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13 junio 2007
Más de las tres cuartas partes de la población nicaragüense le da una rotunda negativa a la práctica del aborto
EStudio sin precedentes muestra efectos psicológicos dañinos del aborti
El aborto destruye la salud psicológica de las adolescentes. Un reciente estudio hecho sobre una amplia muestra poblacional acaba de presentar estadísticas dramáticas a este respecto. Son tan gráficas que incluso los pro vida podrían tener algún escepticismo inicial frente a ellas. No obstante, en favor de la objetividad, habría que señalar que el Prof. David Fergusson, autor de esta investigación, se ha declarado siempre a favor del aborto.
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“Estamos muy sorprendidos con los resultados”, dijo. “Esperábamos ciertamente que las jóvenes que tuvieran abortos fueran las que tuvieran una tasa más alta de problemas de salud mental, pero eso se debía a que nosotros pensábamos que diversos factores predisponían a la mujer a ambas cosas: a tener un aborto y también a tener problemas de salud mental. Lo que encontramos fue muy distinto. Además, el aborto se ha convertido en el procedimiento quirúrgico más común que las mujeres jóvenes experimentan durante la adolescencia y la adultez temprana”. Esta evidencia científica cobra particular importancia ahora que gobiernos de muchos países y las activistas feministas postulan que el aborto es un procedimiento necesario para las adolescentes. La propuesta incluso va más allá proponiendo que el aborto para las adolescentes debería ser accesible sin mediar el conocimiento ni el consentimiento de sus padres. Hallazgos de la investigación
Estas son estadísticas tremendamente indicativas. Las mujeres que tienen abortos a una edad mayor también tienen un considerable incremento en el riesgo de padecer enfermedad mental, pero en las adolescentes es aún más dramático. La mujer también es víctima en un aborto Debido a las modernas técnicas de asepsia, a los potentes antibióticos disponibles, y a tecnología más avanzada, es muy difícil ver por qué una mujer corre riesgos en un aborto. Por supuesto que hubo un tiempo en que tener a un niño era peligroso para la mujer, pero esa situación ya es historia en la medida que existen servicios médicos básicos (donde no los hay, la práctica del aborto también sigue siendo sumamente riesgoso en términos médicos). Sin embargo, los riesgos físicos no son los riesgos a considerar en una mujer que evalúa tener un aborto. Los partidarios de la despenalización del aborto citan los posibles daños psicológicos que sufren las mujeres que dan a luz un niño no deseado, pero la evidencia científica continua acumulando evidencia científica que prueba lo contrario: el aborto es más nocivo psicológicamente que llevar el embarazo a término y dejar que el niño nazca. Esto sucede porque los argumentos a favor de la despenalización del aborto están construidos sobre bases ideológicas, no sobre la realidad. Lo que nos dice el sentido común – que una madre sufre espiritualmente al terminar con la vida que crece dentro de ella- ha sido confirmado por la evidencia empírica de un estudio seria y objetivamente ejecutado como el presente. De modo que ¿para quién puede ser bueno el aborto?. No es necesario demostrar que el aborto es muy malo para los niños por nacer. Más bien corresponde preguntarnos, ¿cuán solidarios somos con estos niños? Como dijo Ronald Reagan en 1980, "Dense cuenta que todos los que están a favor del aborto es porque ya han nacido”. Sin embargo, además del evidente atentado contra la vida del niño por nacer, la mujer también se constituye en víctima del aborto. | |||
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Los investigadores señalaron también que los eventos de depresión, ansiedad y otros efectos nocivos tuvieron lugar después de los abortos. Quedó demostrado que no fue el caso que los casos de depresión, adicción a las drogas u otros factores perturbaran a las mujeres predisponiéndolas a abortar a sus niños; fue más bien que el aborto precedió en el tiempo a estas perturbaciones. Un aspecto importante de este estudio es el cuidado que se tuvo para evitar las dificultades de estudios previos, algunos de los cuales mostraron una relación entre el aborto y consecuencias psicológicas negativas pero hubo otros tantos que no. Este estudio reciente, hecho sobre una muestra considerable, uso métodos de selección de población femenina, eliminando algunos factores de sesgo, y otras técnicas para proporcionar un análisis más riguroso. El estudio completo aparece en el ultimo número de la Revista de Psicología y Psiquiatría Infantil (Journal of Child Psychology and Psychiatry). Este estudio confirma lo que muchos ya venían sosteniendo Este estudio de Fergusson en Nueva Zelanda, sin embargo, no es la única investigación reciente acerca de los efectos psicológicos dañinos del aborto. El Instituto Elliot señalo que en el 2005, “ dos nuevos estudios en los cuales somos co-autores fueron publicados en revistas de medicina y psicología. Sus hallazgos mostraron que las mujeres que abortan son 3 veces más propensas a presentar síntomas de desórdenes de ansiedad generalizada en comparación a mujeres con embarazos no planeados que dieron a luz (Journal of Anxiety Disorders). Además que las mujeres con una historia clínica de aborto inducido son 3 veces más propensas a usar drogas prohibidas durante un embarazo posterior (British Journal of Health Psychology)."
Ken Orr, vocero de Right to Life de Nueva Zelanda, quiere que todas las mujeres conozcan este tipo de investigación en vez de que estos datos desaparezcan dentro de una avalancha de publicidad a favor del aborto. "Nuestra organización está haciendo lobby al Comité Supervisor de Abortos con la finalidad de que los resultados de este estudio se ofrezcan a todas las mujeres que estén pensando en un aborto" dijo. "Este Comité fue convocado y debe rendir cuentas a nuestro Parlamento si hubiera un descuido en la aplicación de la leyes sobre el aborto en nuestro país" Este grupo liderado por Orr está actualmente demandando legalmente al gobierno por no cumplir las restricciones legales que tiene el aborto y promoverlo con toda liberalidad. El aborto mata a un niño y daña a la mujer, eventualmente en su cuerpo y más frecuentemente en su mente. De modo que, ¿para quién puede ser bueno el aborto? Joseph A. D'Agostino |