25 mayo 2012

Testimonio de Inés


Testimonio de Inés reproducido con su permiso "para la gloria de Dios porque da testimonio de Su Misericordia". Es una respuesta a otro testimonio.

(...) «Lo que ella dice es así, una no deja de ser una madre por haber abortado. Yo lo hice hace muchos años atrás. Cuando el Señor me visitó y fui a confesarme por primera vez ya habían pasado treinta de años de la muerte de mi hijo. No podría decir por qué pero en esa primera confesión me olvidé de él sin intención de hacerlo ya que era la principal razón por la que nunca me confesé aún tratando de intentarlo. 

»Unas semanas después fui a una misa, yo estaba atrás de todo parada ya que la iglesia estaba repleta de gente. Entonces escuché al sacerdote decir, como parte de una oración de sanación, “hay una mujer en esta sala que por esas cosas de la vida cometió un aborto….” Y me fui a ver al sacerdote con el que me había confesado anteriormente. El me miró primero enojado pero luego se dulcificó su mirada y me dijo que confesara todos mis pecados de vuelta. Me dio mi penitencia. 

»Un tiempo después de llorar mucho, leí en una revelación privada que Jesús decía “ ¡Ah, cuánto sufro de ver cómo el seno que modela este niño lo rechaza y lo envía a la muerte sin un nombre y sin remordimiento! El seno que lo modeló ya no lo recuerda” . Seguí los consejos de un sacerdote de pedirle a Dios que bautizara a mi hijo que yo había abortado, de darle un nombre: José Francisco. Un día fui a una reunión de oración de la renovación carismática, y la persona que guiaba la oración dijo: “Y El entró al santuario”. Y tuve una imagen mental, era de un útero, y había dos fetos, uno sostenía al otro . Y entonces entró Jesús y dijo: “Dámelo” y se fue con el que era sostenido.

 »Tiempo después en un momento de oración el Señor me hizo ver que debía perdonarme porque no sólo rechazaba su Misericordia sino también el perdón de mi propio hijo. Más tarde advertí que el confesor que me concedió la absolución y al que llegué sin saberlo, pertenecía a una orden misionera y tenía la dispensa para concederme la absolución. La Misericordia de Jesús es así, no perdona en abstracto sino que lo hace pensando aún en los detalles.

Bendiciones en los Dos Corazones.»



 
En una ceremonia que contó con la presencia del ministro de Salud de la República Eslovaca Ivan Uhliarik, el 28 de octubre pasado se inauguró en la localidad de Nova Ves Bardejovske un memorial del niño no nacido

La estatua es obra del joven escultor eslovaco Martin Hudáčeka.

La iniciativa de la estatua es de un grupo de jóvenes madres eslovacas, conscientes del valor de la vida humana y de la necesidad de abolir el aborto.

El monumento expresa no sólo el pesar y arrepentimiento de la madre que ha abortado, sino también el perdón y el amor del niño por nacer hacia su madre.


 

Síndrome post aborto: a las puertas del suicidio



 Los testimonios de quienes se han sometido a un aborto voluntario afirman que, lejos de ser un derecho, es la puerta de entrada a un infierno psicológico de angustia, depresión e ideas suicidas. Es el inicio de una vida bajo el síndrome post aborto.

“Me refugié en el alcohol porque en mi cabeza no paraba de decirme: he matado a mi hijo, lo he matado”. “Esa misma noche lloraba de arrepentimiento y tristeza. ¿Por qué nadie me dijo lo que me pasaría después?”. “Horrible, horrible, horrible”. Este es el adjetivo más pro­nunciado por mujeres que se han sometido a un aborto provocado.

Sus testimonios evidencian no sólo que el síndrome post aborto existe, sino que el sufrimiento que pro­voca en la mujer es mucho mayor del que podría haberles supuesto seguir adelante con el embarazo.
La segunda víctima es la madre  que se ve obligada a acabar con la vida de su hijo. Es fácil encontrar desgarradores testimonios de quienes darían todo por poder volver atrás y escapar de aquella clínica que les iba a 'solucionar un problema' y se convirtió en el principio de un infierno.

“Es horrible todo lo que te pasa. Empecé a maltratar a mi otro hijo, yo misma me hacía daño, me daba asco. Voy a la iglesia, le enciendo velas, rezo y cuando cumple un año mi hijo, le encargo una misa”.      
    
Es mejor tener al hijo y, después, darlo en adopción antes que pasar por la experiencia del aborto, que es lo peor. “En la sala donde yo es­tuve había chicas a las que se les había aplicado anes­tesia general y, cuando despertaban, esta­ban como locas: llorando, se agarraban la tripa... horrible”. Estaban todas las adolescentes llorando, porque les dolía el alma, sabiendo lo que habían hecho. Habían asesinado a su propio hijo

“Yo no quería abortar pero tenía una hipoteca de 1.400 euros y en el trabajo no me renovaron el contrato. Me fui a casa de­sesperada; busqué en Internet y encontré a Red Madre, solicité ayuda y vinieron a mi casa. Me dijeron que no abortara, que ellas me iban a apoyar para que pudiera salir adelante.

“Tenía pocos recursos económicos, antecedentes psiquiátricos de depresiones e intentos de suicidio y mucha soledad. Ahora proclama que se debe abolir la ley del aborto": “Es horrible. No saben lo que las mujeres llegamos a sufrir. Eso sólo lo sabe una madre. Están destro­zando la vida de muchas mujeres. En vez de quitarme un problema, me he echa­do otro más grande sobre la espalda”.






10 mayo 2012

Para entrar de visita a la Casa Blanca es obligatorio registrar a los niños no nacidos



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El lugar de Estados Unidos donde más se reconoce la humanidad del no nacido es, paradójicamente, la residencia del Presidente más abortista de toda la historia del país... Fuera de la Casa Blanca, son abortados hasta el mismo momento de nacer. Para entrar a la residencia presidencial, es preceptivo registrar a los no nacidos


En la Casa Blanca, los niños que aún están en el vientre de sus madres cuentan como un visitante más. El Comité Nacional por el Derecho a la Vida (NRLC, por sus siglas en inglés) ha dado a conocer esta paradoja. La Oficina para los Visitantes obliga a las mujeres embarazadas que quieren visitar la Casa Blanca a inscribir a su hijo todavía no nacido.

Un portavoz del Servicio Secreto explicó al periódico Washington Times que este requisito existe porque, entre el momento en el que un grupo reserva la visita, y la fecha real de la visita, el niño podría haber nacido. El trámite pretende -añadió- agilizar los trámites que habría que realizar en ese supuesto.

El razonamiento parece lógico, si se admite que una mujer embarazada lleva en su interior a un bebé al que únicamente le falta algún tiempo para nacer. Sin embargo, en el Distrito de Columbia, donde se encuentra la Casa Blanca, el aborto es legal, por cualquier motivo, hasta el momento mismo del nacimiento.

«No hay indicación de que el Presidente Obama tenga ningún problema» con esto, denuncia Douglas Johnson, Director legislativo de NRLC. De hecho, durante toda su carrera política, ha destacado por su defensa a ultranza del aborto, incluso del aborto por nacimiento parcial. Como senador en Illinois, votó en contra de evitar que, si un niño nace vivo tras un aborto fallido, se le remate.

La próxima semana, se debatirá en el Congreso norteamericano una ley que prohibiría el aborto, a partir del sexto mes de embarazo. «Si el Presidente quiere proporcionar seguridad a los no nacidos, tanto fuera de las verjas de la Casa Blanca como dentro, debería apoyar este proyecto», añadió el Presidente del NRLC.


Alfa y Omega