente... el mismísimo día siguiente.... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.

La revista "Woman`s Day" lo llamó "El milagro de la canción del Hermano". Los doctores lo llamaron simplemente un milagro. Karen le llamó "El milagro del amor de Dios"

Nunca te rindas por la gente que amas..... El Amor es increíblemente Poderoso. Y más si viene de Dios. Nunca olvides las infinitas posibilidades que nacen de la FE.

ABORTO: Un millَn de muertos

17 julio 2005

¡Así eras a los 71 días, 112 días y 266 días de vida!

Paralelismo entre el aborto y el nazismo




Bebé abortado por medio de las prostaglandinas

En 1936 Cuando el Tribunal Supremo de Alemania se negó a reconocer que los judíos que vivían en Alemania eran "personas" legítimas, éstos, a partir de ese momento, perdieron la tutela de sus derechos y la protección que les concedía la Constitución.
Poco tiempo después, los Nazis comenzaron a poner en práctica su "solución definitiva": el exterminio total de los judíos en Europa. Así, durante el régimen de Hitler más de 6 millones de judíos fueron asesinados. En 1973 El Tribunal Supremo de los Estados Unidos decidió que los bebés por nacer no son personas "legítimas". A partir de ese momento no se les ha reconocido ni derechos ni protección, en conformidad con la Constitución de este país. Después de esta decisión en los Estados Unidos se ha matado por medio del aborto a más de 28 millones de bebés no nacidos.
Para los malvados nazis los judíos eran "subhumanos"


"Los seres subhumanos, los que biológicamente aparentan ser una creación completa de la naturaleza con manos, pies, algo parecido a un cerebro, ojos y boca, son en realidad criaturas espantosas, completamente diferentes. Son solamente copias burdas del ser humano, con rasgos faciales humanos pero moral y mentalmente inferiores a cualquier animal... subhumano... o sea, nada. Porque no todos los que tienen una cara humana son iguales.
Para los abortistas los bebés por nacer son "subhumanos"


"Los fetos, especialmente los de cinco o seis meses producen compasión... porque ya se parecen desconcertantemente a una persona; sus rasgos físicos son rasgos humanos reconocibles. Pero esta compasión está fuera de lugar... Aunque un feto de cinco o seis meses pueda, tal vez, poseer una chizpa de sensación, o la capacidad de sentir dolor, lo mismo es cierto, y probablemente aún más cierto, de otras criaturas como los peces y los insectos ... el debido respeto al derecho a la vida exige que no se respete cuando no existe una vida". (Comentario sobre "¿Puede el feto ser un cultivo de órganos?")


Para los nazis los judíos eran "parásitos"


Adolfo Hitler en su obra Mein Kampf declaró: [Los judíos] "son un parásito en el cuerpo de otras personas".

Para los abortistas los niños por nacer son "parásitos"
"La mujer tiene derecho de abortar de la misma manera que tiene derecho a sacarse un tumor parasitario." (Gloria Steinman, en CNN, el 9 de septiembre de 1981).

Para los nazis los judíos eran una "masa"
"No tenía nada que ver con lo que define la humanidad ...era una masa", fueron las palabras con que Franz Stangl, comandante de Treblinka explicó su participación en la destrucción de casi un millón de hombres, mujeres y niños.



Bebé abortado por succión o aspiración

Para los abortistas los bebés por nacer son una "masa"
"Lo que se aborta es una masa protoplásmica y no una persona viva y real que se ha desarrollado". Esta declaración fue hecha por los doctores J.F. McDermott y W.F. Char para tratar de pacificar a las enfermeras de un hospital en Hawaii ante el enorme disgusto de éstas al ver los fetos muertos, pedazos de sus miembros, uñas y pelo en el quirófano. (Sereny, "Hacia esa oscuridad", p. 201)

Para los nazis la matanza de los judíos era simplemente una "evacuación"
Un informe oficial Nazi sobre la suerte de 15 mil mujeres y niños judíos que murieron en Serbia en vagones móviles de gas, sencillamente declara que fueron "evacuados".

Para los abortistas matar a bebés no nacidos no es más que una "evacuación"
Entre 1970 y 1977 el Dr. Edward Allred, de California, el millonario practicante de abortos, fue personalmente responsable de la destrucción de 35 mil vidas humanas en el seno materno, incluyendo unos 7 mil abortos por envenenamiento salino durante el segundo trimestre. Cuando un periodista le preguntó qué sucede en un aborto, el Dr. Allred contestó: "Se practica una evacuación del contenido" [del seno materno]. (Assignment Life, New Liberty Films).



< Aborto por inyección salina

Para los nazis torturar a los judíos era una "investigación médica"
El Dr. August Hirt, justificó los experimentos en los campos de concentración con esta explicación: "Estos hombres que están condenados a morir, pueden al menos, ser de utilidad. Sería ridículo ejecutarlos y enviar sus cuerpos al crematorio sin darles la oportunidad de contribuir al progreso de la sociedad".

Para los abortistas torturar a los bebés no nacidos es una "investigación médica"
Estos bebitos alcanzaron la edad de 18 a 24 semanas de concebidos antes de morir abortados. Foto del folleto "V ida o Muerte", Hayes Publishing Company, Cincinnatti, Ohio.En 1980 el Dr. Martti Kekomaki justificó los experimentos, que se realizaban, que consistían en abrir de un corte el estómago y cortarles la cabeza a los bebés abortados, aún con vida, entre el 7 y 9 mes de gestación diciendo: "Un bebé abortado es sólo basura y es ahí a donde va a parar. ¿Por qué no utilizarlo para la sociedad?"¡Sea usted quien juzgue!Se han modificado las palabras pero no la realidad. El holocausto mató a 6 millones de judíos mientras una nación entera guardó silencio. Pero no, esto no puede volver a suceder...o ¿sí podría? Juzgue usted. En los años cuarenta sencillamente no hubo suficientes héroes para salvar millones de personas"inconvenientes"asesinadas por Hitler y sus asesinos.

Pero para 1200 polacos, por lo menos hubo la LISTA SCHINDLER. Desafortunadamente, no hay un Oscar Schindler para los millones de personas "inconvenientes" que son asesinadas en el HOLOCAUSTO AMERICANO. Por favor no mire para otro lado mientras esta matanza insensible continúa. Como personas decentes tenemos que impedir el aborto. Únase a los esfuerzos PROVIDA hoy. Usted puede ser el héroe de estos pequeños niños totalmente inocentes y completamente indefensos que lo están esperando. Compare Mire ahora las fotografías de estos bebés abortados. ¿Ve usted una "masa", una "burbuja", un "parásito", o ve usted un SER HUMANO muerto?

¡El aborto ha matado a 50 millones de seres humanos desde que se legalizó en 1973! RECUERDE: ¡EL MAL NO PUEDE PREVALECER SIN SU SILENCIO!
Fuente del texto: Compare. El aborto: Holocausto encubierto, versión al español de Vida Humana Internacional. Producido con el permiso de The Heritage House '76, Inc., 1995.

Paralelismo entre el aborto y la esclavitud
Compare los argumentos a favor de la eslavitud en l857,con los argumentos a favor del aborto en l973:
Ambos fallos estaban equivocados. En 1857 el Tribunal Supremo de EE.UU. dictaminó por votación de 7 a favor y 2 en contra, que las personas de la raza negra no tienen personalidad jurídica, según la Constitución de los EE.UU. (Caso Dred Scott). En 1973 el Tribunal Supremo de EE.UU. dictaminó por votación de 7 a favor y 2 en contra, que los bebés por nacer no tienen personalidad jurídica, según la Constitución de los EE.UU. (Caso Roe vs. Wade). Aunque tenga un corazón y un cerebro y biológicamente se le considere un ser humano, un esclavo no es una persona ante la ley. El fallo Dred Scott de la Corte Suprema de los Estados Unidos lo ha afirmado claramente. Aunque tenga un corazón y un cerebro y biológicamente se le considere un ser humano, el niño por nacer no es una persona ante la ley. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos lo ha afirmado claramente. Un hombre de la raza negra sólo adquiere su personalidad jurídica cuando se le otorga la libertad; antes de eso no debemos preocuparnos por él, pues no tiene derechos ante la ley.Un bebé sólo adquiere la personalidad jurídica al nacer; antes de eso no debemos preocu-parnos por él, pues no tiene derechos ante la ley. Si usted considera que la esclavitud es mala, nadie le obliga a tener un esclavo, pero no le imponga su moralidad a los demás. Si usted considera que el aborto es malo, nadie le obliga a practicarse uno, pero no le imponga su moralidad a los demás. Un hombre tiene el derecho de hacer lo que desee con su propiedad. Una mujer tiene el derecho de hacer lo que desee con su propio cuerpo.


¿Acaso no es la esclavitud más humanitaria? Después de todo, ¿no tiene el negro el derecho a ser protegido? ¿No es mejor ser esclavo que ser enviado sin preparación o experiencia a un mundo cruel? (Afirmación hecha por una persona que ya es libre.) ¿No es acaso el aborto más humanitario? Después de todo, ¿no tienen todos los bebés el derecho a ser deseados y amados? ¿No es mejor que jamás llegue a nacer el niño, antes que se tenga que enfrentar solo y sin amor a un mundo cruel? (Afirmación hecha por una persona que ya ha nacido.)
En l868, once años después del Fallo Dred Scott a favor de la esclavitud, fue aprobada la Enmienda Número l4 a la Constitución de EE.UU., para correjir este terrible mal. Han pasado muchos años desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. legalizara el aborto enero 22 de l973. Solamente otra Enmienda Constitucional podrá correjir este otro terrible mal. Nota: Información tomada del folleto publicado por Heritage House en inglés que se puede ordenar escribiendo al P.O.Box 730, Taylor, Arizona, 85939.)


ABORTO Y RACISMO
Aparentemente sin ningún recato de conciencia, algunos proponen abiertamente que la mejor manera de proteger la integridad económica, cultural, política y social de la nación, es cerrar las fronteras a nuevos inmigrantes y evitar el que continúen creciendo ciertos segmentos de la población, que tienen una tasa mayor de nacimientos. Actuando motivados por temores raciales, afirman que las tasas actuales de nacimientos de americanos de descendencia africana, asiática o hispana, harán que estos grupos sobrepasen en número a los antiguos grupos de inmigrantes que vinieron, principalmente de Europa. Tal temor está americanos es la "más auténtica", como si alguno de nosotros pudiera sentirse más americano que los demás, basándose solamente en la raza u origen étnico. Bajo el disfraz de preocupación por los pobres y analfabetos de nuestro país, grandes sumas de dinero y de recursos se están gastando tratando de convencer al pueblo americano de que el aborto es un método aceptable de control de la natalidad. Por añadidura, estos esfuerzos propagandísticos se han dirigido sistemáticamente a los pobres de nuestro país. Los datos demográficos demuestran que la pobreza en los Estados Unidos es sobrellevada principalmente por las minorías: afro-americanos, hispano-americanos, asio-americanos e indígeno-americanos.

En el corazón de estos cínicos esfuerzos está la idea reprensible, de que la mejor manera de vencer la pobreza en nuestro país, es enseñar al pobre, y a las minorías, cómo matar sus propios hijos. Existe una guerra en contra de los pobres que están teniendo hijos de las minorías. Algunos proponen la esterilización forzosa de las madres que reciben ayuda económica del gobierno como solución a este problema. Otros, más "sofisticados y respetables" proponen que se les enseñe a las madres negras, asiáticas, morenas e indias, a abortar a sus hijos y que al hacerlo, ellas están ejercitando el derecho de la mujer a "escoger" lo que quiere hacer con sus órganos reproductivos. Los obispos de los Estados Unidos afirmaron en 1973, que el orden justo de una sociedad requiere "que se ayude a crear aquellas condiciones en las cuales las parejas casadas puedan ejercer, sin presión material, física o psicológica, y responsablemente, la libertad de determinar el tamaño partidaria del aborto, la cual moldea la opinión pública. En la gran mayoría de los casos, a las mujeres indígeno-americanas, hispano-americanas, asio-americanas y afro-americanas, les parece que la mentalidad del aborto libre es reprensible y repugnante. Por lo tanto se están gastando millones de dólares en hacer una propaganda masiva para tratar de "re-educar" a estas personas para que piensen que el aborto no sólo es aceptable como control de la natalidad sino que además es lo que debe hacer la "mujer moderna y liberada", para liberarse de la esclavitud del hombre, la iglesia y la sociedad en general. Tal programa de "re-educación" es de inspiración racista puesto que considera inferiores las costumbres y valores de estas comunidades minoritarias, y ve como una amenaza al estilo de vida norteamericano, el aumento del número de miembros de estas minorías.

Los que proponen esa "re-educación" presumen que la "moral moderna" subjetiva de algunos segmentos de la élite educada, es inherentemente superior a las culturas tradicionales de los asiáticos, los negros, los hispanos, e indígenas americanos. Es ofensivo para la conciencia cristiana saber, que la vasta riqueza y recursos de esta nación están siendo usados más para promover el aborto que para dar comida y casa a los pobres. Es sencillamente simplista argumentar, que el tener menos niños "resolverá todos los problemas de pobreza, racismo e injusticia social". Proponer que una menor cantidad de niños asiáticos, negros, hispanos e indígenasresolverá el problema de la pobreza, es eludir los verdaderos problemas que confronta nuestra nación, relacionados con la pobreza, la falta de hogar y el crimen en las calles. Tenemos los medios para proveer oportunidades de trabajo y de viviendas. La pregunta es si hay la voluntad de superar los obstáculos para usar bien esos medios. Aparentemente la retórica de algunos que llevan a cabo abortos y de sus partidarios, se basa en el llamado "derecho de la mujer de matar a su hijo por nacer" pero en realidad el verdadero propósito es controlar y detener el crecimiento de la población de las minorías negras, morenas, rojas y amarillas. Es una tragedia que la "guerra a la pobreza" de los años sesenta, bien intencionada aunque mal dirigida, haya degenerado en la presente guerra a los niños de los pobres y de las minorías de nuestra población. No podemos permanecer ciegos a la agenda política y racista que está escondida bajo la superficie de la propaganda que desarrollan los que realizan abortos, los partidarios del aborto y sus cómplices ignorantes. Charles W. Wollic, Ph.D., jefe del Departamento de Sociología de la Universidad de Syracusse, Nueva York, durante los años setenta, testificó ante la comisión del Crecimiento de la Población y el Futuro de América, lo siguiente: "Debo afirmar categóricamente que muchas personas de la comunidad negra tienen serias dudas con respecto a cualquier programa de planificación familiar iniciado por blancos.

Probablemente ustedes habrán oído, sin tomarlo en serio, que grupos militantes dominados por hombres negros recomiendan evitar el uso de anticonceptivos porque se los imponen a las comunidades negras como un método de exterminar a los negros. La acusación de genocidio no es ni absurda ni infundada, como algunos blancos afirman. Tampoco se refiere sólo a los residentes del "ghetto", así sean activistas negros pobres o moderados de edad madura. Mis estudios en universidades predominantemente para blancos, indican que los jóvenes negros educados temen un genocidio de su raza. Tales temores como los expresados por el Doctor Wollic no son absurdos, particularmente cuando consideramos la filosofía que inspiró a la fundadora de la organización que es la principal proveedora de abortos en los Estados Unidos: Paternidad Planificada (Planned Parenthood). Esa poderosa organización recibe del congreso muchos millones de nuestros impuestos para matar anualmente a los niños por nacer de las mujeres de grupos minoritarios. Margaret Sanger no ocultó sus ideas acerca de las minorías. Margaret Sanger, la fundadora de Paternidad Planificada, predicó un evangelio de odio, proclamando la superioridad de la raza blanca anglo-sajona, a la cual ella pertenece con orgullo. En numerosas ocasiones ella a denunciado la "inferioridad" de los "esclavos", los "latinos" y los "judíos". Ella tampoco dudó en propiciar el abrir clínicas de aborto de su organización en vecindarios de población de inmigrantes. Es escándaloso que a poblaciones de minorías se les diga que ejerzan su "derecho" de matar a los niños por nacer, pero no se les dice que este "derecho" es para satisfacer los objetivos racistas de los que lo promueven. El horror de la presente situación es que todos los temores de aquellos que promueven el aborto libre por razones racistas, están dirigidos a miembros más indefensos de la raza humana: los niños por nacer. Como el Faraón de épocas antiguas, que temía el aumento de la población hebrea en su reino, se intenta ahora controlar segmentos de la población matando niños. Como Herodes, que temía perder su poder debido al nacimiento de Cristo, los proveedores/promotores de abortos racistas, buscan conservar su poder matando niños. Una vida humana es demasiado preciosa para sacrificarla a los prejuicios raciales y los temores político-sociales de unos pocos. Todavía el espíritu del Faraón y de Herodes ejercen su influencia en nuestra sociedad. Grace Olivarez, miembro de la Comisión del Crecimiento de la Población y del Futuro de América, escribió su opinión en desacuerdo con el informe infame de esa comisión: "Los pobres piden justicia e igualdad a gritos, y nosotros respondemos con el aborto legalizado". Traicionar, matar, o ser matado es una falla humana que no puede explicarse en términos del instinto de evolución, sino más bien tiene que explicarse en términos de temor, ambición de poder o de riqueza.

Extraído de http://www.ctv.es/USERS/frugideogratias/abortoesasesinato.html

Mujer que sufre enanismo y su hija se recuperan tras exitoso parto


Gracias a Patoace me he enterado de lo que sigue:

En horas de la madrugada, la joven valdiviana que padece el sindrome de Morquio dio a luz a una bebé, que se encuentra conectada a un ventilador mecánico, pero en buen estado.

Leslie Mardones Alarcón, la mujer que sufre enanismo y que presentaba un embarazo de características complejas porque el feto tenía un tamaño normal, se recupera en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile tras dar a luz exitosamente en horas de la madrugada de este sábado.

En la tarde del lunes, la joven de 20 años sintió fuertes contracciones y con sólo 28 semanas de gravidez, debió ser trasladada al centro asistencial, adonde se le practicó una cesárea.

El médico jefe de Maternidad, Hugo Salinas indicó que cerca de las 16:00 horas del viernes, Leslie Mardones empezó a sentir fuertes contracciones "que era una de las complicaciones que en algún momento iba a ocurrir, sobre todo con la sobredistensión que va produciendo el abdomen con un continente que era bastante pequeño".

La joven, que reside en Valdivia, sufre el síndrome de Morquio y mide sólo 89 centímetros, por lo cual se hacía complicado enfrentar el embarazo.

Sin embargo, la actitud asumida por la mujer fue clave para culminar el embarazo y convertir su caso en el primero a nivel mundial, según explicó Gianinna Ilabaca, médico del hospital.

"Yo creo que Leslie fue la persona que más ayudó en esto. Ella era una madre que estaba absolutamente deseosa de tener su bebe y ella colaboró mucho. Yo creo que la entereza de ella, las fuerzas de ella de poder soportar la espera, este tratamiento, logró que tuviese un recién nacido prematuro, que tiene bastantes riesgos por su prematurez, pero dentro del marco absolutamente habitual para nuestra unidades de neonatología", explicó la profesional.

Tanto Leslie como su hija Catalina están en buenas condiciones y sin riesgos, aunque la pequeña, que pesó poco más de un kilo y midió 38 centímetros, está conectada a un ventilador mecánico, el que podría abandonar en un mes, cuando alcance los 1.600 gramos

La menor tiene el 99,9 por ciento de las posibilidades de no sufrir el síndrome que afecta a su madre.
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Impresionante, la tele los ayudó!

El traslado a la capital de Leslie Mardones fue financiado por el canal televisivo Chilevisión, hecho que molestó a la dirección del Hospital de Valdivia.

Al mediodía de este martes fue internada en el hospital clínico de la Universidad de Chile la joven valdiviana que sufre una enfermedad genética llamada Síndrome de Morquio y enanismo secundario Leslie Mardones, quien presenta un embarazo de veinte semanas.

La mujer de 20 años fue sometida a exámenes y el equipo médico que la recibió revisó sus antecedentes antes de internarla, a partir de lo cual se estableció que el feto de sexo femenino está en perfectas condiciones.

De acuerdo con el jefe de Maternidad del centro hospitalario, Hugo Salinas, señaló que se debe esperar al menos un mes para realizarle una cesárea.

"Nosotros la hospitalizamos y medimos los antecedentes que traía del Hospital de Valdivia, hoy (martes) en la tarde la sometimos a un examen ultrasonográfico para ver fundamentalmente el bienestar fetal. La verdad es que está súper bien como primera evaluación", explicó el profesional.

Maritza Alarcón, tía de la joven, señaló que la familia está esperanzada y lo que se persigue con su hospitalización "que las dos queden con vida".

Hospital de Valdivia se molestó por traslado financiado por Chilevisión

Las autoridades del Hospital de Valdivia, donde se atendía a Leslie Sanhueza, dieron a conocer su molestia por los medios que se utilizaron para realizar el traslado aéreo a Santiago, gestionado por el canal Chilevisión.

El director del hospital, Joel Arriagada, señaló que estaban en condiciones de mantener a la mujer bajo tratamiento y si se hubieran presentado complicaciones "la habríamos trasladado" a Santiago.

"Lo que no estamos de acuerdo es que se hagan traslados a espaldas de nosotros. Aquí hubo una cosa que para nosotros fue muy grave que es que un canal de televisión compra un par de pasajes, la oculta, se esconde, y de repente nos enteramos de que va en el avión", explicó.

La tía de la joven confirmó que los pasajes aéreos fueron financiados por el canal.

El traslado a la capital de Leslie Mardones fue financiado por el canal televisivo Chilevisión, hecho que molestó a la dirección del Hospital de Valdivia.

Al mediodía de este martes fue internada en el hospital clínico de la Universidad de Chile la joven valdiviana que sufre una enfermedad genética llamada Síndrome de Morquio y enanismo secundario Leslie Mardones, quien presenta un embarazo de veinte semanas.

La mujer de 20 años fue sometida a exámenes y el equipo médico que la recibió revisó sus antecedentes antes de internarla, a partir de lo cual se estableció que el feto de sexo femenino está en perfectas condiciones.

De acuerdo con el jefe de Maternidad del centro hospitalario, Hugo Salinas, señaló que se debe esperar al menos un mes para realizarle una cesárea.

"Nosotros la hospitalizamos y medimos los antecedentes que traía del Hospital de Valdivia, hoy (martes) en la tarde la sometimos a un examen ultrasonográfico para ver fundamentalmente el bienestar fetal. La verdad es que está súper bien como primera evaluación", explicó el profesional.

Maritza Alarcón, tía de la joven, señaló que la familia está esperanzada y lo que se persigue con su hospitalización "que las dos queden con vida".

Hospital de Valdivia se molestó por traslado financiado por Chilevisión

Las autoridades del Hospital de Valdivia, donde se atendía a Leslie Sanhueza, dieron a conocer su molestia por los medios que se utilizaron para realizar el traslado aéreo a Santiago, gestionado por el canal Chilevisión.

El director del hospital, Joel Arriagada, señaló que estaban en condiciones de mantener a la mujer bajo tratamiento y si se hubieran presentado complicaciones "la habríamos trasladado" a Santiago.

"Lo que no estamos de acuerdo es que se hagan traslados a espaldas de nosotros. Aquí hubo una cosa que para nosotros fue muy grave que es que un canal de televisión compra un par de pasajes, la oculta, se esconde, y de repente nos enteramos de que va en el avión", explicó.

La tía de la joven confirmó que los pasajes aéreos fueron financiados por el canal.

El traslado a la capital de Leslie Mardones fue financiado por el canal televisivo Chilevisión, hecho que molestó a la dirección del Hospital de Valdivia.

Al mediodía de este martes fue internada en el hospital clínico de la Universidad de Chile la joven valdiviana que sufre una enfermedad genética llamada Síndrome de Morquio y enanismo secundario Leslie Mardones, quien presenta un embarazo de veinte semanas.

La mujer de 20 años fue sometida a exámenes y el equipo médico que la recibió revisó sus antecedentes antes de internarla, a partir de lo cual se estableció que el feto de sexo femenino está en perfectas condiciones.

De acuerdo con el jefe de Maternidad del centro hospitalario, Hugo Salinas, señaló que se debe esperar al menos un mes para realizarle una cesárea.

"Nosotros la hospitalizamos y medimos los antecedentes que traía del Hospital de Valdivia, hoy (martes) en la tarde la sometimos a un examen ultrasonográfico para ver fundamentalmente el bienestar fetal. La verdad es que está súper bien como primera evaluación", explicó el profesional.

Maritza Alarcón, tía de la joven, señaló que la familia está esperanzada y lo que se persigue con su hospitalización "que las dos queden con vida".


ABORTO

15 julio 2005

Mujer con muerte cerebral dio a luz

La bebé pesó poco más de kilo y medio



Univision Online
La madre, con muerte cerebral, dio a luz a María Alejandra de casi 8 meses de gestación
.

Univision Online

14 de Julio de 2005


VERACRUZ, MÉXICO - Una mujer veracruzana, que se encuentra en estado de coma desde hace 3 meses, dio a luz a una sietemesina, gracias a los cuidados intensivos que recibiera en un hospital público del sureño estado de Veracruz, convirtiéndose así en un caso insólito en la entidad.

Todo por un descuido

La pequeña, que ya es identificada por sus parientes como María Alejandra, nació en un parto adelantado a los 7 meses de gestación, gracias a una césarea practicada a su madre, que se encuentra con muerte cerebral.

La bebé, que pesó poco más de kilo y medio, se encuentra sana, aunque los médicos la mantienen en observación debido a las condiciones de su alumbramiento, informó el programa Primero Noticias de Televisa.

Alejandra Nieto, la progenitora de 37 años de edad, perdió el conocimiento el pasado 27 de abril. Sus problemas comenzaron con una molestia de riñón, por lo que acudió, hace 8 meses, a un hospital privado en la ciudad de Orizaba, donde fue mal atendida.

Su situación se complicó y ante la negligencia médica, sus familiares la trasladoron a un hospital en la capital veracruzana.

Alejandra quedó en coma y los médicos no pudieron hacer nada para evitarlo. A partir de ahí, los doctores le brindaron cuidados intensivos por más de dos meses para que pudiera nacer su bebé.

Lo que Alejandra no sabe es que lo ha logrado, sus familiares están a la espera de que supere el estado de coma para que hija y madre se conozcan.

A pesar de las esperanzas y la fe de los parientes, los informes medicos se muestran un tanto pesimistas ya que la afectación cerebral es grande y complicada. Los doctores aseguran que en caso de superar el estado vegetativo, la madre no logrará recuperar al cien por ciento sus facultades mentales.

Y es que Alejandra Nieto siempre quizo tener a su bebé, inclusive cuando aún era consciente, expresó los deseos de tenerlo.

Aunque sus parientes y amigos cercanos apoyaron la decisión, su esposo, conmocionado por la situación, desapareció cuando se presentó la muerte cerebral, para no hacerse cargo de la bebé.

En los últimos días en México se han registrado otros cuatro nacimientos fuera de lo común, en los que las madres han dado a luz en vuelos a 30 mil pies de altura o en plena calle de la Ciudad de México atendidos por el mismo policía