29 enero 2010

Qué es ser provida



Por José Pérez Adán

Ser provida es defender la vida de los demás desde su inicio a su término como el valor básico sobre el que se asienta la convivencia en sociedad. Los provida no solo opinamos que la vida comienza en la fecundación y acaba en la muerte natural sino que nos comprometemos en obras y acciones para proteger el derecho a la vida de todo ser humano concebido y el derecho a una muerte digna y no procurada de todo enfermo terminal. Ser provida es un compromiso vital que mueve a la acción, por eso a los provida se nos nota nuestra condición.

Se nos nota, en primer lugar, en que nos asociamos para procurar la liberación de tantos seres humanos que se encuentran indefensos ante la violencia que se ejerce contra ellos para causarles la muerte. Nunca antes en toda la historia de la humanidad una idea, la de que la vida de los más débiles depende de la opinión de los que tienen poder sobre ellos, había causado tanta muerte y tanta injusticia como ahora. Las víctimas se cuentan por millones y la mayoría de los estados miran para otro lado a la hora de proteger y defender el más básico de todos los derechos. Ante esta situación los provida nos juntamos: unimos nuestros esfuerzos a los demás para representar un impulso eficaz que salve vidas. El provida no va por libre defendiendo una opinión personal: se une a otros para hacer frente a una de las mayores injusticias de que ha sido testigo la historia humana.

Los provida, por otro lado, predicamos también con el ejemplo. Nuestro compromiso con la vida se nota en que la cuidamos y respetamos integralmente. Por eso rechazamos todo aquello que ponga la vida humana en situación de riesgo evitable: tanto la propia como la de todos. Sería incoherente que un provida adoptase rutinas, hábitos y vicios que desdicieran lo que afirma defender. Así, un provida rechaza las drogas por respeto a su vida, rechaza superar los límites de velocidad por respeto a la vida de los demás, y rechaza el deterioro medioambiental por respeto a la vida de todos. Pero, además, la coherencia va más allá de sus acciones y llega también a sus opiniones: un provida no puede estar a favor de la pena de muerte, ni de la violencia mortal en ninguna circunstancia.

A los provida se nos nota nuestra condición, en tercer lugar, en que respetamos sobremanera la maternidad. Por un lado fomentamos el apoyo al entorno que mejor procura la concepción: el compromiso de amor en la familia estable. Por otro lado hacemos todo lo posible para aliviar la situación de angustia que a veces puede sobrevenir ante un embarazo inesperado. Pensamos que el respeto a la maternidad comienza y se fundamenta en la educación y pasa necesariamente por la ayuda a las madres gestantes. Los provida defendemos una educación para el amor y la responsabilidad que fomenta el autodominio. Asímismo, apoyamos con todos nuestros recursos y energías los centros de acogida a la vida que hemos contribuido a formar allí donde desarrollamos nuestra labor.

En cuarto lugar, por último, a los provida se nos distingue en la medida en que aspiramos a fundamentar nuestra misión mediante una continua actualización del conocimiento y en que dispensamos y regalamos nuestras ideas sin descanso. La formación y la difusión permanentes forman parte de la razón de ser provida y es en el ejercicio racional donde encontramos justificación para nuestros desvelos. Por esto pensamos que nuestro compromiso social y público rinde un servicio inestimable al avance de la ciencia y al desarrollo humano. No existe progreso posible que no tenga la vida como fin. Por el contrario sabemos que la mediatización y el consumo de vidas para cualquier interés rinde a la ciencia que lo ampara esclava de la tiranía y abre la puerta a la más cruenta de las dictaduras y a la opresión.

Los provida nos sabemos rebeldes. No nos conformamos con la impunidad que ampara el desprecio a los más débiles y queremos cambiar este estado de cosas. Nuestro proyecto no es de ningún partido o iglesia sino un reclamo de dignidad universal que ampara la justicia y que debe proteger el derecho. Nos damos cuenta de que hay mucha gente de acuerdo con nosotros y queremos invitarles a defender la vida con su vida. Los provida lo somos independientemente de nuestra opción política, religión, renta, procedencia, o capacidad. Queremos alumbrar un nuevo mañana que respete al ser humano sin importar su etapa de desarrollo, su edad, sus características físicas o psíquicas, su salud y su origen, y este mañana pertenece a todos. Si no lo has hecho ya, únete a nosotros: muchas vidas te lo agradecerán de por vida.

José Pérez Adán
www.provida.es/valencia
www.ivaf.org
www.ulia.org



Nueva marcha en favor de la vida 7 De marzo 2010



En Madrid, la Marcha por la Vida -España Vida Sí- se celebrará el domingo 7 de marzo a las 12 del mediodía, entre la Plaza de Cibeles y la Puerta del Sol. Tendrá, como la del año pasado, un carácter y colorido festivos, con carrozas, música y un fin de fiesta joven y rompedor, con presencia de líderes de opinión y celebridades en el escenario instalado en la Puerta del Sol.
www.derechoavivir.org
www.hazteoir.org



20 enero 2010

Contra la Ley de plazos



Un llamamiento a los políticos para que voten contra la Ley de plazos del aborto, y una invitación a la reflexión de toda la sociedad sobre el valor de la vida humana, y sobre todo, de la defensa del más débil e indefenso: el no-nacido.



14 enero 2010

El enfermo en coma tiene los mismos derechos legales y éticos que cualquier otro

"La vida durante el coma también es vida y todos nuestros esfuerzos son útiles para aliviar los síntomas molestos y prestar los cuidados básico". Así se expresó Jacinto Bátiz, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce (Vizcaya), en su intervención ayer en las jornadas científicas sobre el daño cerebral irreversible organizadas por la Fundación Instituto San José.


S.V.


Bátiz habló de su experiencia de dieciséis años al frente de una Unidad de Cuidados Paliativos y señaló que "ha habido un cambio grande en la toma de decisiones en los casos de enfermos en coma, pues ahora la opinión del paciente está más protegida ya que tiene la posibilidad de dejar su voluntad escrita, aunque ninguna de las decisiones que tome puede ir contra de la buena praxis medica".

Bátiz, que es presidente de la Comisión de Ética y Deontología Médica del Colegio Oficial de Médicos de Vizcaya, reconoce que "el conflicto ético y jurídico que aún no se ha resuelto es el de si pueden retirarse todas las medidas terapéuticas, incluidas la hidratación y la alimentación, para permitir una muerte en paz".

En este sentido, señala la dificultad de establecer cuándo se habla de cuidados básicos, que hay que proporcionar a todas las personas si no han manifestado expresamente lo contrario, y cuándo de tratamientos médicos que se pueden interrumpir. "Hay controversia, por ejemplo, en determinar si la nutrición enteral por sonda nasogástrica, es o no un cuidado básico, algo que va a depender del entorno sociocultural donde se desarrolle el debate", según Bátiz.

Los profesionales sanitarios de estas unidades deben tener en cuenta que "el 40 por ciento de los diagnósticos de estado vegetativo son incorrectos" y, en consecuencia, "existen dudas sobre si estos pacientes tienen emociones o no". Como conclusión, Bátiz señala que "los enfermos en coma tienen los mismos derechos legales y éticos que cualquier otro enfermo".

En junio de 2009, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios cifró en 117 el número de enfermos en coma que estaban siendo atendidos en sus centros.




Diario Medico





Con el aborto, la mujer pierde

Iñigo Urien Azpitarte_I Congreso Nacional de HO Jóvenes
Encuentro organizado por Profesionales por la Ética con el abogado Íñigo Urien de Azpitarte, experto en violencia sobre la mujer.
REDACCIÓN HO.-  En el marco de los encuentros que Profesionales por la Éticacelebra con expertos de diferentes ámbitos, esta asociación ha realizado una serie de preguntas sobre la reforma de la legislación española sobre el aborto a Iñigo Urien Azpitarte, abogado del Turno especial de abogados para Violencia sobre la Mujer del Colegio de Abogados de Vizcaya.
PREGUNTA: ¿Se puede hablar de un "derecho al aborto"?


RESPUESTA: El «derecho individual al aborto» es uno de estos entramados jurídicos, pretenciosamente proclamados como liberadores, que perjudican a la mujer, poniéndola en una situación de profunda desigualdad y desamparada ante situaciones de tiranía y opresión que se pueden dar dentro de, entre otras, las estructuras familiar o afectiva, laboral y económica. La feminista radical estadounidense Catherine MacKinnon empezó a denunciar esto a raíz de la aprobación en USA del derecho al aborto en 1973 afirmando incluso que "....cada pizca de control que las mujeres ganaron [con el aborto como derecho] ha ido directamente a manos de los varones". 




PREGUNTA:  Vd. conoce bien la realidad de la mujer maltratada ¿Cómo afecta el aborto a la relación entre hombres y mujeres?

RESPUESTA:  El acceso al aborto libre, (en España de "facto" es lo que hay desde la despenalización de los tres conocidos supuestos y su fraudulenta aplicación), aliñado con otros factores, ha traído un aumento de la frecuencia del acto sexual -basta ver la estadísticas oficiales con sus datos objetivos-, dificultando que la mujer le razone al hombre, en base a las consecuencias del propio acto (el embarazo), su negativa a la práctica sexual incrementándose as gestaciones imprevistas y las enfermedades sexuales. No es infrecuente oír a jóvenes, y no tan jóvenes, afirmar que están a favor del aborto porque no les gusta usar un condón por lo que si un hombre piensa que el aborto es una opción de fácil acceso para la mujer; se podrá sentir fácilmente desvinculado de ésta, dejándola sola ante un embarazo no previsto ya que ella puede recurrir fácilmente al aborto. Si bien es cierto que algunas mujeres pueden resistir presiones y negarse a abortar, la legalización del aborto genera un círculo vicioso del que otras muchas mujeres no pueden salir.
PREGUNTA: En la práctica, ¿qué consecuencias tendrá la reforma legislativa sobre el aborto?
RESPUESTA: Si la mujer puede abortar sin cortapisa alguna, el hombre se libera de cualquier responsabilidad como padre, teniendo a la mujer como elemento de satisfacción sexual y situándola en un plano de "no-igualdad". Pero si la mujer decide tener el hijo, también aparece como perdedora puesto que si sólo ella decide dar a luz, la responsabilidad de educar al hijo habría que entender que sólo es de ella, sobre todo si el padre ha estado a favor del aborto, y  además se ha ofrecido a pagar los gastos del aborto; y, en esta lógica claro está, pensará que el hijo no es su responsabilidad sino un tema exclusivo de una mujer que no ejercita su "derecho" a abortar. Si a pesar de todo, el gobierno lo obliga a pagar la pensión alimenticia, el hombre se sentirá tratado injustamente, creándose un clima social verdaderamente viciado.


Del mismo modo un empresario puede reaccionar de manera igual. Si el empresario puede pagar los costos de un aborto a petición, podrá sentirse menos obligado a adecuar sus prácticas laborales a favor de la mujer embarazada o para la mujer que cuida a su hijo. Si a causa de la maternidad tiene problemas con las condiciones de trabajo, o con el horario, la situación se puede considerar como un problema "privado" que ella pudo haber evitado, como advertiría Catherine MacKinnon. La mujer pierde legitimidad para reivindicar mejores condiciones laborales y familiares.


En definitiva, transmitir al tejido social (mediante la ley del aborto) la idea de que el aborto es un derecho exclusivo de la mujer crea un derecho correlativo del hombre, del poderoso, a desvincularse, e irresponsabilizarse, de sus propios actos aunque éstos condicionen a la mujer.




11 enero 2010

Esta homilía provoca la petición de cárcel para el arzobispo de Granada

Monseñor Javier Martínez, arzobispo de Granada, explica en esta homilía a sus fieles en qué consiste el "derecho" al aborto.




Queridos sacerdotes, niños de la escuela de cantores, hermanos y amigos: Viendo cómo marcha del mundo, cada vez es menos difícil percibir hasta qué punto la celebración de la Navidad es incorrecta, porque la Navidad sacude los cimientos de este mundo para salvarlos, para recuperarlos iluminados y purificados por la gracia y la misericordia de Cristo.

Pero hoy la Navidad estorba, Cristo estorba, la cruz estorba, los cristianos y la Iglesia estorban a los que tienen la pretensión del poder absoluto. Es algo muy comprensible: la pasión del poder siempre ha sido muy fuerte en los hombres. Tan fuerte, tan poderosa y tan permanente en la historia como la lujuria, la envidia o el egoísmo, como cada uno de los siete pecados capitales. Estos pecados acompañan toda la historia humana, y es evidente que los seres humanos no somos capaces por nosotros mismos de liberarnos de ellos. Sólo Cristo tiene el poder de liberarnos de los pecados capitales.

En el mundo actual se hace cada vez más visible la gran verdad que recordaba Juan Pablo II y que de otras mil maneras no deja de repetir Benedicto XVI: es posible construir un mundo al margen de Dios, al margen de Jesucristo -estamos asistiendo a su construcción-, pero se trata de la Torre de Babel. Este mundo morirá aplastado por sí mismo, por su propia pretensión de absoluto, y su caída será el signo, la señal de que un mundo contra Dios es un mundo contra el hombre. ¡Dios no es nuestro enemigo! ¡No es nuestro adversario! Es la única tierra firme sobre la que una vida humana -verdaderamente humana- sobre la que un amor humano -verdaderamente humano- sobre la que una sociedad humana, un trabajo humano, una economía y una política humanas pueden ser construidas.

¡Cuántos pecados hay en la historia cristiana que podemos reconocer visibles! ¡Tangibles! ¡Cuántos crímenes y asesinatos! Nos lo echan en cara constantemente como si nos avergonzaran. ¡No los ocultamos! Lo que sorprende no es el pecado ni el escándalo. Lo que sorprende no es que el mundo sea mundo. Lo que sorprende es la santidad, y la Iglesia siempre ha estado llena –y lo sigue estando ahora- de santidad. Lo que provoca sorpresa, estupor, asombro, y al mismo tiempo deseos de participar de su luz y de su gracia, es la santidad. ¿Pero qué es lo que produce un mundo sin Dios? Lo que produce nuestro mundo: desesperanza, tristeza, y una desvalorización cada vez más radical.

Pocas imágenes en la historia más tristes que la que han ofrecido nuestros parlamentarios aplaudiendo lo que por fin se ha convertido en un derecho: matar a niños en el seno de la madre. ¿Y a eso le llaman progreso? Se promulga una ley que pone a miles de profesionales (médicos, enfermeras,…) -sobre todo a ellos- en situaciones muy similares a las que tuvieron que afrontar los médicos o los soldados bajo el régimen de Hitler o de Stalin, o en cualquiera de las dictaduras que existieron en el s.XX y que realmente establecieron la legalidad de otros crímenes, menos repugnantes que el del aborto. Porque es de cobardes matar al débil.

Hubo en la Edad Media -en esa preciosa Edad Media que nadie se atreve a recordar porque tampoco es políticamente correcto- una orden militar cristiana donde los caballeros hacían el juramento de no combatir nunca con menos de dos enemigos a la vez, porque para un caballero cristiano era indigno combatir de igual a igual con quien no era cristiano. El mundo puede llamarlo estupidez. Yo le llamo valor. Pero matar a un niño indefenso, ¡y que lo haga su propia madre! Eso le da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella, y se la traga como si fuera un derecho: el derecho a vivir toda la vida apesadumbrada por un crimen que siempre deja huellas en la conciencia y para el que ni los médicos ni los psiquiatras ni todas las técnicas conocen el remedio.

Sólo existe una medicina para este crimen: el perdón, medicina que sólo conocemos los cristianos. Un médico que haya practicado cientos de abortos y que algún día caiga arrodillado, asombrado de su propia mezquindad humana, es abrazado por el Señor. Una adolescente engañada por el chico que abusó de ella o por sus padres, o por la imagen que tiene de sí misma, siempre tendrá en la Iglesia una casa, una familia y una madre. Ayer mismo me referían el precioso testimonio de un niño deforme que había nacido sin un brazo y una pierna. Hoy casi es un adulto. Me contaban la alegría con la que vive su situación, cómo se baña en la playa junto a sus amigos con su brazo y su pierna ortopédica, y me decían que esa risa no existiría hoy en la creación si una madre hubiera decidido que no era estéticamente correcto tener un niño así.

Queridos hermanos, el mundo está en tinieblas, y un mundo así está abocado a la violencia y al pecado, al abuso de los hombres con los hombres. Esta licencia para matar no es más que un primer paso de la pérdida de libertad en nuestra sociedad, el primer paso –gravísimo- que anuncia que estamos ya en una nueva y terrible dictadura -¡terrible!- y que la libertad es una palabra vacía, porque el Estado tiene el poder de decidir para qué sí o para qué no somos libres, de decidir quién tiene derecho a vivir y quién no, qué es lo que tiene que haber en nuestra conciencia, cómo llamar a las cosas, o cómo deben ser nuestras relaciones humanas, incluso las más íntimas, qué es o no un matrimonio. No es una dictadura, no, es el tipo de autoritarismo tiránico de las sociedades primitivas. Y nosotros lo permitimos con una pasmosa tranquilidad, lo consentimos sin alterarnos porque el show tiene que continuar, porque tienen que seguir el consumo y la fiesta.

Hoy toca fiesta, no se sabe porqué. Porque si se celebrara o se tuviera realmente conciencia de lo que significa que Cristo ha nacido, sería imposible no vivir estas fiestas con un corazón grande y sencillo que no necesita gastar casi nada, que sólo necesita la amistad y los afectos de unos por otros, regalos que no tienen precio y tan sencillos como que estéis cerca o que alguien juegue más con sus hijos. Que cristo haya nacido significa que toda vida es sagrada, no sólo desde su concepción, sino desde toda la eternidad. Hemos sido amados y queridos por Dios, antes incluso de que hubieran nacido nuestros padres.

El ser humano no está por encima de Dios. Puede destruir su obra, como podemos destruir este mundo o millones de vidas con una bomba atómica, pero la herida que deja en nosotros, en nuestros hermanos y en la tierra, el retroceso que significa para la humanidad en tanto que humanidad, en tanto que seres capaces de usar la razón, la libertad y el amor que nos definen frente a las demás especies animales, es enorme.

Es la humanidad la que retrocede con este genocidio silencioso al que se nos invita y que ahora se promueve, genocidio que se impone a ciertos profesionales como si fuera una obligación –repito: el mismo tipo de obligación que las que tenían los oficiales en los campos de concentración de Auschwitz o Dachau, en los que no podían rebelarse porque eran órdenes superiores-.

Nosotros no tenemos que luchar contra nadie, tan sólo celebrar bien la Navidad, la eucaristía. Sólo tenemos que ser lo que somos, expresar que porque Cristo ha nacido toda persona -hasta el anciano con demencia senil más humilde y pobre, hasta el muchacho deforme- es la imagen viva del Dios que es amor, del Dios que se ha entregado por nosotros para rescatarnos del pecado y la desesperanza. El tono de mis palabras puede haceros pensar que estoy haciendo campaña. Ni mucho menos. Se trata de libertad, libertad que no la dan las leyes, sino que nace de Dios, y que nadie nos puede arrebatar. Libertad para vivir y amar al mundo, a las personas, y amar no con un amor místico, ¡sino con el amor humano en el que se ha encarnado el Hijo de Dios! Cada uno en su vocación y en su puesto puede querer apasionadamente a las personas que el Señor le pone delante: jefe, compañeros de trabajo llenos de envidia, gente insoportable, o ese familiar que siempre te echa en cuenta cosas que se imagina.

Os doy dos consejos muy sencillos para vivir la Navidad. El primero es que nos paremos un momento a adorar al niño Jesús en el Belén que hay en vuestras casas. El significado del Belén es que vuestra vida, la de vuestros hijos, la de cada persona con la que nos cruzamos por la calles es preciosa, que cada vida vale más que todos los retratos del Museo del Prado, porque es una imagen viva y hablante de Dios. ¡Eso es la belleza! Pararos un momento y explicadle a los niños que vivimos de una forma distinta al mundo porque sabemos esto, no simplemente porque lo creemos, sino porque tenemos la experiencia que nos ha entregado la Iglesia, la experiencia de que a la luz del Belén, como a la luz de la mañana de Pascua, es posible, en medio de un mundo de pecado, vivir entre nosotros una humanidad bellísima, incomparable, donde se ve a Dios en cada rostro humano de cualquier lengua y clase social. ¡Pararos un momento para daros cuenta! No significa eliminar las celebraciones normales con turrón y champán. Precisamente es esto lo que les da sentido. Porque si falta este sentido entonces uno puede comprender a las personas que dicen que son las fiestas más tristes, porque les falta un hijo o porque les ha sucedido cualquier otra desgracia. ¿Cómo abrir entonces una botella de champán? ¿Cómo cantar y celebrar entonces la alegría? ¡Claro que sí! No a lo mejor con la superficialidad de muchas cenas o villancicos tal como los celebramos o vivimos en ocasiones, pero sí con la conciencia de que gracias al nacimiento de Cristo el llanto por un hijo muerto no es la última voz que resuena en la creación. Por todas partes resuena otra voz mucho más poderosa que abraza hasta al pecador más terrible, un voz cuyo amor lo único que hace al ver nuestra miseria es llorar por nosotros.

Jesús le dijo a las mujeres: “No lloréis por mí” (Lc 23, 27-31), porque estaba desempeñando su oficio, ¡el oficio de amar! “Llorad más bien por vuestras y por vuestros hijos”. Este es el primer consejo: pararse un momento para ser conscientes de ese amor. El segundo es este: pensad en diez regalos que no se compren, de los que no cuestan, regalos que valen mucho más que los que se pueden comprar. Dádselos a vuestra mujer o a vuestro marido, decidle algo a la persona que no soportáis en la cena, responded con amor a una ofensa y no entréis en su juego, escuchad unos minutos a la persona que no aguantáis sin protestar interiormente, haced algo que sea bello, que os construya. En el pasaje de un evangelio apócrifo se dice que Jesús caminaba con sus discípulos cuando se toparon con el cadáver de un perro descomponiéndose. Los discípulos le dijeron: “Jesús, qué mal huele”, pero Jesús les hizo notar que sus dientes eran muy blancos. No hay, pues, ser humano por el que no podamos hacer esto. Ese es el regalo que tenemos que aprender para extender así el testigo del amor, el tejido de la Iglesia. No os olvidéis de intentarlo. Si no podéis diez haced cinco, y si no dos. Pero no dejéis pasar la Navidad sin hacer un regalo de los que no se pueden comprar o pagar. Porque no tienen precio.




06 enero 2010

Los embriones olvidados de la fecundación artificial

Fernando Pascual

¿Cuántos miles de embriones mueren desde el uso de las técnicas de fecundación artificial? Un estudio publicado en 2009 por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (en inglés, European Society of Human Reproduction and Embryology, ESHRE) puede darnos una idea, aunque bastante incompleta, de la situación.

El estudio se refiere a 30 países (29 de Europa a los que se agrega Turquía), con datos de los tratamientos realizados en 2005. Ha sido publicado en la revista Human Reproduction (vol. 24, año 2009, páginas 1267-1287), con el título “Assisted reproductive technology and intrauterine inseminations in Europe, 2005: results generated from European registers by ESHRE”.

En el mismo se recoge la información facilitada por un buen número de clínicas (923), si bien no son todas las que existen en los 30 países objeto de estudio (que serían 1134 clínicas, en ese año 2005, según se indica en la tabla III, p. 1271).

Vamos a fijarnos en la información ofrecida sobre dos técnicas: la fecundación in vitro (en inglés, IVF, que será la abreviación que usaremos en adelante, en vez de la forma española FIV), y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Tendremos también presentes algunos datos sobre el uso de embriones congelados obtenidos después de haber recurrido a la IVF o a la ICSI.


En las estadísticas ofrecidas en el estudio destaca un vacío importante: no se facilita información precisa sobre el número total de embriones implicados en los distintos procedimientos. La mayoría de las tablas organizan los datos alrededor de los ciclos tratados, las aspiraciones de óvulos, las transferencias, los embarazos clínicamente constatados y los partos. Sólo la tabla V (p. 1273) alude a cuántos embriones fueron transferidos (1, 2, 3, 4 ó más embriones) en cada intervención.

En ningún momento se ofrecen datos sobre el número de óvulos extraídos en los ciclos tratados, ni sobre cuántos embriones fueron “producidos” gracias a la IVF o a la ICSI en el laboratorio, ni sobre cuántos embriones fueron congelados como “sobrantes” o disponibles para futuros tratamientos, ni sobre cuántos embriones murieron o fueron destruidos intencionalmente por el personal técnico implicado (con o sin permiso de los padres de esos embriones).

A pesar de que las omisiones anteriores no permiten conocer el número exacto de embriones que mueren tras el recurso a estas técnicas, es posible hacerse una idea de la situación desde los demás datos hechos públicos por la ESHRE.

En los 30 países indicados, durante el año 2005 hubo 108 mil 769 aspiraciones registradas para la IVF entre quienes enviaron datos (tabla VI, p. 1274). De ese número, se baja a 96 mil 729 transferencias y a 29 mil 302 embarazos clínicamente constatados. Es evidente que entre transferencias y embarazos se ha producido la muerte de miles de embriones (más de 67 mil 427, como explicaremos con ayuda de la tabla V, pues en muchos casos son transferidos dos o más embriones).

La tabla no permite conocer cuántos embriones fueron producidos tras las aspiraciones de óvulos y, por lo tanto, no da una idea del número de embriones “perdidos” (nunca transferidos) en los más de 12000 mujeres que empezaron el tratamiento pero sin llegar a recibir en su seno a ningún embrión.

La tabla VI facilita información parcial sobre el número de partos (nacimientos) obtenidos gracias a la IVF, por la falta de datos de algunos países. Podemos hacernos una idea de cuántos embriones y fetos cuya implantación fue constatada y luego fallecieron desde los datos de algunos países que enviaron información al respecto.

En Gran Bretaña, de los 4 mil 182 embarazos constatados hubo 3 mil 698 nacimientos. En Francia, de 4 mil 969 embarazos pasamos a 3 mil 752 nacimientos. En Alemania, de 3 mil 116 embarazos se obtienen mil 924 nacimientos. En Italia, de mil 724 embarazos se llega a 717 nacimientos (es decir, menos de la mitad de los embriones sobrevive en el seno materno). En España se nota una alta mortalidad de hijos: de 1292 embarazos sólo se produjeron 437 nacimientos (como en el caso de Italia, menos de la mitad sobrevivieron).

Queda claro que son muchos los embriones y fetos que mueren tras la constatación del inicio del embarazo clínico.

Por lo que respecta a la ICSI (tabla VII, p. 1275, que tampoco ofrece datos completos), de las 194 mil 156 aspiraciones registradas se pasa a 179 mil 012 transferencias de embriones, y la cifra baja a 55 mil 305 embarazos clínicamente constatados. Es decir, que entre transferencias y embarazos han muerto más de 123 mil 707 embriones, teniendo en cuenta, como vamos a explicar en seguida, que en más de la mitad de las intervenciones son transferidos como mínimo dos embriones.

Además, y de modo semejante a como vimos en la IVF, entre el embarazo y el parto también se pierden miles de embriones en la ICSI (según los datos, no de todos los países, ofrecidos por la misma tabla VII). Por ejemplo, en Gran Bretaña se pasa de 4 mil 076 embarazos clínicos a 3 mil 630 nacimientos; en Italia, de 4 mil 511 a 1 mil 958 (una mortalidad ampliamente superior al 50 %); en Francia, de 7 mil 296 a 5 mil 639; en Alemania, de 7 mil 324 a 4 mil 655; en España, de 7 mil 206 a 3190 (de nuevo notamos que en España mueren más de la mitad de los hijos entre el embarazo y el parto).

Fijémonos ahora en los números de embriones transferidos (sumando tanto el uso de la IVF como el de la ICSI) con la ayuda de la tabla V (p. 1273), que tampoco recoge los datos de todos los países. Según dicha tabla, en un total registrado de 236480 intervenciones fueron transferidos 486 mil 981 (quizá más) embriones.

La cifra tan elevada se debe al hecho de que junto a las 47 mil 348 transferencias de un único embrión, hubo 132 mil 683 transferencias de dos embriones, 50 mil 841 de tres embriones, y 5 mil 436 de cuatro o más embriones (la suma ofrecida arriba, 481 mil 981 embriones, supuso el número de cuatro embriones para esas 5 mil 436 transferencias de cuatro o más embriones, pero queda claro que la cifra puede ser ligeramente mayor).

Comparemos los datos sobre partos en algunos países (en IVF y en ICSI simultáneamente, desde la información de las tablas VI y VII, pp. 1274-1275) con los datos de embriones transferidos (tabla V, p. 1273). Por ejemplo, en Gran Bretaña fueron transferidos 52 mil 987 embriones (la gran mayoría en transferencias de dos embriones), mientras que hubo sólo 7 mil 328 partos. En España fueron transferidos 49 mil 630 embriones, y hubo sólo 3 mil 627 partos. Las cifras hablan por sí mismas del gran número (en España, seguramente más del 90%) de embriones fallecidos entre la transferencia y el parto.

Pasemos ahora a considerar el tema del uso de embriones congelados, con la información ofrecida en la tabla VIII (p. 1276). Tampoco aquí tenemos datos completos, pero se hace evidente la enorme pérdida de embriones simplemente al constatar que de los 72 mil 347 procesos de descongelación de embriones (no sabemos cuántos embriones fueron descongelados en cada proceso), se realizaron 70 mil 151 transferencias, y se lograron sólo 13 mil 719 embarazos clínicamente constatados.
Es decir, salta a la vista la pérdida de más de 56 mil 432 embriones sólo entre la transferencia y el inicio del embarazo clínico (seguramente más, pues se transfieren en muchos casos dos o más embriones). A esa cifra hay que sumar los embriones y fetos que mueren entre el embarazo clínico y el parto (la tabla VIII no ofrece totales de nacimientos por carecer de datos para algunos países).
Las cifras que acabamos de recoger hacen evidente que estamos hablando de números sumamente altos, si bien el estudio de la ESHRE no permite llegar a datos globales precisos, como ya dijimos.

En un intento de síntesis aproximada, y sólo respecto a la IVF y a la ICSI (incluyendo el uso de la descongelación de embriones), resulta claro que entre la transferencia y la constatación del embarazo clínico se producen 247 mil 566 “fracasos”, muchos de ellos con la muerte de dos o de tres embriones, por lo que podemos hablar de la muerte de más de tres millones de embriones en 2005 en esa fase, según la información facilitada por las clínicas que participaron en el estudio (como dijimos, no son todas las clínicas activas ese año).

Por lo que respecta a la suerte de los 98 mil 326 embarazos clínicamente constatados (IVF, ICSI y uso de embriones congelados), también se pierden miles y miles de hijos, en un número difícilmente determinable, sea por la falta de datos completos, sea por los casos de embarazos inicialmente gemelares o plurigemelares que concluyen con la muerte de uno (o de varios) de los gemelos y el nacimiento de otro (o de varios), sea porque el número de partos gemelares es en muchos casos ligeramente superior al 20 % de todos los nacimientos que se producen tras el recurso a la IVF y a la ICSI. Siendo minimalistas, podríamos hablar de entre 25 mil y 40 mil muertes durante 2005 en la fase que va desde la constatación del embarazo en adelante.
Uniendo estos últimos datos y el anterior, estamos hablando de entre 325 mil y 340 mil embriones muertos, sin contar, hay que decirlo de nuevo, con los embriones fallecidos en los procesos de descongelación.
Queda por analizar, hay que repetirlo, el dato más importante, sobre el cual el artículo considerado guarda un silencio completo: ¿cuántos miles y miles de embriones han sido producidos en los laboratorios, y luego congelados, o destruidos, o descartados por motivos eugenésicos (por tener baja calidad, por no tener el sexo deseado por sus padres, etc.), o simplemente fallecidos “de muerte natural” durante el periodo de su vida en probeta?

Hacer suposiciones implica el riesgo de caer en errores graves, sea por exceso, sea por defecto. Lo cierto es que la sociedad está a oscuras respecto del verdadero drama que ocurre en las clínicas de fertilidad.

Es cierto que en el estudio ofrecido por la ESHRE sobre las clínicas de fertilidad no se ofrecen datos sobre esos miles y miles de muertes “in vitro”. Lo único que el estudio evidencia son los cambios respecto a algunas variables (aumento del número de clínicas que participan en la recogida de información, de ciclos tratados, de porcentajes de nacimientos, aumento de la ICSI respecto de la IVF, disminución del número de transferencias de varios embriones, etc.).

Por otra parte, es obvio que las mismas clínicas no suelen hacer pública información acerca de cuántos cientos de embriones mueren al año, pues tienen como uno de sus objetivos atraer a las parejas estériles o con problemas de diverso tipo a través de datos “positivos” sobre el nivel elevado de “éxitos”; es decir, evidencian el porcentaje de hijos que nacen según cada técnica, no los porcentajes de embriones fallecidos: nunca es buena publicidad poner números (y muy elevados) de fracasos.

Surge aquí la pregunta: la inmensa alegría de tener un hijo entre los brazos, ¿es motivo suficiente para olvidar la muerte de cientos de miles de otros hijos que se “pierden” en el uso de las técnicas de reproducción artificial?

En el Manifiesto de Zaragoza, preparado y publicado como culminación del IV Congreso Internacional Provida (Zaragoza, 6-8 de noviembre del 2009), se tuvo el valor de calificar al aborto como “mega-genocidio”. En unas líneas que se refieren explícitamente a la fecundación artificial, el Manifiesto aludía al hecho de que “diversas prácticas de fecundación artificial, donde según las estadísticas más fiables, sólo nacen poco más del 4% de los embriones, seres humanos (...) provocan un número difícilmente determinable de víctimas”.



Hay que reconocer con números y con valentía que la legalización de las técnicas de reproducción artificial ha provocado y sigue provocando en Europa y en muchos otros países del mundo un mega-genocidio de embriones que no conocemos en sus precisas proporciones y que debe ser denunciado con firmeza por quienes desean tutelar la dignidad de cualquier vida humana, sin excepciones.

denmechance.org

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03 enero 2010

Ha fallecido la Dra María Dolores Vila-Coro





María Dolores Vila-Coro: "El paciente necesita afecto y ser escuchado"

El cuidado de sus ocho hijos le impidió sacar el tiempo necesario para estudiar medicina, pero se ha dedicado a ella desde otro punto de vista complementario: el de la bioética.

Marta Esteban - Jueves, 21 de Mayo de 2009

El nombre de María Dolores Vilacoro siempre ha estado ligado a la bioética y a los derechos humanos. Directora de la Cátedra de Bioética de la Unesco y vocal del Comité Director de Bioética del Consejo de Europa, Vilacoro aborda la visión de este área desde dos puntos de vista: el del derecho y el de la medicina.

¿A quién interesa más la bioética, a médicos o a juristas?
-Ante los avances biotecnológicos y científicos, los profesionales de la sanidad se plantean la aplicación de la bioética a los seres humanos.



Tiene hijos que han cursado la carrera de Medicina. ¿Alguna vez le hubiera gustado cambiar su visión jurídica de la sanidad por un punto de vista puramente clínico?
-Me hubiera gustado estudiar Medicina, pero con 8 hijos y mi trabajo era difícil sacar tiempo para las prácticas. Por eso me decanté por el Derecho y más tarde por la Filosofía.

Ambas disciplinas me enseñaron a pensar con rigor, usar con precisión el lenguaje y saber que las leyes, para ser verdaderas, deben adecuarse a la naturaleza de las cosas. Pude estudiar ayudante técnico sanitario, que me ha sido muy útil para comprender la parte científica de la Bioética.

Qué inquietudes le transmiten sus hijos médicos?
-Que tenemos grandes profesionales que sólo buscan el bien del enfermo, pero la masificación de la sanidad en España impide proporcionarle una parte importante de la terapia: el afecto de una palmadita, la sonrisa de complicidad, la comprensión, la escucha de una lejana historia familiar, etcétera.

Desde su experiencia como directora de la cátedra de la Unesco, ¿en qué cree que ha cambiado la bioética en los últimos años?

-En cuanto a la estrategia no ha cambiado nada. Es el campo de juego de dos visiones contrapuestas del ser humano. Para el materialista, el hombre es fruto del azar; una forma más de movimiento de la materia, y el valor del individuo está subordinado al grupo, al partido, al Estado, a la ciencia.

Para otros, el hombre tiene dignidad, que es el máximo valor que se puede predicar de un ser, y las instituciones están a su servicio para que se realice plenamente como persona.

¿Qué mecanismos deben ponerse en marcha para que ocupe el papel principal que le corresponde?
-Ante todo, informar, y si pensamos con rigor veremos cómo muchas prácticas se descartan por reducción al absurdo. Por ejemplo, la ley de plazos.

Si el límite para abortar lo pone el legislador, ¿por qué no esperar a que el niño haya nacido para constatar sus deficiencias y evitar errores y eliminarlo a los dos o tres años si su desarrollo no es normal?

¿Se ha deshumanizado la sociedad y los poderes públicos?
-Los poderes públicos hacen las leyes, que tienen un efecto docente.

A veces se confunde lo que la ley permite con lo que es lícito moralmente. Hoy las leyes legalizan conductas, atribuyen derechos y enarbolan banderas de falsa libertad, que en realidad esclavizan al hombre. La sociedad se encuentra confundida.

Como madre de 8 hijos y abuela de 18 nietos, ¿qué opinión le merece la posibilidad de que las adolescentes puedan abortar sin consentimiento?

-Desde el sentido común considero que es un monumento a la irresponsabilidad que anima a la niña a no ser consecuente con sus actos: crea hostilidad en el santuario de la familia, y con la mayor frivolidad se deshace uno de un ser humano porque no está en sus planes.

Los juristas se encuentran con las consecuencias derivadas de la adecuada aplicación o no de la lex artis y se preguntan si las leyes se ajustan a la naturaleza de las realidades que regulan.






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(1) Licenciada en Filosofía, y Licenciada y Doctora en Derecho (con Premio extraordinario de Doctorado). Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Vocal del Comité Director de Bioética del Consejo de Europa. Vocal de la Comisión Espańola de la UNESCO y Presidenta de su Comité de Ética. Ex vocal de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida y del Comité de Ensayos Clínicos de la Comunidad de Madrid. Fundadora y Presidenta de la Asociación de Juristas ATRIA y de la Sociedad Espańola de Biojurídica y Bioética. Miembro del Consejo Asesor de varias Universidades nacionales e internacionales y de las principales revistas de Bioética. Ha sido Profesora de las Universidades Complutense, Francisco de Vitoria, Rey Juan Carlos y San Pablo CEU. Está en posesión de la Cruz de San Raimundo de Peñafort.


Ha impartido cursos, dictado conferencias y participado como ponente oficial en congresos nacionales e internacionales (Argentina, Chile, Brasil, Guatemala, México, Italia, Francia, Suiza). Ha publicado varios libros, entre ellos: Introducción a la Biojurídica; Huérfanos Biológicos; La Bioética en la Encrucijada. Prologuista y coautora de unos 20 libros y de más de 200 artículos en revistas especializadas y diarios de tirada nacional; colabora, habitualmente, en diversos programas de radio y televisión.


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Congreso Mundial pro vida Zaragoza 2009 videos

Entrevistas a distintas personalidades que asistieros













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02 enero 2010

María, Madre de Dios




María, Madre de Dios

María, Madre de Dios,
la Virgen Inmaculada,
la Flor por Dios más cuidada,
Santuario del Salvador.

María, Madre de Dios,
la Fiel y Humilde Señora,
la Madre por Dios amada,
Sagrario del Redentor.

Tu Corazón, María
Sagrado e Inmaculado,
convierta todas las penas
en lágrimas de alegría,
y alabanza al Salvador.

María, Madre de Dios y nuestra,
Estrella que nos conduce,
ampara a todos los niños
que esperando el año nuevo
aún están por nacer.

July Mouriño

Virgen de Belén. Óleo sobre tabla. Ambrosius Benson. Cat. Gran Canaria