16 diciembre 2007

Morín hizo desaparecer toneladas de restos de fetos con su trituradora

D. P.

MADRID. Los buscadores de fetos andaban locos con una de las clínicas de Morín que tenían bajo vigilancia. «En las basuras del centro TBC -recuerdan crudamente- no aparecían nunca restos humanos. Hasta a las más cuidadosas se les escapaba algo en la basura, una manita, un costillar, algo, pero en esa nunca».

Sin embargo, había todas las demás pruebas de que allí se realizaban interrupciones de más de 20 semanas: pañales con excrementos, medicamentos para provocar partos, etc.

La clave del misterio la aportó la propia basura. En los cientos de papeles que se recuperaban localizaron un albarán por el que se confirmaba un pedido de dos juntas de triturador «que serán pagadas a su entrega». Venía el nombre de la máquina, una STR2000.

Tan macabra herramienta es una de las piezas claves en la investigación judicial. La Guardia Civil ha recogido muestras de ADN, que ha analizado para cotejar con las pacientes de la clínica.

ABC se puso en contacto con un técnico especializado en el mantenimiento de este tipo de maquinarias: «La STR2000 es una aparato industrial, se utiliza en grandes supermercados, en cocinas de hoteles incluso en mataderos. Es capaz de triturar hasta 400 kilos de carne en una hora. Todo lo que machaca lo expulsa por el desagüe». Adiós fetos, adiós niños, adiós pruebas.

La incógnita era saber cuánto tiempo aguanta normalmente una junta como las que Morín tuvo que cambiar: «No menos de un año y dándole bastante caña al aparato». Sólo pensar en las consecuencias de esa respuesta del técnico asusta y marea: ¿Cuántas toneladas de restos humanos trituró Morín?

Si las basuras de TBC eran pobres en restos humanos se convirtieron en un botín en los papeles. Documentos, borradores, anotaciones que iban aclarando poco a poco el funcionamiento de los centros.

Así se comprobó cómo cada noche se tiraban a la basura los informes psicológicos firmados por el psiquiatra de turno y con la fecha del día, pero con el nombre de la madre en blanco. Eso hizo sospechar que los psiquiatras firmaban sus informes para justificar todo tipo de abortos y en cualquier momento sin realizar la revisión oportuna. ABC ha tenido acceso a varios de esos informes firmados en blanco en la clínica Aragó de Gerona por dos médicos psiquiatras diferentes. El doctor L.P.A., rubricaba el 28 de octubre de 2005, y el doctor J.C.G., el 29 de junio del mismo año, dos informes idénticos, escritos con las mismas palabras y en los que al lado de «La senyora» no había ningún nombre. Se supo que los médicos iban a comisión, unos 30 euros por cada mujer, y que la empresa les forzaba para que «ninguna paciente que llegara se les escapara. Si vienen que aborten», le dijeron a un psicólogo posteriormente arrepentido y que fue despedido por su «poco celo».

También se descubrió lo que las clientas pagaban por sus abortos y lo que los médicos recibían por practicarlos. Los papeles nos cuentan que un aborto de entre 13 y 15 semanas venía a salir por 378 euros (258 por la intervención y 120 por la anestesia). Sin embargo, según pasaban las semanas todo se encarecía. A Emma, de 20 años, la pidieron 3.200 euros cuando se informó la primera vez y llevaba 26 semanas embarazada. Cuando se decidió a abortar, tres semanas después, tuvo que abonar 4.000 euros. Angia, una suiza que llevaba 23 semanas de gestación, pagó 3.500 euros, aparte de los gastos de hotel y avión, porque la clínica Ginemedex, como otras, también actuaba de agencia de viajes. Sin embargo, al doctor C., Morín sólo le pagaba 60 euros por cada «IVE en los inicios», 70 por cada «IVE pequeña» y 90 cada «IVE grande». IVE son las iniciales de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El doctor C., en la semana del 23 al 28 de abril de 2007 se embolsó 1.440 euros después de trabajar tres días (martes, jueves y viernes) y completar dos abortos de inicios, 13 pequeños y seis grandes.

«Los grandes -explican los buscadores- en la clínica de la trituradora se practicaban del siguiente modo: se provocaba el parto, cuando el niño salía se le apretaba el cuello para evitar que gritara y que la madre lo oyera y medio asfixiado se le arrojaba a la trituradora».

La verdad se escondía en la basura

POR DOMINGO PÉREZ

MADRID. Un reducido grupo de héroes anónimos, después de tres años siguiendo el rastro sanguinolento, despiadado y descarado que algunos centros especializados en interrupciones del embarazo arrojaban cada día a la basura, han conseguido desvelar una realidad atroz. Han sido los «pepitos grillo» de una sociedad que en la mayoría de los casos ha preferido girar la cabeza. Su empeño ha puesto a las autoridades sobre la pista de un negocio que incumplía sistemáticamente todas las normas higiénicas establecidas en el apartado de desechos sanitarios y biológicos.

Además, alertaron sobre que en España el aborto en la práctica no sólo es libre, sino que no tiene en cuenta los meses de gestación. Por dinero, y sólo con un informe psiquiátrico, a menudo firmado en barbecho, que alegue peligro para la salud psíquica de la madre, muchas clínicas acaban con la vida de fetos de siete, ocho y hasta nueve meses de vida.

Su paciente y nausebunda recolecta, plasmada en numerosas denuncias presentadas en juzgados tanto de Madrid como de Barcelona, ha llevado por el momento a la cárcel a uno de los magnates del aborto en España, al doctor Carlos Morín. Ha provocado el cierre de sus cuatro instalaciones en la Ciudad Condal y de su sucursal en la capital, además de la suspensión cautelar de un sexto local en la madrileña calle de Toledo que no tenía nada que ver con él.

Cabezas de niños

«Nadie puede explicar lo que se siente cuanto te encuentras una cabeza de niño, o una manita, o una pierna. La rabia es incontenible», explica J., uno de los buscadores de fetos.

Pues imagínense cuando ese horror te obligas tu mismo a presenciarlo dos o tres veces por semana de una forma voluntaria y con un único objetivo: denunciar el incumplimiento sistemático de la ley y los criminales tejemanejes de las clínicas abortivas que en España, al amparo de un coladero legal, no tienen ni reparos ni escrúpulos para acabar con la vida de niños que se encuentra más allá de la vigésimo cuarta semana de gestación, bebés que de nacer serían en casi todos los casos viables.

No son muchos. Un par de tipos valientes en Madrid, otro par de osados en Barcelona. Al principio ni se conocían, pero acabaron creando la «Plataforma la vida importa». Son gente normal. Un empresario, un médico, un abogado pluriempleado al frente del Centro Jurídico Tomás Moro, que lleva tres años sin vacaciones porque tiene que gastarlas en sus idas y venidas a los juzgados para defender la causa que enarbolan.

Padres de familia casados, muy ocupados y que, sin embargo, sintieron en algún momento un latigazo en la conciencia que les obligó a lanzarse a un loca carrera en pos de una verdad incómoda.

Emprendieron un camino que les llevó a pasar muchas noches al raso, dejando a sus seres queridos solos en casa. Y todos lo iniciaron por una mezcla de curiosidad y responsabilidad moral.

«En Barcelona -recuerda uno de los buscadores- se hablaba mucho de que aparecían fetos en la basura, de que si las clínicas los tiraban... Todo el mundo suponía que era una leyenda urbana más, pero a mí me dio por querer confirmarlo. Empecé a salir y ya ve lo que me encontré».

Animarse a realizar semejante labor no es fácil. Aprendieron a pertrecharse. La primera vez salieron con unos guantes de cocina «robados» del fregadero de casa. Pronto se dieron cuenta que había que comprar además batas médicas, incluso mascarillas de laboratorio y, sobre todo, localizar un lugar donde vaciar el contenido de las bolsas. Más aún cuando empezó a comprobarse la naturaleza de su contenido.

Leyendas hechas realidad

En Madrid fue otra teórica leyenda urbana la que guió la busca a J. «Eran noticias que venía de Estados Unidos y Rusia. Hablaban de que los centros abortivos vendían los fetos a laboratorios para fabricar cosméticos. Te parece imposible, pero a un amigo y mí nos picó la curiosidad. Hicimos noches y noches guardias en el coche, como los policías yanquis, con café en un termo y donuts. Hasta que un día lo vimos. Y no fue de noche. Era a plena luz del día. A las once de la mañana, en una zona céntrica y recorriendo Madrid de punta a punta. Localizamos la ruta. Dos días a la semana un camión de una empresa especializada en transportes de residuos biológicos descargaba 20 ó 30 botes de 25 kilos y cargaba otros tantos ya precintados y llenos. Los conducían a un laboratorio que fabrica cosméticos. Alucinamos».

«El problema es que es muy difícil de demostrar -prosigue- que lo que iba dentro de esos botes eran restos humanos y que esos fetos se utilizan para hacer cremas. Pusimos una denuncia y en estos momentos se está investigando de una forma más científica, con análisis clínicos de todo tipo y esperamos que en breve se pueda seguir avanzando».

Dos grupos con inquietudes similares. La suerte, «Dios», asegura J., los unió. En algún momento del periplo, los buscadores de fetos de Barcelona, también tuvieron un encuentro feliz al localizar a los de Madrid. Dos equipos actuando a menudo juntos, con los mismos objetivos, multiplicaron los resultados.

«El caso -recuerda J.- es que nos quedamos parados con lo de las cremas cuando en una visita a Barcelona por motivos de trabajo contacté con la persona que allí llevaba ya unos meses recopilando datos de entre las basuras. Su experiencia me animó a hacer lo mismo en Madrid».

Lo que J. localizó casi en cada una de sus pesquisas es lo que en 2006, tras ponerles él mismo en alerta, encontró el Seprona en las basuras de algunas clínicas madrileñas, como Isadora, multitud de restos de placenta, de todo tipo de pequeños miembros de niños e, incluso, como certificó un forense de La Paz, algunos fetos de más de siete meses de gestación.

Lo que encontraron en Barcelona es lo que más tarde ha servido para cerrar las clínicas de Morín. Todo apuntalado en madrugadas macabras recontando restos humanos. Semanas de vigilancia nocturna, a las puertas de las clínicas, para averiguar qué días y a qué horas se deshacían del producto de sus carnicerías. Poniendo dinero de sus bolsillos. Cuando empezaron nunca imaginaron que iban a toparse con un submundo tan espeluznante.

A lo más esperaban localizar algún medicamento prohibido, algún resto biosanitario. Soñaban con encontrar alguna prueba que inculpase a los abortista. Pero noche a noche sus descubrimientos resultaban más macabros, más increíbles, más comprometedores.

Restos humanos a millares, placentas, sábanas quirúrgicas, guantes, gasas, todo manchando de sangre e inmundicia. También pudieron recomponer historias de cientos de mujeres que abortaron, con nombres, apellidos y precios. Porque las clínicas también tiraban al cubo de los desperdicios los datos más confidenciales de sus pacientes.

Tuvieron que aprender a interpretar lo que encontraban. Hablaron con ginecólogos, se informaron, se convirtieron en expertos del análisis de la basura abortiva. «Podemos decirte, según lo que encontramos, de qué semana de gestación se trata». Distinguen lo que son unos pulmones de un simple resto de placenta. Narran anécdotas que espeluznan con la tranquilidad del que ha convivido con el horror: «Lo que muchas veces se les escapa y acaba en la basura son las cabezas de los niños. A pesar de que son grandes, con el pelo y la sangre las confunden con las pelotas que hacen con las sábanas y los pañales».

Cabezas cortadas que les permitieron confirmar que en los abortos de más de 20 semanas, se decapitaba a los niños. «Aunque en eso -aclaran- cada médico tiene sus gustos. Unos las cortan, otros pinchan con una lanceta el corazón, otros los asfixian...».

¿Recién nacidos? Sí porque también descubrieron en las bolsas miles de cajas y restos de medicamentos para ayudar a provocar partos. ¿Qué hacían en esas basuras medicinas propias de una maternidad? «Eso nos lo descubrió el doctor Simón, de la asociación Médicos Cristianos. A partir del sexto mes de gestación no se puede matar al niño con los métodos convencionales, hay que provocar un parto y una vez fuera acabar con él». Auténticos infanticidios.

Dato que les sirvió para aclarar otra de las incógnitas de sus descubrimientos: «Entendimos por fin por qué había en los cubos tantos pañales con excrementos. Cuando se provoca un parto a la mujer se le pone una lavativa previa. Así que por cada pañal con excrementos, un aborto de al menos seis meses».

Doble contabilidad

Igualmente por cada sábana quirúrgica manchada de sangre, otro aborto, por cada dos pares de guantes, otro... Eso les dio una idea: llevar una contabilidad de los abortos que se practicaban. Limitaron su seguimiento a un par de clínicas en Madrid. Durante varios meses se centraron en esa actividad: recogida rutinaria un par de días a la semana de las basuras de las mismas clínicas, recuento -«siempre tirando a la baja», recalcan- del número de abortos practicados y extrapolación de esos datos al conjunto del año.

«Con los primeros números especulamos con que podría llegar a haber un desfase de hasta un 30% entre los abortos declarados oficialmente por las clínicas y los que realmente se practicaban. Pero cuando llegaron las cifras oficiales comprobamos que en una la desviación era del 70% y en la otra del 80%. Si eso se repetía en toda España y, nos tememos que es así, estaríamos hablando de que en lugar de los casi 100.000 abortos declarados en 2005 se estarían realizando de 170 a 180.000 reales. Vamos, hablamos de un asombroso mercado negro de abortos».

Bernat Soria cree que hablar del aborto ilegal es «volver a la Inquisición»

S. N.

ALCOY. Los presuntos delitos cometidos en clínicas abortistas de Barcelona y Madrid no parecen inquietar al ministro de Sanidad, Bernat Soria, lo más mínimo. Al contrario, lo que le molesta, según pudo comprobarse ayer en una entrevista radiofónica, es que se hable del asunto, y más aún, que se le pregunte por él. De esta manera, el ministro Soria no sólo no criticó o denunció públicamente las irregularidades cometidas, ni lamentó los hechos dantescos que se están conociendo, sino que arremetió contra los que están sacando a la luz la información, a los que comparó con la Inquisición.

Soria, que será número uno en la candidatura del PSOE por Alicante en las elecciones generales del 9 de marzo, señaló en Radio Alcoy que el debate sobre el aborto en España es ficticio: «Es un debate ya resuelto en España. No podemos volver a los tiempos de la Inquisición, volver a 500 ó 300 años atrás. El país que inventó la Inquisición parece que no quiere olvidarse de ella. No puede ser que haya un 5 o un 6 por ciento de personas que quieran ser los inquisidores del resto».

De las trituradoras de fetos, del cierre de clínicas por presuntas irregularidades y de los informes firmados pero con la casilla de la embarazada en blanco y con la del «riesgo para la madre» ya marcado no dijo ni media palabra.

Y rápidamente desvió la cuestión al plan bucodental infantil, con el que, sin duda, se siente mucho más cómodo. Así, volvió a prometer que los niños y ancianos tendrían en 2008 dentista gratuito; defendió las desaladoras; aseguró que los jóvenes alcoyanos tendrían casa para poder independizarse; cantó las alabanzas de los calzados, juguetes y fabricaciones textiles de la zona y acabó dando la gran noticia que toda la comarca aguardaba: «Estoy en condiciones de confirmar que este año no faltaré a la fiesta de Moros y Cristianos».

Tan sólo un día antes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a preguntas de periodistas se limitó a señalar que «la Fiscalía cumplirá con su papel para que se respete la legalidad en este campo». «Siempre que estemos ante posibles interrupciones voluntarias del embarazo que no respeten la legalidad, estamos ante supuestos delictivos», indicó.

La vicepresidenta primera, De la Vega, también reconoció fallos en los controles, aunque descartó promover una reforma de la legislación vigente sobre la regulación del aborto.

13 diciembre 2007

Silencio, se aborta

La Comunidad de Madrid 'protege' a las grandes clínicas abortistas, a pesar de que tiene evidencias de delitos flagrantes.






La clínica de abortos Callao, inspeccinada sin consecuencias. BORJA SANCHEZ

Santiago Mata

Madrid. Las pequeñas clínicas abortistas madrileñas viven en estado de sitio desde que la investigación emprendida en Barcelona el pasado día 26 se extendió a otras clínicas del detenido doctor Carlos Morín, y en concreto a CB Medical, cerrada por las autoridades sanitarias de la capital el lunes. Las inspecciones sanitarias están a la orden de día, eso sí, salvo para las tres grandes: Dátor, Isadora y El Bosque, que realizan el 90% de los abortos en Madrid. Esas son intocables porque hacen el trabajo ilegal que los médicos de la sanidad pública —en ejercicio del derecho a la objeción de conciencia— no quieren hacer, pero que de todas maneras paga el contribuyente.

Las tres grandes son intocables, aunque fue una investigación en torno a Dátor la que desató la actual redada contra clínicas que realizan abortos ilegales. Reconstruyamos los pasos.

El 15 de junio de 2006, el Partido Social Europeo denuncia ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a las clínicas Dátor (madrileña) y Ginemedex (barcelonesa) por tirar los residuos biosanitarios a la basura ordinaria y, a la primera, además por enviarlos a un laboratorio de productos cosméticos. No hubo investigación hasta que un redactor de LA GACETA, Miguel Janer, anunció a la Guardia Civil su intención de publicar fotos de restos de fetos abortados, encontrados en la basura ordinaria de las citadas clínicas.

La UCO intervino a partir del 16 de febrero en las siete clínicas abortistas privadas de Madrid, encontrando que cinco de ellas —incluidas las tres grandes, Dátor, Isadora y El Bosque— tiraban a la basura ordinaria restos restos humanos que deben ser incinerados siguiendo un procedimiento muy preciso. Parte de la información se filtró a la prensa una semana después: en concreto la del hallazgo de restos humanos, entre ellos siete fetos de gran tamaño, en la basura de Isadora.

Según las informaciones publicadas, la inspección de febrero la llevaron a cabo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona, Guardia Civil) e inspectores de la Dirección General de Salud Pública y Alimentación de la Comunidad de Madrid. La Consejería de Sanidad de Madrid sigue afirmando hoy día que colaboró y colabora con la Guardia Civil en ese caso. Pero la Comunidad de Madrid no acompañó la denuncia interpuesta por el Seprona, y ésta fue archivada. La Consejería de Sanidad llegó a "acusar" a Isadora "de eliminar mal los residuos de abortos", según un comunicado del que se hacía eco El País el 1 de marzo.

En un alarde de interés y capacidad de llegar a las fuentes de la noticia, el mismo diario podía informar al día siguiente de que "el Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid archivó el pasado 20 de febrero las diligencias abiertas cuatro días antes a iniciativa de la Guardia Civil". Todo había muerto antes de nacer, como un aborto; pero no espontáneo, sino provocado: el titular del Juzgado número 6 (las diligencias aparentemente habían sido abiertas por el 47) no encontró "nada que indicara la comisión de un delito". LA GACETA, que dispone de 70 fotos sobre lo que la Guardia Civil halló en Isadora, sólo pudo dar la noticia a título póstumo el 16 de marzo. La Consejería de Salud dice ahora que no podía denunciar a Isadora porque tirar fetos es incumplir normas, pero no delito. Pero en la basura había medicamentos prohibidos y listas de clientes, delitos tanto o más graves que los de Morín



Adopcion Espiritual

12 diciembre 2007

Impactante vídeo con cámara oculta en una clínica de abortos de la ACAI en Madrid

IntereconomiaTV ha emitido - y YouTube recoge- este vídeo en que se habla de dinero negro, psicólogos que "lo firman todo" y se ve, hasta el final, un aborto.

La doctora no sabe que ese nuevo compañero que esta noche está haciendo guardia con ella tiene una cámara oculta. El bebé sale, diminuto, perfectamente formado, rojo, entero... muerto. La solución química que han introducido en su madre lo ha matado a él y ha provocado el parto en ella. El parto de un bebé diminuto y muerto. La doctora lo cubre rápidamente con una tela, sin mirarlo, lo aparta. Que no se vea.

El "doctor", la cámara oculta que Intereconomía TV ha introducido, se acerca al bebé, lo destapa, lo examina. "¿Qué edad tiene?", pregunta.

-Veinte o 21 semanas -dice ella - pero yo no los miro nunca.

-¿Nunca?

-Nunca, jamás.

-¿Jamás? ¿Por qué?

- Porque no me gusta.

-Claro, eres madre... supongo que... ¿no?

Es el estremecedor final de un reportaje de IntereconomíaTV. Ya circula en YouTube... pero esta web de vídeos lo ha clasificado como "de contenido sensible, para mayores de 18 años" y pide que el usuario se registre y afirme tener esa edad para poder verlo. Sin embargo, hay varias copias y algunas no registran este control previo.

Por ejemplo, esta versión es la más larga, incluye la presentación televisiva, es de buena calidad y se leen bien los subtítulos de diálogos. Puede ser más lenta de cargar por tener más definición.

http://www.youtube.com/watch?v=R0WXNl3HCA4

La escena del parto empieza en el minuto 9. Antes, la aburrida doctora en su noche de guardia explica cómo funciona el negocio, la rutina, al nuevo compañero. Y al empezar, un responsable de la clínica, empresario-ginecólogo, explica las condiciones económicas.

Otra versión, de descarga más ligera, peor calidad y más corta está en:
http://www.youtube.com/watch?v=0V7eG690Esk

El documental no da el nombre de la clínica, pero fuentes de asociaciones en defensa de la vida dicen que es la clínica El Bosque (http://www.clinica-el-bosque.com) de Madrid, perteneciente a la asociación ACAI, patronal fundada por el doctor Santiago Barambio, un ginecólogo que en el 2006 explicaba en un congreso de Roma cómo hacer abortos de 26 semanas cuando la ley permite un máximo de 22 (ver su ponencia aquí).

Al médico-cámara de IntereconomíaTV le resulta facilísimo entrar. La clínica busca personal. Y el empresario abortista le explica que es una tarea muy sencilla. "Esperar a que salga y a tomar por culo", dice. Se refiere a esperar que la madre, empujando y con contracciones inducidas, expulse a su hijo, muerto. Un parto. Inducciones, lo llaman.

Es tan "sencillo" que antes lo hacían enfermeras, y sólo llamaban al médico abortista si había problemas con la placenta, que no saliese.

Esto es el aborto para este empresario-ginecólogo

En este sistema, como en los partos, hay que esperar, poner a las madres a dilatar. En esa espera la joven doctora de guardia, la que nunca mira los bebés que extrae, que ha matado con su solución salina, cuenta al cámara infiltrado que los psiquiatras "lo firman todo, el psiquiatra es socio de la clínica y todo queda en casa; el test es un trámite".

Tiene 4 mujeres en espera, con embarazos de cinco meses. Dos de ellas no se acogen a nunguno de los supuestos que despenalizan el aborto en España. "Aquí aborta quien quiere".

La clínica El Bosque está en la calle Alonso Saavedra, 29, junto a Arturo Soria. Lleva haciendo esto desde 1988. Según la clínica, el 50% de los abortos que ha hecho son de alto riesgo, es decir, de más de 12 semanas.

En este tipo de abortos, de parto provocado, muchas veces el bebé no sale muerto, sino que aún vive al salir. Según un estudio del Instituto Perinatal de las West Midlands, en Inglaterra, publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynaecology, se calcula que es el caso de 1 de cada 30 bebés abortados. Como se ve en el vídeo, se le deja abandonado a un lado y puede tardar en morir una media de 80 minutos. Algunos han resistido hasta 6 horas.
Desde que el Sunday Telegraph grabó con cámara oculta el primer caso de Ginemedex (2004) hasta que Morín entró en prisión han pasado casi 4 años. Durante años la administración sanitaria no "encontró" nada. ¿Cuánto tardará en actuar la justicia en este caso denunciado por Intereconomía TV?

.


El Buscador, de TeleCinco, ha colgado en Internet una entrevista-reportaje de 3 minutos a los periodistas daneses que filmaron a Morín en 2006, lo que sentía Sally Hamilton al ponerse en manos de Morín, al hablar de cómo matar al bebé, etc... En este link se accede a esta entrevista a los periodistas daneses:
http://www.elbuscador.telecinco.es/dn_308.htm

Noticia de 2 minutos de TeleCinco, con imágenes del reportaje danés (colgada en Internet en marzo de 2007):
http://video.google.es/videoplay?docid=-4401442340228002966

Noticia de 1 minuto y medio de EuropaPress, sobre la detención del doctor Morín y sus colaboradores en Barcelona
http://www.youtube.com/watch?v=LJJYt8S2Uws

Reportaje de 2 minutos del programa 360º de Antena 3, resumiendo el caso
http://www.youtube.com/watch?v=O7kJ1S89A6g

ASI SE ABORTA EN ESPAÑA

05 diciembre 2007

Lo que pasa dentro de una clínica de abortos

"Fue horrible, horrible"


POR MIGUEL VÁZQUEZ

Yeni: Hola, buenas tardes.

Cliente: ¿Aquí es donde hacen abortos?

Yeni: Si.

Cliente: ¿Cuánto sale uno? Tiene como dos meses y medio.

Yeni: Si no se pasa de tres meses el precio son 300 dólares. Ahora no está viniendo el doctor y no va a estar disponible hasta el sábado de la próxima semana. Pero lo que no quieres es que se vaya a pasar de tres meses.

Cliente: Tiene como dos meses pasaditos.

Yeni: Puedes venir de este sábado al otro. Puedes venir con la paciente y serían 300 dólares. ¿Sabes su tipo de sangre?

Cliente: No.

Yeni: ¿No? Bueno, en caso de que sea negativo, va a costar 75 dólares extra. ¿OK? Te voy a dar el teléfono en caso de que quieras hacer cita más adelante por que ahora no tenemos doctor. Pero si quieres hablar la próxima semana para hacer cita este es el teléfono de la clínica.

Cliente: ¿Por teléfono puedo hacer la cita?

Yeni: Aja, por teléfono puedes hacer la cita, pero de este sábado al otro. Este sábado no se puede por que vamos a tener muchas pacientes.

Cliente: ¿Es seguro el?

Yeni: Es muy, muy seguro. Dura cinco minutos la terminación.

Cliente: ¿Cinco minutos?

Yeni: Cinco minutos.

Cliente: ¿Hay tratamiento después?

Yeni: Si, tiene que venir en dos semanas a un chequeo para ver que esté bien. Y le vamos a prescribir un medicamento para cólico, para el dolor y antibiótico. Es muy seguro pero tiene que seguir las indicaciones de venir en dos semanas ¿OK?

Cliente: Si, gracias.

Yeni: Que te vaya bien.

Yeni es asistente médico y recepcionista en la Clínica para la Mujer de Hoy, una clínica de abortos de Chula Vista, California. Ella acaba de atender a un cliente. Un joven mexicano, muy delgado, de unos 28 años. Su aspecto es de un hombre desarreglado. El vino por información. Estuvo risueño y nervioso. Yeni lo atendió fríamente. Este joven fue el último cliente del día, ya es casi de noche y la clínica está por cerrar. Yeni se ha quedado sola en la recepción del local y acepta sostener una entrevista para La Cruz de California para la semana siguiente y fuera de la clínica. Lo que se lee a continuación es el testimonio de Yeni en tal entrevista.

"Entré a trabajar en la clínica en el 2002. Yo me había graduado de asistente médico, había solicitado trabajo en muchos lugares pero no me aceptaban por que no tenía experiencia. Entonces alguien me dijo que Sonia, una conocida mía, estaba necesitando a alguien. Cuando platiqué con Sonia, ella me aclaró que se trataba de una clínica donde se realizaban abortos, pero que también se hacían otras cosas", dijo Yeni.

"Mi objetivo era conseguir experiencia de por lo menos seis meses o un año en el área médica. Sonia me dijo que fuera a la clínica y que tratara de asistir al doctor y que si no lo podía aguantar no habría problema, me pondrían a hacer otra cosa. No me gustaba la idea. Sin embargo, el aborto no era algo tan extraño para mí. Yo misma había tenido un aborto hacía un año. A Sonia le había pasado lo mismo, aunque su

aborto no fue tan voluntario como el mío. A ella la llevaron a abortar sus papás", comentó.

"Acepté intentarlo. La primera vez que asistí al doctor casi me desmayo. No veía ni oía. Estaba muy impresionada por la sangre y los gritos de la muchacha. Me sacaron de ahí y le dije a Sonia que no podía, pero me aconsejaron que tratara uno más.

"En el segundo aborto me di cuenta que podía sobrellevarlo. Pasaron las semanas y a pesar de lo feo del trabajo estaba aprendiendo muchas cosas de medicina. Hice mi plan de aguantar en la clínica hasta tener algo de experiencia para solicitar trabajo en alguna otra parte. Después vinieron unos abortos de bebés de 5 o 6 meses y se me hacía casi imposible continuar. A los tres meses renuncié. Pero la presión de las cuentas por pagar, las deudas y mi situación de madre soltera me obligaron a volver a trabajar en la clínica. Hasta la fecha me he salido y he vuelto tres veces", aseguró Yeni, y agregó: "Yo misma no puedo creer que esté aquí por dinero, es lo más absurdo. Gano 8.50 dólares la hora aquí. Pero por querer hacer una carrera de asistente médico pensé que era lo mejor que podía hacer y desgraciadamente me quedé".

Yeni revisa una pequeña libreta donde ha hecho unos apuntes para la entrevista. En este cuadernito ha escrito los puntos importantes que quiere mencionar. Como ella dijo: "Para que le sirva de algo a alguien".

Prosigue Yeni comentando: "Al principio pensaba que la mayoría de las pacientes iban a ser más jovencitas, muchachitas solteras, pero no es así. La gran mayoría son mujeres casadas como de 29 años. La típica que no quiere otro hijo más. También nos buscan mucho las que están separadas o que no tienen pareja. Casi no tenemos muy jovencitas. Creo que las muchachitas aprecian más el hecho de ser mamá que las que ya van por su segundo o tercer embarazo.

"Tenemos pacientes los martes, miércoles, viernes y sábados. En promedio vienen unas cinco o seis mujeres cada día. Pero como el doctor no ha podido venir, mañana sábado vamos a tener 16 pacientes", confesó.

Ahora Yeni nos explica en que consiste su trabajo. "Básicamente lo que hago es asistir al doctor en las terminaciones (abortos). Después de que la paciente llena unas formas y espera su turno, la conduzco al privado donde se realiza el procedimiento. Le indico a la paciente que se quite la ropa de la cintura para abajo. Le digo donde se debe sentar y que espere al doctor. Cuando el médico llega, la acuesta en el ultrasonido para ver cuantas semanas tiene de embarazo. Si el bebé tiene menos de tres meses el aborto se puede hacer el mismo día".

Continuó: "El doctor se sienta frente a la paciente. La paciente está acostada, consciente. Como si fuera hacer un parto. Yo le paso al doctor la anestesia local y le voy pasando los instrumentos. Estoy viendo todo.

"Nuestro doctor es bastante mayor de edad (84 años) y usa una técnica antigua. (El 29 de septiembre del 2004 la agencia que supervisa a los médicos en California le retiró su licencia médica de este médico, el Dr. Phillip Rand.) Primero pone el espejo. Después mide la profundidad del útero. Enseguida abre el cuello de la matriz con un dilatador para que sea más fácil. Entonces introduce una varillita con un anillo en la punta con el que raspa. El anillo no está filoso pero a muchas mujeres les duele el raspado y lloran o gritan. Cuando el bebé es menor de tres meses se desbarata completamente. Cuando el doctor siente que ya lo desprendió completamente introduce algo igual a un popote. La boquilla exterior del popote se conecta a una aspiradora. Entonces aspira todo lo que desbarató. Todo lo que aspiró entra a un frasco. Se ve sangre, pedacitos, tejido, como carnita desbaratada. Todo sale despedazado. Este es el procedimiento para 8 semanas o menos", aseguró.

"Cuando ya tienen como doce semanas, entonces el doctor los saca con unas tenazas. Los saca a pedazos. Revisa cada parte que saca y la va poniendo en una charola que está debajo. Cuando termina el procedimiento yo tengo que colar todo. Los colamos para separar las partes y la sangre. Ponemos todas las partes en un frasco que va al laboratorio. Es impresionante lo bien definidos que están, no puedes creer lo que estás viendo. Ahí ves manitas perfectas más chiquitas que las de una muñeca Barbie. Puedes ver los intestinos, las costillitas, las caritas, la cabecita aplastada. Entre las partes se puede distinguir si era niño o niña. Me da mucha tristeza ver los frascos. Cuesta mucho trabajo ver todo esto. Ver todo lo que se cae al piso, o por ejemplo quitar un piecito de los instrumentos", dijo.

Y agregó: "Una muchacha que trabajaba aquí me platicó que un día llegó a su casa con una manita pegada en el uniforme, cerca de su hombro. Ella por supuesto no se había dado cuenta hasta que su esposo se lo dijo".

Prosiguió Yeni desahogando lo que sucede en el interior de la clínica: "Cuando la paciente tiene más de 3 meses de embarazo tenemos que prepararla para que vuelva al siguiente día ya dilatada. Las terminaciones grandes son muy impresionantes. Yo he visto tres fetos que han salido completos. En una ocasión se vio la manita salir del útero. La manita se movía. Pero el más impresionante fue el bebito que salió respirando. Esa vez hasta el doctor se puso mal".

Y explicó, "La muchacha vivía en Tijuana. Le pusieron las laminarias (dilatadores) por dos días. El bebé tenía cinco meses y medio. Ella no tenía carro y se vino caminando a la clínica. Entonces como que hizo mucho trabajo de parto. Cuando el doctor empezó a trabajarla el bebé salió casi sin ayuda. El niño salió respirando y ahí se murió. Como al minuto cambió de color, se puso morado. Las asistentes se sintieron muy mal. No quisieron ponerlo en el recipiente. El doctor tuvo que hacerlo. Todos tuvieron una impresión muy fuerte. Mas tarde vi al doctor en su oficina. Tenía la mirada como perdida, fija en la pared. Después habló por teléfono con alguien contando lo que acababa de pasar".

Yeni hace una pausa. Quiere seguir hablando pero se le hace un nudo en la garganta. La entrevista se ha tornado más amarga, triste. Es una confesión.

"Desde hace unos días ha venido un doctor substituto. El es más joven y tiene otra técnica diferente. El no hace el raspado del útero, sólo usa la aspiradora. El domingo pasado ya no aguantaba por que hicimos terminaciones grandes, como de cuatro meses. Hizo una técnica que nunca había visto. Dividió la pantalla del ultrasonido en dos y usó el aparato durante todo el procedimiento.

"Comúnmente lo que ves en el ultrasonido es que el niño se chupa el dedo o juega. Pero en esta ocasión, cuando el doctor empezaba a hacer las aspiraciones veías que el niño se estaba moviendo, como que le estaba doliendo por que lo estaban jalando o le estaban arrancando algo. Fue horrible, horrible.

"Yo siento el procedimiento como si me lo estuvieran haciendo a mí. Quiero que termine rápido. No lo quiero ver y lo tengo que ver. Es como una penitencia por el aborto que yo misma tuve. Con cada paciente vuelvo a revivir lo mismo y siento lo mismo. Perece que me lo están volviendo a hacer a mí. Como para que no se me olvide. Que nunca se me olvide lo que pasó y me duele.

"Todos los días me despierto pensando: otra vez tengo que ir a trabajar allá", enfatizó Yeni.

"Cuando entré a trabajar en la clínica, Sonia y yo hicimos el propósito de ayudar a la gente. Íbamos a tratar de convencerlas para que no abortaran. Muchas veces tratamos de hacer algo bueno a la sorda. Les preguntábamos a las muchachas ¿estás segura? Les decíamos que lo pensaran bien. A veces les decíamos: Te va a doler horrible. Las asustábamos. Alguna que otra se arrepintió.

"También ayudamos a escapar por la puerta de atrás a algunas que vinieron presionadas, forzadas por el marido o la mamá. Pero esa actitud de ayudar nos dio por épocas. Por ratitos. Por que tú ves que cuando la paciente viene bien decidida no hay mucho que hacer. Eso nos ha desanimado.

"Incluso a las que abortaban les decía: Cuídate, ya no vuelvas a pasar por esto. Mira que yo lo hice y me ha podido mucho. Según yo les daba terapia. Después se me acabó eso. Ya no les tengo lástima como al principio. Ahora me hacen enojar.

Explicó: "En la mayoría de los casos que atendemos no hay ninguna causa grave. Antes les preguntaba cual era su situación pero ya no les pregunto por que son las mismas respuestas tontas.

"Siento coraje de que vengan a abortar tan quitadas de la pena. Haciendo bromas. Riéndose. Una que estaba en la recepción me dijo haciéndose la chistosa: Pues dame una patada para que se me salga", afirmó.

"Cuando yo lo hice iba totalmente como en shock. No me justifico. Pero aquí he visto que casi todas llegan como si vinieran a hacerse un facial. Son muy egoístas. Una señora como de 38 años llegó y me dijo: O es bebito, o es quince años de mi hija. Mi hija no tiene la culpa de que yo haya salido embarazada.

"Algunas se han enojado con nosotras por que tienen siete meses de embarazo y ya no lo podemos hacer. Hemos tenido señoras que vienen como pacientes y después traen a la hija. Tenemos pacientes que a los tres meses ahí vienen otra vez. Hay una paciente que lleva como 8 abortos. Hasta el doctor le dijo que el décimo se lo le iba a hacer gratis. Otra llegó por que se iba a casar y quería tener el aborto antes de la luna de miel.

"Una señora tenía miedo y decía: Dios mío, Dios mío ayúdame, ayúdame, que no me duela, que no me duela. Sonia le contestó: ¡Señora por favor no meta a Dios en estas cosas! También nos da coraje", dijo Yeni. "Otras preguntan: ¿y como salió?, como que lo quieren ver. Yo no les contesto, sólo digo por adentro, ¡no te preocupes, salió todo despedazado, ¿Qué quieres ver? ¡Está despedazado! Después del aborto te preguntan: ¿Puedo ir a una fiesta? O ¿Puedo tomar alcohol?"

"Si el doctor les dice que vienen gemelos, o que ya está muy grande, que lo vean en el ultrasonido. Tampoco les importa. No puedo dejar de sentir coraje contra la paciente, contra el doctor y contra mí misma. Es inútil estar aquí. No estamos haciendo nada bueno. Estoy muy enojada conmigo misma. Me siento muy desgastada. Siento que no soy la misma persona".

En otros tiempos Yeni fue parte de un grupo juvenil de una Parroquia en Tijuana. En su memoria están grabados muchos momentos felices, inocentes y de esperanza. Un acontecimiento reciente la ha puesto a pensar largamente en el sentido de su vida.

"Al tercer día del estreno, fuimos a ver la película de La Pasión de Cristo de Mel Gibson. Créeme que fue algo muy fuerte. Cuando veía como golpeaban a Jesús y los instrumentos que usaban, los comparaba con los instrumentos que usa el doctor. Todo lo que hacemos en la clínica lo vi en la película... tanta sangre derramada. No podía parar de llorar en el cine. También se ve en la película el diablo como un enanito, como un feto. Yo me quería morir. Al siguiente día le dije a Sonia que teníamos que salirnos de trabajar de la clínica. Ella también vio la película y nos acordamos que en la cinta dijeron que el que a hierro mata, a hierro muere. Nos dio mucho miedo por que hacía sólo unos meses que nuestra gerente de la clínica había sido asesinada por su esposo. Sentimos que algo así nos iba a pasar por lo que estamos haciendo", dijo.

Y continuó: "Antes de mi aborto y de trabajar aquí, yo no le tenía miedo a la muerte. Si pensaba en el día en que Dios vendrá por mí pues... aun sabiendo que tenía pecados como todos, no tenía temor. Ahora vivo con ese temor. Siento que no me quiero morir por que no se con que cara voy a ver a Dios si me toca verlo. O me va a pasar como en la película de Ghost, que se mueren y unas sombras negras vienen por ti y te llevan.

"No tengo paz", enfatizó. "La semana pasada visité a mi hermano y quise a abrazar a mi sobrino. El niño se puso llorar casi histérico. Mi cuñada me dijo que el niño se asustó por que sintió que traigo al diablo adentro por que me dedico a matar bebitos. Yo me enojé mucho con mi cuñada, pero sentí que en parte era verdad".

Yeni quiere salir de su situación actual y ha empezado a tomar los primeros pasos.

"Hace unos días fui a ver a un muchacho del grupo de la iglesia al que yo asistía. El me dijo que estaba muy contento por que trabajaba para Dios y que le estaba yendo bien en la vida. ¡Yo sentía que me ahogaba! Le dije que yo trabajaba en algo que tenía

que dejar antes de poderme acercar a Dios otra vez. El me dijo que hablara con un sacerdote pero tengo miedo. No tengo cara, ni como llegar a una iglesia", externó y agregó: "Yo se en el problema que estoy. Se en la situación en que me encuentro y lo que necesito hacer".

Siguió: "Ya llené una solicitud para trabajar en un lugar donde se atienden a ancianitos en San Diego. A la señora que me entrevistó le expliqué el tipo de trabajo que hago en la clínica, y le rogué que me ayudara a salir de aquí. Le dije que mi esperanza estaba en ese nuevo trabajo. Ella me atendió muy amable, me comprendió. Me dijo que haría todo lo posible.

"De todos modos si no me lo dan voy a buscar trabajo de lo que sea, no importa que no sea de asistente médico. Ya estoy harta de la situación que se vive aquí", aseguró.

"También Sonia tuvo una entrevista en otro lugar. Es un trabajo totalmente diferente. Me dijo que cuando venía caminando de su entrevista venía diciéndole a Dios: Dios mío por favor, tú no quieres que regrese a la clínica. Dame este trabajo. Por favor dámelo. Y también me dijo: Vas a ver que si nos van a dar estos trabajos.

"Las dos estamos hartas. Pero por una razón u otra estamos aquí todavía. Yo acepté hablar para La Cruz por que pienso que es necesario que la gente sepa los horrores que hemos vivido aquí. Las dos sentimos mucha necesidad de hacer algo bueno. De empezar a compensarle a Dios por todo lo que hemos hecho en este trabajo".

Para finalizar, Yeni quiso comentar un importante detalle: "Quiero agregar que algunos grupos religiosos entregan folletos a las mujeres antes de que entren a la clínica. He visto que ellas ven estos folletos que muestran el desarrollo del bebé semana por semana. Algunas recapacitan y se van de la clínica. Son pocas, pero a veces sucede".

Yeni y Sonia dejaron su trabajo en la clínica una semana después de esta entrevista de 27 de septiembre de 2004. Quién fue la supervisora de ellas está considerando renunciar también. Se lo ha dicho por teléfono a la coordinadora de uno de los dos grupos de oración que se reúnen afuera de la clínica. Ellos siguen pidiendo a Dios por ellas y por el cierre definitivo de la clínica


Adopcion Espiritual

03 diciembre 2007

Testimonio de mujer que abortó dos veces con Carlos Morín




Neus Bartolomé ha roto el silencio para contar el grave abuso que se comete en los centros privados de aborto en España, explicando su caso concreto de dos abortos con Carlos Morín, uno hace más de 22 años y el otro más reciente




Adopcion Espiritual

02 diciembre 2007

La conexión entre la anticoncepción y el aborto

Por Janet E. Smith, PhD

Mucha gente en el movimiento pro-vida rehusa hacer la conexión entre la anticoncepción y el aborto. Insisten en que son dos cosas muy diferentes—que hay un mundo de diferencia entre los anticonceptivos, que evitan de que una vida se forme, y el aborto, que elimina una vida que ya ha sido formada.

Con algunos anticonceptivos no sólo hay una conexión con el aborto, sino que se trata de una misma identidad. Algunos anticonceptivos son abortivos y actúan causando un aborto temprano. El Dispositivo Intrauterino (DIU), evita que un óvulo fertilizado (un pequeño ser humano) se implante en el útero. La "píldora" no siempre detiene la ovulación, sino que también previene que el embrión se implante. Y, por supuesto, la píldora RU-486, trabaja abortando del todo al nuevo feto, al nuevo bebé. Aunque algunos en el movimiento pro-vida ocasionalmente hablan en contra de los anticonceptivos que son abortivos, generalmente ellos se abstienen totalmente de hablar sobre la controversia de los anticonceptivos.

La anticoncepción crea la "necesidad" de abortar

Esto me parece un error. Creo que no haremos un buen progreso creando una sociedad donde la vida nueva tenga seguridad y sea tratada con verdadero respeto, donde el aborto sea sólo un terrible recuerdo en vez de una terrible realidad, hasta que no veamos que hay muchas conexiones importantes entre los anticonceptivos y el aborto, y que hablemos con valor sobre esta verdad. Necesitamos entender que en una sociedad en la que los anticonceptivos son tan ampliamente usados, va a ser muy difícil eliminar los abortos, puesto que el estilo de vida y las actitudes que promueven los anticoncetivos crean una supuesta "necesidad" de abortar.

Planned Parenthood v Casey, la reciente decisión de la Corte Suprema, que confirmó Roe contra Wade, declara: "En algunos aspectos críticos, el aborto tiene el mismo carácter que la decisión de usar anticonceptivos. . .durante dos décadas de desarrollo económino y social, la gente ha tenido relaciones íntimas y ha tomado decisiones que definen sus propios puntos de vista y sus lugares en la sociedad, valiéndose de la disponibilidad del aborto en el caso de que los anticonceptivos fallen."

La decisión de la Corte Suprema ha hecho completamente innecesario cualquier esfuerzo para exponer lo que realmente hay detrás de la adherencia de la época moderna al aborto. Tal como la Corte Suprema dice francamente, "necesitamos" el aborto para poder continuar con nuestros estilos de vida anticonceptivos. La razón por la cual un millón y medio de mujeres al año buscan el aborto como remedio, cuando no les resultan los anticonceptivos, no es por falla de los anticonceptivos mismos. Las "relaciones íntimas," que fueron ayudadas por los anticonceptivos, son las que hacen el aborto "necesario." "Relaciones íntimas," aquí, es un eufemismo y un engaño en si mismo. Aquí, la palabra "íntimo" quiere decir "sexual"; no significa "amoroso y cercano." El aborto es más a menudo el resultado de relaciones sexuales en las que no hay verdadera intimidad ni amor; en las que no hay cabida para un bebé, que es la consecuencia natural del acto sexual.

Los eruditos dudan de la alarmante sobrepoblación

La Corte Suprema, sin embargo, es inordinariamente franca. Muchas veces, se dan razones ostentosamente más nobles para el entusiasmo por los anticonceptivos. Por ejemplo, muchos piensan que los anticonceptivos son cruciales para controlar lo que se percibe como una gran explosión demográfica. Pero la mayoría no saben de que hay eruditos que seriamente disputan la autenticidad de esa alarma de sobrepoblación en la mayoría de los países de la tierra. Algunos eruditos, como Ben Wattenberg, Julian Simon y Jacqueline Kasun, sostienen que algunos países, especialmente en el occidente, están enfrentando problemas de reponer población, y como no nos estamos reproduciendo, nuestra población en el futuro se verá en una situación económica difícil. Estos eruditos piensan que gran parte del problema, incluso en areas ostensivamente sobrepobladas, es político y económico en vez de demográfico. O sea, que el problema no es demasiada gente, sino una distribución inapropiada de los bienes.

Pero el tema aquí no es la sobrepoblación ni los méritos de los anticonceptivos como medio de vencer la sobrepoblación. El control de la población no es la fuente principal que entusiasma a la época moderna para el uso de los anticonceptivos. En realidad, los anticonceptivos son aclamados como la solución a los problemas acarreados a causa de la revolución sexual. Muchos creen que con mejores anticonceptivos y uso responsable de ellos, se podrá reducir el número de embarazos no deseados como también el número de abortos, y aún evitar en algún modo la propagación de enfermedades transmitidas sexualmente.

Para avalar este argumento de que el uso responsible de anticonceptivos reduciría el número de abortos, algunos toman en cuenta que la mayoría de los abortos son hechos con "propósitos anticonceptivos." Esto es, algunos abortos se hacen porque la mujer ha sido víctima de violación o incesto, o porque el embarazo pondría en peligro su vida, o porque el bebé podría estar deforme o incapacitado En vez de esto, la mayoría de los abortos suceden porque hombres y mujeres que no quieren bebés, están teniendo relaciones sexuales y se encuentran con embarazos que no planeaban o no querían. Ya sea porque los anticonceptivos que usaron fallaron o porque se les olvidó usar el anticonceptivo, recurren al aborto como reserva. Muchos creen que si pudiéramos convencer a los hombres y mujeres de que usen anticonceptivos responsablemente, podríamos reducir el número de embarazos no deseados y por lo tanto el número de abortos. Hace treinta años esta posición pudo obtener credibilidad, pero no hoy. Hemos vivido casi treinta años en una cultura saturada con el uso de anticonceptivos y de aborto. Ya no podemos pensar, que más acceso a los anticonceptivos reducen el número de abortos. Por el contrario, donde los anticonceptivos son más facilmente adquiridos, el número de embarazos no deseados y el número de abortos aumentan rápidamente.

La revolución sexual no es posible sin anticonceptivos

La conexión entre anticonceptivos y aborto es primordialmente la siguiente: los anticonceptivos facilitan el tipo de relaciones y también el tipo de actitudes de carácter moral que facilmente llevan al aborto. La mentalidad anticonceptiva trata las relaciones sexuales como algo que casi no tiene nada que ver con bebés. Se piensa que los bebés son como "accidentes" de las relaciones sexuales, como intrusos no bienvenidos en una relación sexual, como una carga. La revolución sexual no tiene suficiente cariño ni espacio para formular una conexión entre la actividad sexual y los bebés. La revolución sexual simplemente no fue posible hasta que anticonceptivos confiables fueron ampliamente disponibles.

Lejos de ser un tope para la revolución sexual, los anticonceptivos fueron el combustible que facilitó el inicio de la revolución sexual y lo habilita para que crezca con furia. En el pasado muchos hombres y mujeres se abstuvieron de relaciones sexuales ilícitas, simplemente porque no estaban preparados para enfrentar la responsabilidad de ser padres. Pero una vez que anticonceptivos confiables aparacieron en la escena, la barrera que protegía al sexo dentro del matrimonio cayó. La conexión entre el sexo y el amor también cayó rápidamente. Desde que los anticonceptivos vinieron a ser usados ampliamente, han habido muchas pláticas sobre aceptar y practicar el sexo casual y recreacionalmente. El profundo significado que es intrínsico en la relación sexual, se ha perdido de vista. El deseo de comprometerse en una relación sexual no es el resultado de un compromiso profundo de uno para otro. No se habla más del deseo de "tener un hijo tuyo," y todo lo que trae consigo un bebé. Los anticonceptivos ayudan a reducir a la pareja a un simple objeto sexual, puesto que ayudan a tener relaciones íntimas sin ningún compromiso.

La facilidad con la que se dan las relaciones sexuales se acompaña con falta de cuidado en el uso de los anticonceptivos. Los estudios muestran que las mujeres que han tenido abortos, saben mucho sobre métodos de control de la natalidad. La gran mayoría, un 80%, son expertas en el uso de los anticonceptivos, pero demuestran descuido e indiferencia en el uso de los anticonceptivos por una variedad de razones. Una investigadora reporta las siguientes razones: Ella observa que algunas mujeres han roto la relación con su pareja sexual y creen que ya no necesitaran más usar anticonceptivos, pero de todas maneras siguen sexualmente activas(1). A otras no les agrada el exámen físico que requiere la píldora o no les gustan los efectos secundarios de ésta o las dificultades que trae conseguir los anticonceptivos. A muchas mujeres solteras no les gusta pensar de si mismas como mujeres sexualmente activas y el uso de anticonceptivos pone en conflicto la imágen que tienen de si. La omisión en el uso de anticonceptivos es una señal de que muchas mujeres no se sienten a gusto siendo sexualmente activas. O sea, que muchas de estas mujeres están comprometidas en una actividad que por alguna razón no desean admitir.

Frecuentemente los embarazos que son abortados eran planeados

En un libro titulado Tomando riesgos: El aborto y la decisión de no usar anticonceptivos, Kristin Luker, investigadora y científica social, pro-aborto, trata de descubrir la razón por la cual, con tantos anticonceptivos disponibles, muchísimas mujeres, prácticamente todas conocedoras de los anticonceptivos, tuvieron embarazos no deseados y abortos (2). Las conclusiones de los estudios sugieren que no es solo "descuido" o "irresponsabilidad" lo que lleva a las mujeres a abortar, sino que, frecuentemente, los embarazos que terminan en abortos son planeados o son resultado de un riesgo calculado. Luker empieza por dar de baja algunos de los puntos de vista más usados para obtener el aborto. Ella niega que las mujeres que tienen abortos sean jovencitas aterradas de pánico o que sean mujeres solteras que tendrían hijos ilegítimos si no abortan. También sostiene que las estadísticas no demuestran que el aborto es un acto de desesperación por parte de las mujeres pobres o de las que obtienen asistencia social o de las que tienen más hijos de los que pueden mantener. Lo que Luker trata de distinguir son las "razones" por las cuales estas mujeres no usan anticonceptivos, teniendo experiencia de ellos y sabiendo los riesgos que representa el no usarlos(3). Luker trata de comprobar en su estudio que: "los embarazos no deseados son el resultado final de una decisión tomada con alebosía. Para las mujeres en este estudio, el embarazo ocurrió de todas maneras, porque la mayoría de ellas trataban de lograr otros objetivos que tenían más importancia que el prevenir un embarazo"(4).

Luker discute que, para estas mujeres (que tienen sexo sin protección, aunque no quieren tener bebés), el uso de los anticonceptivos tiene un cierto "precio" y el quedar embarazadas tiene ciertos "beneficios." La mujer calcula que los beneficios de no usar anticonceptivos y los beneficios de un embarazo sobrepasan los riesgos de quedar embarazada y de tener un aborto. Ella está de acuerdo en que muchas mujeres prefieren el "sexo espontáneo" y no les gusta pensar de si mismas como "sexualmente activas." También nota que algunas se preguntan si todavía son fértiles y por eso no toman anticonceptivos(5). Para muchas mujeres, los beneficios de un embarazo son numerosos. El embarazo comprueba "que es mujer"(6), o que es fértil(7); provee una excusa para "forzar o definir una relación"(8); "fuerza a los padres de una mujer o de una jovencita a prestarle atención y relacionarse con ella"(9); el embarazo también se usa como una "técnica de psicología organizacional."

Al final, casi todas las mujeres solteras a las cuales Luker entrevistó, tuvieron la opción de casarse (y supuestamente llevar el embarazo a término), pero ninguna escogió esta opción. Luker atribuye esto al deseo de no casarse bajo esas condiciones — esto es muy distinto al matrimonio de sus sueños — y a la creencia de que ellas son responsables del embarazo y no pueden exigir el apoyo de parte del hombre(10). Uno de los ejemplos que usa es el de una mujer soltera a quién no le gusta la píldora porque le hacía ganar peso, junto con el deseo de que su novio admitiera la relación ante los padres de él, quienes no la aceptaban, y la posibilidad de forzar el matrimonio. Por estas razones ella decidió no usar anticonceptivos (11). Después de quedar embarazada, esta mujer tuvo un aborto.

El "descuido" es intencional

Mucha de esta información sugiere que hay algo en lo más profundo de nuestra naturaleza que considera la separación entre el acto sexual y el amor, el compromiso y los bebés, como algo inadecuado. Como hemos visto, las mujeres son negligentes en el uso de anticonceptivos por diversas razones. Pero una de las razones por su despreocupación es el deseo de tener una relación sexual que tenga sentido, en vez de una actividad sexual sin significado. Ellas quieren que el acto sexual sea algo más que un saludo o compartir una cena. Ellas se sienten muy incómodas con los efectos de los anticonceptivos en cuanto a sus cuerpos y a la relación con sus parejas. A menudo, las mujeres desean tener una relación de más compromiso con el hombre que están viendo. Ellas quedan embarazadas para comprobar el cariño y el compromiso por parte de él. Pero como esa relación no es permanente, puesto que no hay votos ni promesas serias, ellas son profundamente ambivalentes a que ocurra un embarazo. Es más probable que estas mujeres aborten un embarazo que incluso habrían deseado. Suena como descabellado el decir que algunas mujeres pueden, en cierta forma, "planear" los mismos embarazos que ellas abortan, aunque este análisis ha sido llevado a cabo por sociólogos pro-aborto.

¿Por qué actúan las mujeres en forma tan autodestructiva? Nuevamente, una gran parte de los razonamientos es el énfasis tan increíble que la época moderna le da a la libertad. No a la verdadera libertad que todos desean — la libertad de alcanzar lo bueno y verdadero— sino que a un tipo de libertad que es más como una licencia: la libertad de hacer lo que uno quiere, sin importar si es bueno y verdadero. Queremos ser libres no para "descubrir" lo que es bueno y la verdad, sino ser libres para "definir" lo que es bueno y la verdad.

Nuevamente encontramos pruebas explícitas de nuestro deseo de definir la realidad, en el caso Planned Parenthood v Casey, que dice: "En el corazón de la liberad está el derecho de definir el concepto propio de la existencia, del significado, del universo, del misterio de la vida humana." Sin duda, todos tenemos el derecho a definir nuestros propios "conceptos." Pero cuando estos "conceptos" se traducen en acción, el público tiene el derecho a protección contra comportamientos malignos que resultan de estos conceptos. Algunos tienen el "concepto" de que individuos de cierta raza o grupo étnico son inferiores y no tienen derecho a la igualdad de derechos humanos. Ciertamente ellos tienen el derecho a definir ese concepto, por muy erróneo que sea; pero ellos no tienen el derecho a imponer "sus" conceptos a otros. ¡No todos los conceptos son creados iguales!

Preferimos nuestra libertad sobre lo que es bueno

Fundamentalmente, la época moderna escandaliza con su actitud anarquista. Hasta en las sociedades libres las leyes se ven como reprimiendo la libertad humana. Permitimos esas restricciones para evitar un gran daño a los individuos. Pero mientras menos restricciones tengamos mejor. Hemos perdido en gran parte el sentido de que las leyes pueden poner restricciones adecuadas a la libertad humana y que son esenciales para la protección de los seres humanos. Aunque vemos cierta conexión entre las leyes y la justicia, preferimos mucho más las leyes que protegen nuestra libertad en vez de las leyes que adelantan nuestro bien. Por ejemplo, aunque pocos defienden que la pornografía es dañina para nuestra cultura, es generalmente tolerada porque preferimos nuestra libertad sobre lo que es bueno. Una vez que se les ocurrió el punto de vista de que el hombre es fundamentalmente bueno y que su libertad de hacer lo que quiere es su característica más importante, esta idea se dispersó. Este punto de vista está acompañado por una falta de apreciación por lo transcendente. Ve al hombre sólo como a un animal más desarrollado. Como enseñó Nietzsche, el hombre no debe de controlar sus pasiones por la razón, sino que tiene que usar la razón para satisfacer sus pasiones, para ayudarle a coger cualquier felicidad que pueda en este universo sin sentido. Este punto de vista reemplaza la visión cristiana del hombre como huésped del universo de Dios, una criatura caída con el pecado original, pero de todas formas la criatura más excelsa de la creación, quien a través de la obediencia a la ley natural y a Dios, y por medio de la gracia, se encamina a la unión eterna con Dios.

La promiscuidad sexual aumenta

Al final de la década de los sesenta y a principios de los setentas, la idea de la persona humana como un animal a quien las pasiones deben gobernar, se arraigaron de un modo intrínsico en las actitudes de aquellos que promovieron la revolución sexual. Uno de los más grandes promotores y agentes de la revolución sexual ha sido Planificación Familiar (12). Durante las décadas de los sesentas y los setentas, muchos de los hombres y mujeres, altavoces de Planificación Familiar, sin vergüenza alguna, promovieron el sexo fuera del matrimonio y aún la promiscuidad. A la juventud se le dijo que abandonara las expresisones morales de sus padres y se entregaran al "amor libre." Les dijeron que el tener una vida sexual activa con un gran número de parejas les iba a ser psicologicamente sano, perfectamente normal y perfectamente moral. Hoy en día, por la gran expansión del SIDA y la desvastadora plaga de embarazos de adolescentes, incluso Planificación Familiar le da importancia a la abstinencia. Aún así, ellos no confían en que la gente joven se pueda y quiera abstener de relaciones sexuales. Por lo tanto promueven el "sexo seguro," "sexo responsable," por lo cual quieren decir que la relación sexual se tenga con anticonceptivos. Los educadores sexuales asumen que la gente joven tendrán actividad sexual fuera del matrimonio (lo auto-asumen en algunos aspectos). Por lo tanto, la meta de sus programas es que utilicen anticonceptivos. Planificación Familiar piensa que la educación sexual reducirá el número de embarazos y por lo tanto el número de abortos. Pero volvemos a lo mismo. Todos los estudios muestran que los programas de educación sexual inspirados por Planificación Familiar conducen a mayor promiscuidad, a más embarazos de adolescentes y a más abortos.

La gente joven no necesita educación sexual del tipo que enseña Planificación Familiar. Necesitan aprender que el acto sexual se debe de usar con responsabilidad y seguridad sólo en el matrimonio. En lugar de llenarles la cabeza con nociones falsas sobre la libertad y los bolsillos de condones, necesitamos ayudarles a ver la realidad del verdadero significado de la sexualidad. Necesitamos ayudarles a que aprendan autodisciplina y autocontrol, para que no se esclavicen de sus pasiones sexuales. Necesitan aprender que las relaciones sexuales le incumben sólo al matrimonio y cuando se comprometen al matrimonio viene la verdadera libertad: la libertad de darse completamente al otro, la libertad de aceptar la responsabilidad de los hijos propios.

Hay dos bases sobre las cuales la educación para responsabilidad sexual se debe construir. Estas bases están corroídas por el sexo con anticonceptivos. Una base fundamental es que el acto sexual debe ser la expresión de un amor profundo hacia otro individuo. Un amor profundo que lleva a uno a entregarse totalmente al otro. La mayoría de los individuos esperan tener algún día un matrimonio fiel, una relación marital con alquien a quien amen profundamente y por quien sean profundamente amados. Uno de los mayores componentes de ese amor profundo es la promesa de fidelidad que uno le da al otro de serle fiel sexualmente. A algunos les parece anticuado hablar de la necesidad de ser fiel a su esposo antes del matrimonio. El caso es que uno le debe fidelidad a su esposo/a aún antes de conocerle. Uno se debe preparar para ser un buen amante, un buen esposo/a durante toda la vida. Esto quiere decir reservar el dar uno su sexualidad hasta que esté casado; porque, de hecho, la sexualidad propia le pertenece a nuestro futuro esposo/a tanto como a uno mismo. Hace algunas generaciones, era común para la gente joven hablar de "preservarse" para el matrimonio. Hoy esta es una expresión mofada, porque no hay entendimiento alguno de lo que es el amor, la sexualidad y el matrimonio. Uno debe de prepararse y esperarse para el matrimonio.

Las relaciones sexuales fuera del matrimonio causan mucho daño. Muchos tienden a sentirse explotados así como haber explotado a otros. Muchos experimentan el sentirse extraños y pierden la habilidad de confiar en otros completamente. O bien, el placer sexual que experimentan les impide conocer el verdadero carácter de la persona con quién tienen sexo y hacen un juicio erróneo sobre con quién se quieren casar (13). Tendríamos que ayudar a la gente joven a ver por qué ellos deben evitar el camino fácil, tonto y autodestructivo de las relaciones sexuales con anticonceptivos de que toman parte, con descuido y sin ningún significado, antes de casarse.

Los anticonceptivos cortan la conexión entre el sexo y los bebés

La otra base fundamental para los programas de educación sexual debería ser la idea de que "si no estás listo para tener bebés, no estás listo para relaciones sexuales y no estás listo para bebés hasta que te cases." La mayoría quieren ser buenos padres, quieren proveer para sus hijos y darles una buena educación. Los anticonceptivos destruyen la conexión entre las relaciones sexuales y los bebés; nos hacen sentir responsables sobre nuestra sexualidad mientras que nos permiten ser irresponsables. Los individuos que nacen fuera del matrimonio empiezan la vida de una forma más dura; les cuesta mucho obtener la disciplina y la fuerza necesarias para ser adultos responsables. Las madres solteras tienen vidas muy duras al esforzarse para solventar las necesidades de sus hijos y sus propias necesidades emocionales. Aquellas quienes abortan a sus bebés muy a menudo tienen desvastadoras cicatrices psicológicas. El precio de un embarazo sin matrimonio es muy alto.

Incluso dentro del matrimonio los anticonceptivos son destructivos al reducir el significado del acto sexual; quitan el gran compromiso que es inherente a la receptividad de tener hijos con quien uno ama.

Por lo tanto, no nos debe sorprender que, al contrario de los que usan anticonceptivos, aquellos que usan métodos de Planificación Natural de la Familia (PNF) no recurren al aborto en caso de un embarazo no planeado. Algunos arguyen que los que usan métodos de PNF están opuestos a tener bebés, tal como los que usan anticonceptivos; y que ellos también desean tener relaciones sexuales sin bebés. Pero la gran diferencia es que aquellos que usan PNF mantienen el principio de la responsabilidad sexual; sus relaciones sexuales permanecen tan abiertas como la naturaleza de la procreación lo permite. Ellos se abstienen de relaciones sexuales cuando saben que pueden concebir, y tienen relaciones sexuales cuando saben que no pueden concebir, precisamente por su deseo de ser responsables sobre la crianza de niños.

Aquellos quienes abortan generalmente han usado anticonceptivos

Una gran diferencia reveladora entre los anticonceptivos y PNF es que quienes abortan generalmente han usado anticonceptivos, y aquellos que usan PNF casi nunca abortan. Cuando los que usan PNF se embarazan sin intención alguna, aceptan el embarazo de lleno. Generalmente ellos practican PNF no para evitar un embarazo del todo, sino por les gustaría posponer un embarazo. Ellos generalmente aman a los niños y desean tenerlos; y aunque el embarazo a veces puede ser inconveniente, no es como un desastre. Tiene sentido entonces que lo usen sólo aquellos que están casados, porque tienen confianza mutua y el compromiso de llevar a la práctica el método.

Por otro lado, aquellos quienes usan anticonceptivos y quedan embarazados sin esperearlo, generalmente están enojados, pues hicieron todo lo posible para evitar un embarazo. Para aquellos que no están casados, un embarazo representa un desastre, y el aborto parece una necesidad, pues no hay compromiso permanente entre la pareja sexual. Los que se casan a menudo ha planeado una vida que no es receptiva a niños y están tentados a abortar para mantener ese estillo de vida que ellos han diseñado sin hijos.Pero no estoy diciendo, desde luego, que todos los que usan anticonceptivos podrían abortar; sino que muchos de los que usan anticonceptivos abortan y es muy raro que los que usan PFN lo hagan.

Los anticonceptivos dejan el elemento de "hacer un bebé" fuera del acto sexual. Tratan al embarazo como a un accidente del acto sexual, en lugar de la consecuencia natural para la que los invididuos responsables deberían estar preparados. El aborto, entonces, se ve como una solución a un embarazo no deseado. Los anticonceptivos les permiten a aquellos quienes no están preparados para tener bebés, a tener relaciones sexuales. Cuando resulta un embarazo, ellos se resienten contra el niño que aún no ha nacido por entrometerse en sus vidas, y buscan la solución en el aborto. No debería sorprendernos que en los países donde los anticonceptivos están a la orden del día, tratan de hacer el aborto legal a toda costa. Mientras esto no sucede en los países en los cuales los bebés pueden sobrevivir dentro y fuera del vientre. Es tontería por parte de los que son pro-vida pensar que pueden evitar el tema de los anticonceptivos y la irresponsabilidad sexual y al mismo tiempo tener éxito en la batalla contra el aborto. Porque tal como la Corte Suprema declara, el aborto es "necesario" para aquellos que tienen relaciones sexuales basadas en anticonceptivos.

Referencias

1. Mary K. Zimmerman, Passage through Abortion (Pasage a través del aborto) (New York: 1977)

2. Kristin Luker, Taking Chances: Abortion and the Decision Not to Contracept (Tomando riesgos: El aborto y la decisión de no usar anticonceptivos) (Berkley: 1975)

3. Luker, 16 4. Luker, 32 5. Luker, 62-53

6. Luker, 65 7. Luker, 68 8. Luker, 70

9. Luker, 71 10. Luker, 123 11. Luker, 83

12. Para corroborar los argumentos hechos por Planned Parenthood, ver George Grant, Grand Illusions: The Legacy of Planned Parenthoood (Ilusiones grandes: El legado de la Planificación Familiar) (Brentwood, TN: Wolgemuth and Hyatt Publishers, Inc., 1988) y Robert Marshall y Charles Donovan, Blessed Are the Barren (Bendito sean aquellas estériles)(San Francisco, CA; Ignatius Press, 1991)

13. Para una buena discusión pastoral sobre el mal del sexo premarital, ver James T. Burtchaell, For Better or Worse (Para mejor o peor), (New Jersey: Paulist Press, 1985)

La doctora Janet E. Smith, es una Profesora Visitanda de los Asuntos de Vida en la Sacred Heart Seminary en Detroit. Ha editado Why Humanae Vitae was Right: A Reader (Por qué Humanae Vitae tenía razón: Texto de lectura) y ha escrito Huanae Vitae: A Generation Later (Humanae Vitae: Una generación más tarde) y numerosos artículos sobre los preguntas ethicales y bioethicales. Ella habla nacionalmente e inter-nacionalmente en asuntos de vida. Mas que 400,000 copias de su cassete "Anticoncepción: Por qué No" se han distribuidos.

Este artículo fue impreso con permiso de Homiletic & Pastoral Review.


http://www.omsoul.com/pdfs/PCBCsp.pdf

Adopcion Espiritual

Tres extranjeras adquieren cada día el billete para abortar en Cataluña


Domingo 02 de diciembre Embriones

No son mujeres españolas que viajan a Londres para abortar, son británicas que viajan a Barcelona. Más de cinco mil extranjeras han viajado durante los últimos cinco años a Cataluña de forma exclusiva para una interrupción voluntaria de embarazo. Y no son sólo británicas; sobre todo francesas, y también andorranas e italianas.

ABC.- Según los datos facilitados por la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña, 1.251 mujeres se sometieron a un aborto en esa región de España durante el año 2006, con un incremento próximo al 20 por ciento en los últimos doce meses. Supone una media de tres cada día.

Su procedencia se mantiene prácticamente invariable a lo largo del tiempo: Francia es el principal país de origen de las mujeres que se trasladan a nuestro país para abortar, ya que según el último año dos de cada tres mujeres extranjeras con residencia fuera de nuestro país procedían de este país vecino.

En Francia, el aborto es libre durante los doce primeras semanas mediante solicitud previa, y en el segundo trimestre se permite en caso de riesgo para la vida de la mujer, riesgo para su salud psíquica o debido a malformaciones del feto. Además de francesas, las mujeres vienen a abortar desde Andorra (14,3 por ciento) e Italia (9,9 por ciento) principalmente, según los datos de 2005, que son similares a los del año anterior, cuando aún se incluía a Gran Bretaña entre los principales países de origen de las mujeres que acudían a Cataluña.

En Italia, se puede abortar hasta los 90 días de embarazo por razones sociales, económicas o médicas y por encima de esos 90 días cuando existe riesgo para la vida de la mujer, para su salud física o psíquica o en caso de violación. Y en el caso de Gran Bretaña, se permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana número 24 en caso de razones sociales, económicas o médicas, y sin límite en caso de grave y permanente riesgo para la vida de la mujer. Por su parte, está prohibido el aborto voluntario en Andorra, aunque se ha levantado la pena por someterse a un aborto en otro país.

La evolución de las cifras hasta ahora conocidas en Cataluña muestran una nueva dimensión, hasta el punto de que en el último año los incrementos tanto en el número de interrupciones voluntarias del embarazo como en la llegada de mujeres con residencia en el extranjero para abortar en nuestro país se han incrementado alrededor de un 20 por ciento.

Aumento en el último año

Entre el año 2001 y el año 2005, el número de abortos en Cataluña pasó de 15.207 a 18.434, lo que supone un incremento real superior a las 3.200 interrupciones voluntarias del embarazo. Sin embargo, sólo en el último año (2005-2006) ese aumento ha sido aún superior, al pasar de 18.434 a 21.976. En semejantes circunstancias se mueve la llegada de extranjeras a España con el único fin de abortar. Menos de 800 se trasladaron a Cataluña desde Francia, Andorra, Italia, Gran Bretaña... en el año 2001 con ese motivo, mientras que en 2006 la cifra ascendía a 1.251. Entre los años 2001 y 2005, se pasó de 798 extranjeras residentes en el extranjero a 1.045, mientras que en el último año (2005 a 2006) el incremento fue similar, más de doscientas personas: de esos 1.045 a 1.251.

Durante el año 2006, se practicaron en Cataluña un total de 21.976 interrupciones del embarazo, con un incremento cercano al 20 por ciento (19,2%) con respecto al año anterior. De estos abortos, casi la mitad fueron protagonizados por mujeres de origen extranjero, ya fueran de las que cruzan la frontera con el único afán de liberarse del bebé que esperan, como de extranjeras residentes en España, ya sea en Cataluña o en el resto del país. Esas casi 22.000 interrupciones fueron realizadas en 30 centros, de los que 18 eran hospitalarios y el resto extrahospitalarios, en su mayoría de la provincia de Barcelona.

Con respecto a los últimos años, no varía la nacionalidad de la mujer que se desplaza a España, en este caso a la Comunidad Autónoma de Cataluña, a someterse a un aborto: en siete de cada diez casos son francesas, y junto a ella también protagonizan estos casos las nacidas en Andorra y en Italia. Es una evidencia que no ha variado prácticamente nada en los últimos años el país de origen de estas mujeres, aunque esta encuesta tiene cada vez más un protagonismo francés, con un aumento de ocho puntos con respecto a 2004, pues ya en 2006 eran 69,9 por ciento del total, mientras que se ha producido un ligero descenso de los viajes desde Andorra e Italia. Pese a ello, entre estos países superan el 90 por ciento de los casos.

Clientela extranjera

Y son personas que en buena parte se habían convertido en clientas de las cuatro clínicas privadas de Barcelona que están siendo investigadas por practicar presuntamente abortos ilegales. El pasado lunes, cuando agentes de la Guardia y de la Guardia Urbana registraron las sedes de las cuatro clínicas, situadas en un radio de menos de un kilómetro, en la parte alta de Barcelona, algunos de los curiosos vecinos que se pararon a ver el trajín policial y periodístico comentaron que muy a menudo veían llegar coches con matrícula francesa a las sedes de los centros médicos.

Al parecer, el máximo responsable de las clínicas investigadas, el cirujano peruano Carlos Morín, podría haber ideado una red de colaboradores, en este caso, médicos extranjeros que derivaban a sus clientas a los centros de Barcelona a cambio de una presunta comisión. Además, el peruano Carlos Morín tenía convenios con tres importantes hoteles de Barcelona en los que alojaba las pacientes antes y después de las intervenciones. La industria del aborto.



Adopcion Espiritual