25 febrero 2013

Algunas consideraciones teológico-morales en casos de violación



«La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente malo. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los padres (cf. incesto) o de educadores con los niños que les están confiados» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2356).
1. Una de las primeras preguntas que se plantea cuando se produce una violación de una mujer en edad fértil es si es lícito evitar un posible embarazo. Vayamos por partes.
Si ya se ha producido la fecundación de un óvulo nos encontramos ante un nuevo ser humano, y a este respecto la doctrina de la Iglesia es clara: «Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2271). Que la fecundación se haya producido como consecuencia de una violación no cambia en nada esta valoración del aborto. Nunca es legítimo matar al hijo concebido, tampoco en estas brutales circunstancias, aunque ciertamente su padre haya cometido una atrocidad. Por otra parte también hay que aclarar que el hecho de que el óvulo ya fecundado, es decir el embrión, esté implantado o no en la pared del útero no cambia en nada la valoración moral de la que hablamos. Se encuentre donde se encuentre situado el embrión, su destrucción deliberada (el llamado aborto provocado directo) es siempre gravemente inmoral, en todo caso es un crimen abominable, aunque la fecundación, insistimos, sea fruto de una violación.
2. Aborto procurado directo no, en ningún caso; pero ¿en caso de violación, es lícito intentar evitar que los espermatozoides del injusto agresor puedan fecundar un óvulo de su víctima?
La Iglesia enseña que todo “acto matrimonial en sí mismo debe quedar abierto a la transmisión de la vida” (HV 11). “Esta doctrina, muchas veces expuesta por el Magisterio, está fundada sobre la inseparable conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador” (HV 12). Por lo expuesto los esposos no deben utilizar la anticoncepción para regular la natalidad, pues es un medio moralmente reprobable que no salvaguarda ambos significados esenciales del acto conyugal.
Sin embargo esta norma moral, que ni ha cambiado, ni puede cambiar, no es de aplicación en una violación. La violación es un acto inhumano y gravemente injusto y por tanto, al caso son de aplicación todos los principios morales referidos a la legítima defensa. El violador no tiene ningún derecho a acceder carnalmente a su víctima y por lo tanto tampoco a que sus espermatozoides fecunden los óvulos de la mujer a la que viola. Por tanto, es lícito intentar evitar dicha fecundación con medios, para el caso, también lícitos; por ejemplo: el lavado vaginal para la eliminación de los espermatozoides del injusto agresor (siempre y cuando no se realicen maniobras que puedan inducir un aborto si la fecundación ya se hubiera producido).
Pero la siguiente pregunta es: ¿es lícito administrar a la mujer, tras la violación, una “píldora del día siguiente”, que evite la fecundación, es decir que evite que los espermatozoides del injusto agresor alcancen los óvulos de la víctima? La respuesta es sencilla: Sí, siempre y cuando no exista riesgo de que ese mismo fármaco provoque un aborto si la fecundación ya se hubiera producido (hay que volver a recordar que impedir la anidación del embrión es un aborto).
3. Naturalmente la pregunta siguiente es obvia: ¿existe tal fármaco? Hasta la fecha ni la Santa Sede, ni la Conferencia Episcopal Española han publicado documento alguno en el que se haga referencia a una “píldora del día siguiente” de tales características; al contrario, hasta la fecha, todos los documentos publicados, por las referidas instancias, sobre las llamadas “píldoras del día siguiente” (LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. Exhortación, La “píldora del día siguiente”, nueva amenaza contra la vida, 27-04-2001Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Nota Sobre la píldora del día siguiente, 12-12-2000Pontificia Academia para la Vida,Comunicado sobre la llamada píldora del día siguiente, 31-10-2000) insisten en que todas estas píldoras tienen como posible efecto evitar la anidación del embrión; es decir, todas son potencialmente abortivas y por tanto su utilización es siempre inmoral, también en caso de violación. Por su parte, también la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC) coincide plenamente con lo hasta aquí expuesto. Es cierto que la química farmacéutica evoluciona. Si se ha desarrollado, o en el futuro se desarrolla, una “píldora del día siguiente” que reúna todos los requisitos morales exigidos para su uso tras una violación, la Santa Sede nos lo hará saber, pero desde luego, a fecha de hoy, nada de eso se nos ha comunicado.
Alcalá de Henares, 23 de febrero de 2013
San Policarpo, obispo y mártir
+ Juan Antonio Reig Pla
Obispo de Alcalá de Henares




18 febrero 2013

40 Días por la Vida se integra en la asociación pública de fieles Spei Mater


La asociación erigida por el obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Reig Pla, propone una nueva forma de espiritualidad para los provida.

Nacida en la diócesis de Alcalá de Henares y con el apoyo de Monseñor Reig Pla, la asociación pública de fieles Spei Mater supone un desafío para los provida cristianos: se trata de no conformarse con el rescate al pie de los abortorios sino de buscar el rescate integral, el rescate de la persona.

Spei Mater y 40 Días por la Vida comparten una convicción profunda: la oración es el mejor y más eficaz instrumento para acabar con el aborto.

La batalla del aborto pasa por las movilizaciones y manifestaciones, por el activismo y la protesta ante las autoridades políticas. Pero su final no llegará a través de esos procedimientos sino por una transformación profunda de los valores y de los propios ciudadanos que hoy asisten con indiferencia a la proliferación de abortorios en sus ciudades.

La asociación pública de fieles Spei Mater plantea la lucha provida como una forma de espiritualidad, porque solo la oración, el perdón y la reconciliación permitirán sanar este pecado contemporáneo.

Spei Mater cimenta su identidad en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia y propone a los provida cristianos la conversión como la auténtica forma de rescate.

Para 40 Días por la Vida en España, integrarnos en Spei Mater supone un desafío que solo podremos afrontar encomendándonos al Espíritu Santo. Nuestra integración en Spei Mater nos va a permitir actuar más unidos a la Iglesia en el esfuerzo eclesial por construir la cultura de la vida, buscando la erradicación del aborto.

Estamos reconfortados, esperanzados y agradecidos a la Iglesia por acoger nuestra iniciativa de oración y vigilia pública ante los abortorios, ayuno y difusión pública de las campañas. Y nos encomendamos especialmente al Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, y a la Santísima Virgen María, Madre de los vivientes.





 

17 febrero 2013

Los frutos de 40 Días por la Vida




Inmaculada Fernández, portavoz de 40 Días por la Vida en España, y María José Mansilla, coordinadora de Proyecto Raquel en España y presidenta de Spei Mater, la asociación provida de la Iglesia católica española, hablan de la importancia de la oración ante los abortorios para salvar vidas humanas. 




 

13 febrero 2013

No hay adolescente que no quiera que el primer amor dure para siempre


Habla Mons. Laffitte del Consejo Pontificio de la Familia sobre el noviazgo, San Valentín y las relaciones preatrimoniales

Por H. Sergio Mora

ROMA, 13 de febrero de 2013 (Zenit.org) - San Valentín se festeja en todo el mundo. En la ciudad italiana de Terni, tierra de este santo, durante la fiesta patronal se congregan miles de enamorados que se juran fidelidad sobre la tumba del santo, además de las personas que celebran las bodas de plata y de oro. Más allá de las promesas y la ocasión para intercambiarse regalos hay algo muy profundo.

ZENIT se lo pidió al número dos del Pontificio Consejo de la Familia, monseñor Jean Laffitte, y del Pontificio Instituto Juan Pablo II

¿Cuál es el sentido más profundo del noviazgo?

 El noviazgo tiene un sentido muy profundo, inicia cuando dos jóvenes que sienten amor el uno por el otro, que se han declarado y que experimentan el deseo de vivir juntos por toda la vida, quieren casarse.

Inicia así para ellos un cierto tiempo de preparación y la Iglesia lo prevé antes del matrimonio. Entretanto es un tiempo que tiene un particular sentido, porque es el tiempo de la promesa y no el de vivir juntos.

¿Hay diferencia entre ser novios y convivir, como sucede muchas veces en Occidente?

Hay una buena diferencia, la promesa no es aún el compromiso definitivo, por lo tanto no crea un derecho absoluto para la vida común futura. Significa caminar juntos para que el compromiso se realice en las mejores condiciones posibles. Indica un tiempo de preparación, de crecimiento, profundización y maduración. El sentimiento tiene que transformarse en una decisión libre de empeñarse por toda la vida, porque el noviazgo no es donarse si mismo, sino que prepara para el don de si mismo.

¿Hoy cuál es el problema?

--Mons. Laffitte: La falta de conciencia que existe entre la promesa y el gozar de los bienes propios del matrimonio, o sea la convivencia. Cuando dos jóvenes se quieren y conviven, ya están teniendo un bien que solamente el matrimonio podría ofrecer. El don de si mismo por el otro significa que el futuro de uno le pertenece al otro, y el otro entra en mi libertad y en mi futuro. En cambio cuando se convive, cuando aparece una dificultad uno puede decir: 'hemos pasado un lindo tiempo junto, quedémonos como amigos'.

¿Y cuáles son las consecuencias de una convivencia pre matrimonial?

--Es doble. Primero porque uno no se prepara debidamente al don de si mismo y se ha apropiado de la disponibilidad del otro de manera indebida. Y el segundo problema es una situación –y las madres de familia me entenderán bien-- que es más desfavorable para las jóvenes que para los muchachos. Porque no entregan lo mismo, mientas que en el matrimonio ambos tienen que dar. No hay igualdad de expectativas.

¿El invierno demográfico es favorecido por esta convivencia prematrimonial?

--: Seguramente, porque esto atrasa mucho el nacimiento del primer hijo y además porque se toma la costumbre de vivir la sexualidad afuera de la apertura a la vida, por lo tanto con métodos anticonceptivos, para no decir nada peor. Y usar la propia sexualidad en la modalidad contraceptiva hace que las personas no se preparen al don de acoger la vida.

Es curioso además ver que las parejas que convivieron por un cierto número de años, cuando se casan tienen una tendencia a la separación y al divorcio en los dos primeros años. Es raro...


Las relaciones prematrimoniales con efectos colaterales pesados...

- Mientas se presenta a la convivencia como una manera inocente para que se conozcan bien, en verdad no lo es. Y cuando se casan descubren que no tienen más la libertad que existía antes. En cambio
tuvieron la totalidad del gozo o de la retribución afectiva de la persona del sexo opuesto. Los estudios demuestran que hay más hipofertilidad en esos casos, quizás un fenómeno psicológico, o relaciondado con la edad o porque cuesta más.

¿Cómo vivir bien la fiesta de San Valentín?

--Más allá del lado festivo, uno se debe preguntar, ¿que me espero de la relación amorosa que tengo? ¿cuál es el verdadero deseo de mi corazón? Y los adultos y acompañadores que siguen a los jóvenes que se van a casar les tienen que ayudar a entender cuál es la expectativa más profunda.

¿Hay una dimensión del amor y de la fidelidad que está en la naturaleza humana?

-Juan Pablo II decía que el mayor de los deseos es el de amar y ser amado, y él se refería a la dimensión fundamental de la vida. No existe por ejemplo, ningún adolescente del mundo que cuando se enamora por la primera vez, digamos a los 16, 17 años, no tenga el deseo que lo que está viviendo dure toda la vida. El deseo de un amor para siempre es enteramente natural en el hombre.

Cuando se ayuda a los jóvenes a interrogarse qué quieren realmente, entonces se dan cuenta que el 'flert' en una noche en la discoteca o en la universidad pudo ser divertido pero no sació le deseo que existe en su corazón.



Zenit

12 febrero 2013

Proyecto Raquel estuvo en Terrassa


Proyecto Raquel en la Diócesis de Terrassa

Por Giorgo

El aborto es siempre un drama, donde destruye por lo menos dos vidas: vamos a intentar de recomponer una.

Los pasados días 1 y 2 de Febrero he asistido a la formación de voluntarios de “Proyecto Raquel”, la iniciativa de la Iglesia para ayudar las mujeres que sufren el Síndrome del Post Aborto (SPA). No obstante sea un hecho cada vez mas aceptado en la cultura dominante, esto no elimina las consecuencias físicas, psicológicas y espirituales de un aborto provocado para la mujer y, a veces, también de las otras personas que han participado directa o indirectamente en la decisión o en la eliminación de niño no nacido. El mismo hecho que se denomine legalmente “interrupción voluntaria del embarazo” demuestra que la mentira empieza en el lenguaje: se interrumpe algo que se supone que se puede reemprender, pero la vida que se siega con el aborto se pierde para siempre. Lo que quiere la Iglesia es ayudar a recuperar por lo menos la vida de la Mujer, porque “el Evangelio de la Vida es también el Evangelio de la Misericordia”.

Qué es el síndrome Post Aborto (SPA)

Aunque la cultura dominante lo censura, en cada aborto hay, por lo menos, dos víctimas: uno es claramente el niño, pero otro es la mujer. Las consecuencias de un aborto provocado, especialmente quirúrgico, son mucho más dramáticas de lo que se suele admitir, llegándose a la censura: “son solo cuatro células”, “no se da cuenta de nada”, “te lo quitas de encima y te olvidas”, “no es nada, muchas lo han hecho”… Para empezar tenemos que liberarnos de mitos y prejuicios sobre el aborto que nos han metido en la cabeza: que lo hacen sólo mujeres marginadas, que solo ocurre por problemas económicos graves, que lo hacen sólo mujeres jóvenes y/o sin pareja estable, que es una libre decisión de la mujer (muchas veces es coaccionada y engañada; y hasta chantajeada), que saben lo que hacen (no es verdad: les esconden lo que es el aborto en realidad, y ni les mencionan las consecuencias del SPA), que los católicas no abortan, falso: incluso ocurre con mujeres con compromisos eclesiales, que hay que dejar que decida ella sola; es como decir “es tu problema, apáñatelas”, que a veces es caritativo dejar que aborte. Pero el aborto nunca va a mejorar la vida a nadie. Las mujeres sufren consecuencias que pueden salir años más tarde e incluso: sentimiento de culpa, ansiedad,  insomnio, depresiones, mayor riesgo de suicidios, síndrome del aniversario, angustia con las cosas o personas que asocian a su aborto, etc...

Para defenderse las mujeres a menudo usan mecanismos inadecuados: negación “no es tan grave”, racionalización “no tenía otra salida, era lo mejor”, compensación: a veces busca un hijo “substituto” del que ha perdido, sublimación a veces, se convierten en activistas pro-vida: pero antes es necesario sanarse una misma. La propuesta de “Proyecto Raquel” parte del reconocimiento de lo que se ha hecho, con realismo.

En internet se pueden encontrar testimonios impresionantes del dolor de mujeres que han abortado. También hay canciones que lo dicen muy bien, aunque al oírlas hemos pensado que se referían a la relación hombre mujer (por ejemplo: “Tenía tanto que darte, / tantas cosas que contarte, / tenía tanto amor…”)


Qué es el Proyecto Raquel
La iniciativa nació en Estados Unidos en 1975, dos años después que el aborto fuera declarado legal en el país, por iniciativa de los obispos estadounidenses que quisieron proponer un camino de sanación a las mujeres que hubiesen abortado. Luego lo hecho propio toda la Iglesia y en España ha empezado hace unos tres años de la mano de María José Mansilla. La propuesta se caracteriza por su realismo humano y espiritual: por un lado solo se puede sanar lo que se reconoce como un mal, solo se puede perdonar cuando se qué y a quién debo perdonar, o ser perdonada; por otro, es Dios quien sana, y lo hace a través de su perdón y Misericordia, que se manifiesta en Cristo y actúa a través de su Iglesia.  Ellas ni se perdonan, ni piensan que Dios puede perdonar: se sienten culpables y a menudo tienen rencor hacia aquellos que las han impulsado o causado o ayudado a abortar, incluidas ellas mismas. Tienen un trauma (una experiencia similar a sentirse violadas) les hace entrar en una espiral de autodestrucción (dolor, vacío, sufrimiento, soledad, incomprensión), piensan que no pueden compartir su dolor.

Basado en el sacramento de la reconciliación, Proyecto Raquel se propone solo a través de Centros de Orientación Diocesanos porque es y quiere ser una iniciativa de Iglesia. Y ya ha arrancado, o lo está haciendo, en 14 diócesis de España (Alcalá de Henares, Getafe, Valladolid, Palencia, Madrid, Burgos Albacete…). En cada una de ellas Proyecto Raquel es una red diocesana de personas preparadas y con una fuerte espiritualidad, que les haga capaces de acompañar en el dolor y al mismo tiempo de proponer el camino del perdón: es necesario que se apoyen y ayuden entre ellas, porque nadie puede soportar fácilmente y solo el peso del mal. Además hay una web nacional, con un teléfono para quien quiera pedir ayuda: http://www.proyecto-raquel.com/es/contact 

El Proyecto prevé tres figuras: el consejero, el sacerdote y, solo si hay complicaciones que lo hagan necesario, el psicólogo (o psiquiatra). A veces hay otras patologías o el SPA está  asociado a abusos, malos tratos, etc. a veces previos y que han influido en el aborto. Los pasos que debe dar la mujer son sobre todo tres, que luego se desarrollan en 10 etapas, desde cómo era yo antes del embarazo hasta el “enterrar” el niño y confiarlo en las manos providentes de Dios, y seguir viviendo):

1)  Comprender lo ocurrido e interpretarlo en su verdad: se trata de reconocer y superar todos los mecanismos de auto-defensa que hemos mencionado (negación, racionalización…) No es minimizando lo ocurrido como ayudamos la mujer, ya tan sola frente a su tragedia; 
2) Arrepentimiento y pedir perdón al Padre y a los demás implicados; con-vencerse y ofrecer nuestro sincero perdón a las personas que han participado en la decisión o en la acción de nuestro aborto. Se trata de sacar fuera la ira y el rencor, objetivarlo para superarlo. En esta fase se propone también el perdón sacramental 
3) Reconocer que nada está perdido: el Señor de la Misericordia que nos ha dado la vida está dispuesto a perdonarnos todo. Puede hacer las paces incluso con el bebe que no ha nacido. La mujer, que a menudo vive un sentimiento de que “mi hijo está en alguna parte”, debe confiarlo al Señor y “despedirse” de él: la vida sigue.
El Proyecto Raquel tiene un comienzo y un final: no se hace para que la consejera sea su amiga, ni su psicóloga, ni su confesora: se acompaña en un camino espiritual de reconciliación que es sobre todo con el Señor. La oración es esencial: primero “rezar por”, luego “rezar con” y finalmente enseñar a rezar. Como tal, se dirige a la persona concreta, respetando totalmente su intimidad (solo se conoce el Nombre y el teléfono móvil de la persona ayudada), confiando en ella, sin juzgarla, al contrario que se sienta comprendida, acogida, amada. Proyecto Raquel es participar en la tarea de sanación de la Iglesia misma. La relación y la atención es totalmente personal, incluso cuando el problema se detecta en terapia de pareja, el camino propuesto es personal.

Mi experiencia personal
Ha sido bonito para mí conocer a María José Mansilla y D. Jesús Chavarría y sumergirme por dos días en una experiencia de verdadera Iglesia, sabiendo que el perdón de Dios nos espera siempre y que el pecado más grande es la desesperanza de su Misericordia. Ver la delicadeza con la cual aconsejaban como acoger, escuchar, acompañar la mujer, sin esconder nunca la gravedad de lo que ha hecho, pero conscientes que el Dios de la Vida es Resurrección, es sanación

Se me ocurre que, más allá de la gravedad objetiva de cada pecado, todos tenemos cosas gordas para hacernos perdonar.. y todos necesitaríamos un “Proyecto Raquel”, un recorrido espiritual donde se nos ayude a entender el mal que hemos hecho, a reconocer la ira y el rencor que a menudo siguen en nuestro corazón, a abrirnos al amor salvador que nos abraza y nos perdona... algo que debería ocurrir con cada celebración del sacramento de la reconciliación, pero que ocurre más bien raramente, por nuestra superficialidad, falta de fe y pereza.

Otra reflexión que me ha impresionado es la desproporción entre el poder del mal (118.000 abortos registrados en España al año… más lo de las píldoras del día después y los no registrados….: aún así, hace unos 60 abortos al día en Catalunya) y nosotros que éramos 30 personas, de una Diócesis de un millón de habitantes, de los que quizás 5 o 6 lleguen a ser consejeros del Proyecto Raquel…; y que se necesitan 10 sesiones (mínimo) para acompañar una mujer en su camino de sanación… ¡Que desproporción! Justo esta semana pasada hemos conocido la escandalosa sentencia del Tribunal de Barcelona absolviendo el Dr. Morín y sus ayudantes de delitos evidentes (con una evidente manipulación de la justicia y del derecho, porque ya no hay justicia en este país), esta sociedad prefiere mirar a otro lado y admitirlo todo, (el Señor juzgará las personas que lo han hecho y los que les han juzgado; y ojala tenga la misericordia de corregirles en esta vida, para que se puedan redimir). 

¡Qué grande es el Mal, y qué pocos, qué lento y fatigoso, qué poco el bien que podemos hacer…! Cuánta fatiga, cuánto dolor, cuanto trabajo para recuperar una sola alma a la paz con Dios.  Y, sin embargo, es el método de Dios: salvarnos en persona, de uno en uno, poco a poco, sin hace ruido… Quisiéramos un Dios que se muestre poderoso, vencedor, señor de la historia, dominador de los medios y de la opinión pública… y en cambio, casi todo en el mundo está en manos del enemigo, que manipula la justicia y la verdad (¡cuánta censura en nuestros medios sobre el Proceso al Dr. Morín!). Y, sin embargo, este Dios crucificado, que acepta ceder una parte de su Poder infinito para amar al hombre, ya es el Señor de la Historia, ya es el Resucitado, ya es el Salvador del mundo. Y se esconde, se sigue escondiendo en tantas personas de bien, en tantos sagrarios, que dejamos tan a menudo tan desiertos, tan solos…. Señor, gracias pero ¡aumenta nuestra fe!
Algunas frases 
·   ”No hay ningún abismo tan profundo del cual Dios no te pueda sacar”. 
·   Cristo viene a dar la Vida. 
·   Solo Dios salva. Nosotros somos simples mediadores, como el hilo eléctrico que lleva la corriente y enciende la bombilla). 
·   Proyecto Raquel es un ministerio de misericordia en la Iglesia. 
·   “El límite del mal es la Divina Misericordia” [Juan Pablo II]. 
·   Solo el Señor sana los corazones 
·   Cuando se sienta perdonada, será capaz de perdonar a su vez. 
·   Al abrir el corazón a la misericordia, algo cambia en su vida: el Señor recrea su corazón de madre. 
·   Abortar nunca mejora la vida a nadie. 
·   Es importante haber hecho una experiencia personal de sanación de Cristo en mí para ayudar otro a hacer el mismo camino. 
·   Necesitamos una espiritualidad profunda que se alimente a diario de la liturgia y enriquecida con la espiritualidad (y el temperamento) de cada uno. 
·   Ante la muerte, dar vida. 
·   Respetar los tiempos del alma. 
·   Acompañarla en su viaje espiritual: ser como Dios con nosotros (no la juzgo, la acompaño, siempre la verdad, confío en ella, le pido su confianza, respeto su ritmo, desde la humildad, respeto su intimidad (confidencialidad absoluta). 
·   A menudo el drama más profundo es la ausencia de Dios. 
·   Vivir de dentro hacia fuera (no dejar que sean las cosas a llevarnos…) 
·   Ayudarla a acoger la acción de Dios en su vida. 
·   Cuando una persona se siente acogida y apoyada de manera incondicional, puede abrirse al amor de Dios, fuente del amor. 
·   Autoestima: no crece “mirándome al espejo”. Más bien al contrario… ”mira como soy”…, sino sabiéndose amada por Dios. 
·   Yo no puedo ser curado si no sé qué tengo. No se trata de “hurgar en la herida”, sino de limpiarla del pus para que pueda cerrarse bien. 
·   Transmitir esperanza, aún cuando todo humanamente parece imposible: Dios no solo perdona, cura. 
·   Nadie hace el mal por el mal, el demonio siempre nos pinta la tentación como una apariencia de bien. 
·   Vivir el presente, entregando el pasado a su Misericordia y el futuro a su Providencia. 
·   Mejor “enfadarse” con Dios que ignorarlo… 
·   Para poder perdonar, hace falta identificar qué y a quién: no se perdona “al aire”. Es difícil que una acepte que siente rencor y que considere adecuado exteriorizarlo. 
·   Entregar los hijos perdidos a Dios por medio de María: mujer, madre, y con un hijo muerto 
·   Entregarlo a la Madre del cielo para ponerlo a los pies de la Cruz. 
·   La desesperanza no viene nunca de Dios.

El Centro de Orientación Familiar de Terrassa

El COF de Terrassa es quien ha promovido esta iniciativa y esperamos en pocos meses poder ofrecer el servicio de Proyecto Raquel en la Diócesis. De momento, está activo el servicio de asistencia a personas y parejas en dificultad, de matrimonio, de educación, personales, etc..., atendiéndose a través de un servicio de voluntarios que atiende de lunes a viernes laborables de 11h. a 13 h. tanto por teléfono (93-733.71.20)  como presencialmente en la sede de la Diócesis. Estos voluntarios ponen en contacto los interesados con una red de profesionales (psicólogos, pedagogos, abogados, sacerdotes, mediadores familiares, etc.) que son los que atienden luego las personas que piden ser ayudadas.

El servicio ha empezado el 7 de Enero 2013 y necesitamos aún darlo a conocer: mucha gente necesita ayuda y a lo mejor no lo sabe, o no se atreve, o no sabe dónde dirigirse. Es importante hacer llegar esta información a todas las personas y ambientes donde pueda haber gente en dificultad (matrimonios con problemas, relaciones padres-hijos. Problemas educativos, problemas relacionales, etc…

El Proyecto Raquel ha sido la primera iniciativa pública del recién estrenado COF, pero ya tenemos en cartera otro curso de fin de semana de “Relación de Ayuda”, para las personas que quieran mejorar sus habilidades de empatía, escuchar activa, asertividad, etc.. que nos hacen más capaces de entender, acoger y asistir personas en dificultad. Será los próximos días 4 y 5 de Mayo en Terrassa: los interesados pueden dejar su nombre en la sede del COF



Algunas frases del Diario de Sta. Faustina Kowalska, la Santa de la Divina Misericordia

"Aun si un alma estuviese en descomposición como un cadáver y humanamente sin ninguna posibilidad de resurrección y todo estuviera perdido, no sería así para Dios: un milagro de la Divina Misericordia resucitaría esta alma en toda su plenitud. ¡Infelices los que no aprovechan de este milagro de la Misericordia Divina! ¡Lo invocaran en vano, cuando sea demasiado tarde!." (Diario #1448, p.510)

Los más grandes pecadores podrían alcanzar una gran santidad si solamente tuvieran confianza en mi Misericordia. (Diario #1784)

Deseo que todo el mundo conozca mi Misericordia. Quiero conceder gracias inauditas a aquellos que confíen en mi Misericordia. (Diario #687, p. 290)

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24 enero 2013

Médicos belgas practican la eutanasia a dos gemelos que iban a quedarse ciegos

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«En una sociedad moralmente sana, los médicos de la muerte perderían sus licencias y serían juzgados por homicidio», denuncian los pro vida. Los vídeos que les compartido son muy interesantes. Se los recomiendo. Aunque son muy polémicos.

21 Enero de 2013
Se llamaban Marc y Eddy Verbessem, eran hermanos gemelos y tenían 45 años. Eran sordos de nacimiento. No tenían ningún otro problema grave de salud, pero un día, de repente, les comunicaron que iban a quedarse también ciegos. En Bélgica la eutanasia está permitida en casos de «sufrimiento insoportable», y esto alegaron los gemelos ante su médico de familia, que les denegó la eutanasia, asegurando categoricamente que no pensaba que esta situación fuese «lo que la Ley entiende por ´sufrimiento insoportable´».

Sin embargo, David Dufour, médico del Hospital Universitario de Bruselas, aceptó practicar la eutanasia a Marc y Eddy mediante una inyección letal, que se perpetró el mes pasado. Dufour ha concedido posteriormente una entrevista a la televisión RTL en la que ha asegurado que los gemelos «estaban muy contentos»: «Fue un alivio ver el fin de su sufrimiento. La separación de sus padres y de su hermano fue serena y hermosa».



«Se pensaba que estaban mejor muertos»

Sin embargo, son muchas las sombras en el caso de Marc y Eddy. Desde muchos ámbitos se han levantado voces que argumentan el peligro que supone la legalización de la eutanasia, incluso con aparentes garantías estrictas: «Conduce inevitablemente a los abusos, así como una gradual ampliación de las circunstancias en las que la eutanasia se considera aceptable», advierte la página web LifeSiteNews.com. Buena prueba de ello es que la eutanasia de los hermanos Verbessems se ha producido apenas unos días después de que el Partido Socialista presentase una nueva legislación para permitir la eutanasia en los niños y los pacientes con alzheimer. Actualmente, sólo los mayores de edad pueden elegir recibir la eutanasia.

«Está claro que lo que está ocurriendo en Bélgica es la extensión lógica de la legalización de la eutanasia», ha asegurado Alex Schadenberg, de la Euthanasia Prevention Coalition (Coalición para la Prevención de la Eutanasia) en respuesta a la eutanasia de los gemelos. «Estos hombres no estaban sufriendo, no estaban enfermos, pero se pensaba que estaban mejor muertos», denuncia. «Si es aceptable la eutanasia para un grupo de personas de esta sociedad», ha argumentado, «entonces pronto será aceptable matar a otros grupos de personas».

¿Una sociedad moralmente sana?

Wesley Smith, experto en bioética y consultor del Center for Bioethics and Culture argumenta en la misma línea: «En una sociedad moralmente sana, los médicos de la muerte perderían sus licencias y serían juzgado por homicidio», lamenta. «Pero Bélgica ya no se ajusta a esa descripción».

Después de veinte años de su vida dedicados a la defensa de la vida y a la lucha contra la eutanasia asistida, Smith reconoce no estar sorprendido por lo sucedido a los gemelos Verbessems. «Una vez que matar es visto como una respuesta al sufrimiento humano, el significado de la palabra se vuelve muy elástico y el número de personas potencialmente eliminables, al igual que el universo, no deja de ampliarse».

La cruda realidad en Bélgica

En 2011, hubo 1.133 casos de eutanasia en Bélgica, una cifra que ha ido subiendo desde que la práctica fuera legalizada en el año 2002. Sin embargo, los estudios indican un dato peligroso: en realidad, no se informa a las autoridades de casi la mitad de los casos de eutanasia que se practican. De ser cierto, esto situaría la cifra en unos dos mil casos al año.

En un informe publicado a finales del año pasado por el Instituto Europeo de Bioética con sede en Bélgica, se denuncia que los abusos de eutanasia están a la orden en el país, y que la práctica está ya, por desgracia, «trivializada». «Aunque inicialmente fue legalizada bajo condiciones muy estrictas, la eutanasia se ha convertido gradualmente en un acto muy normal y corriente, al que incluso los pacientes consideran ´tener derecho´», decía el informe.

Otros estudios también han encontrado una incidencia alarmantemente alta de eutanasia aun con la ausencia de una petición explícita. En otras palabras, asesinato. Uno de estos estudios averiguó que los médicos a menudo justifican la eutanasia debido a que los pacientes se encontraban en estado de coma o tenían demencia.

 

10 noviembre 2012

joven violada por su padre defiende la vida


Verónica Cardona, una mujer colombiana de 21 años que quedó embarazada a los 16, tras ser violada por su propio padre, reveló el drama que pasó y cómo Dios le dio fuerzas para continuar, y ahora exhorta a las mujeres que pasan por casos similares a que “¡no tengan miedo de decirle sí a la vida, no tengan miedo de decirle sí al amor!”. 

 Entiendo que usted sufrió una violación y de aquello quedó embarazada. ¿Cuál fue el primer impacto al enterarse del embarazo y cómo llegó a aceptar a la nueva vida que llevaba consigo?

Bueno, el primer impacto fue sentirme totalmente destrozada. Fue un impacto muy grande el darme cuenta de que estaba embarazada. En ese preciso momento sentí que mi vida se había frustrado, más aun porque sabía que el bebé que venía en camino era el “producto” de una violación por parte de mi propio papá. Caí en depresión unos días, no quería matar a un ser inocente pero tenía miedo, quizás el mismo miedo que sienten muchas mujeres al enterarse de que están embarazadas. Miedo a que no fuera capaz de salir adelante, miedo a los prejuicios, miedo a que me vieran con lastima, miedo a afrontar la realidad, miedo a quedarme sola. Naturalmente casi toda mi familia, doctores, jueces, en fin todos querían que abortara y más aún aquí en Colombia, que se acababa de hacer “legal” el aborto en tres casos: por violación, por malformación y por riesgo de la vida de la madre. Yo cumplía con todos los requisitos: violación, una posible malformación por la información genética, y mi vida estaba en riesgo pues era un embarazo de alto riesgo
 Por otra parte, recodaba un día en el cual mi mamá llorando me pedía perdón pues ella había intentado abortarme, no quería que yo viviera, y pensé que yo no tenia el derecho de arrancarle la vida a nadie y menos a una personita indefensa que no podría defenderse, una personita que no me había hecho nada a mí. Y así, aunque en mi familia me dejaron de hablar por unos días, sólo mi mamá me apoyaba en mi decisión, pues me había dicho que fuera cual fuera mi decisión era mía y me iba a apoyar. Y así comenzó a crecer en mí el más grande milagro de amor. Fue una experiencia aunque dura, hermosa, cuando veía las ecografías podía darme cuenta del gran milagro de la vida, sentir sus pequeños pero inofensivos golpecitos en mi estomago. Y luego ver su ternura al nacer. 
  
¿Recibió consejería, o algún auxilio durante este proceso? ¿De quién y cómo fue? 
Para este tiempo mi mamá se encontraba asistiendo a una comunidad católica, y ellos me ayudaron bastante. Me animaban a seguir en mi decisión de traer vida al mundo, ya fuera que al nacer diera a mi hija en adopción, o decidiera quedarme con mi hija y salir adelante. Hablábamos de los muchos niños que han sido abortados. 

  ¿Qué papel jugó Dios para usted durante este tiempo? 
Durante este tiempo quise olvidarme de Dios. Me enojé con Él porque no podía entender cómo un Dios tan bueno y con tanto amor hacia mí podía permitir que me pasara esto, que no había hecho nada malo en la vida, y que desde antes de nacer ya estaba sufriendo bastantes dificultades pues desde el vientre de mi mamá ya no era deseada. No podía entender, mas sin embargo me refugiaba en Él y le pedía fuerzas para continuar adelante, y hoy estoy segura de que Él siempre estuvo conmigo en mis noches y días de llanto. ¡Era Él quien me animaba y me levantaba!  

¿Cómo se animó a compartir su experiencia y participar en marchas en favor de la vida? 
 Después del nacimiento de mi hija, me sentía con muchos vacíos y busque llenar mis vacíos y refugiarme en muchas cosas: amigos, fiestas, trago, trabajo. Por esa época, los papás de mi mejor amiga se iban a separar y los invitaron e ellos a un retiro espiritual de parejas en la comunidad Lazos de Amor Mariano. Ellos asistieron a pesar de haber hablado ya con sus abogados para empezar el proceso de separación, y cuando regresaron de este retiro era impresionante, parecían novios. Se decían amorcito, mi vida, se daban bocados de comida, se cogían de la mano. En los años que llevaba de conocerlos nunca había visto esto y yo soy como parte de la familia, incluso me encontraba trabajando con ellos. Ellos quisieron que yo fuera a un retiro de conversión en la misma comunidad. Tengo que admitir que sentí miedo de ir, porque sabía que me iba a encontrar con Dios, iba a entender muchas cosas. 
Sentía miedo porque hacía un tiempo le había dado la espalda a ese mismo Dios que siempre estuvo a mi lado. ¡Estando en el retiro pude volver a vivir! Pude perdonar a mi papá y a todos los que alguna vez me habían hecho daño. Entendí muchas cosas, me sentí digna nuevamente, ¡volví a nacer!, ¡fue hermoso! Cuando salí del retiro, sentí un gran deseo de pertenecer a esta comunidad, así que empecé un proceso. Por gracia de Dios, empecé a servir y me di cuenta de que la vida es un don. 
 Me indignaban, como me indignan ahora, los argumentos de los abortistas, que se escudan en casos como el mío para matar a un inocente y llenar sus bolsillos con dinero manchado de sangre inocente, diciendo que cada vez que veas a ese niño vas a recordar el momento tan doloroso en que fuiste abusada, o que si tiene alguna malformación va a ser un niño infeliz, o que si mueres quién cuidara de tus hijos. Argumentos tan tontos como el que me dio una feminista ecuatoriana, Diana Rodríguez, estos días por Twitter, donde me decía que en la conquista de la sociedad no participan los que han sufrido las circunstancias, y yo digo que absurdo es esto. Y al preguntarle que entonces quiénes participaban, me responde que es un insulto a su inteligencia debatir conmigo y bloqueó mi cuenta en su Twitter. Sentí la necesidad enorme de gritar la verdad al mundo, que es que un hijo nunca te recordará las circunstancias, porque es una persona absolutamente diferente, por el contrario te ayudará a sanar las heridas, le dará alegría y sentido a tu existir
Lo digo desde mi propia experiencia y no como los abortistas que hablan sin siquiera conocer o haber pasado por una experiencia de estas, porque la mayoría que apoyan el aborto no han abortado, pues las mujeres que, engañadas, abortan después son defensoras de la vida. No son infelices los niños con malformación. Además, la mayoría de diagnósticos médicos en estos casos se han equivocado. Según ellos, mi hija iba a ser un ogro y bueno, hoy es el más bello ogro. No tiene ninguna dificultad, no tiene ninguna enfermedad, no tiene ningún retraso. Y si lo tuviera, como una primita mía, no sería infeliz, por el contrario ella es absolutamente feliz. Y eso de que se puede abortar por riesgo de vida de la mamá, pues mueren mas mujeres abortando que mujeres dando vida. 

  ¿Qué opina de que casos como el suyo sean usados como bandera por quienes promueven el aborto? 
 A los abortistas no les importa la mujer como quieren aparentar. Si les importara verdaderamente, no ofrecerían un aborto sino, por el contrario, ayuda para salir adelante con su hijo, aceptarían realidades como el síndrome post- aborto, aceptarían que la vida comienza en la fecundación del óvulo como lo dicen los científicos. Reclaman “derechos” de la mujer y ellos son los primeros en pasar por encima de ellos, pues las mujeres tenemos derecho a saber la verdad, algo que ellos no hacen. Las mujeres tenemos derecho a una maternidad, y ellos pasan por encima de este hermoso don, convirtiendo el vientre de las mujeres en la tumba de su propio hijo. ¡El aborto no desembaraza a nadie! Matar no es una opción, es la peor decisión. La vida engendra vida, la muerte, por el contrario, engendra muerte, dolor, llanto, desesperación, angustia y una culpa que muy difícilmente se borrara de tu mente, de tu alma, de tu ser. Los abortistas no deben jugar con el dolor de la mujer y de muchos hombres también que son victimas de una aborto. Por último, quiero invitar a todos los católicos, cristianos, evangélicos, ateos y a todos los que están a favor de la vida, a que no nos cansemos de ser la voz de aquellos, que aunque tienen voz y derechos, han querido callarlos desde el vientre. ¡No tengan miedo a decirle sí a la vida, no tengan miedo de decirle sí al amor! Quisiera terminar con una frase de nuestro fundador, Rodrigo Jaramillo, “quien aborta a un niño de su vientre, aborta a Jesús de su corazón”. Y añado yo: “pues Jesús es la misma Vida”. 

 ¿Lograste perdonar a tu padre? Por gracia de Dios pude perdonar a mi papá, mirarlo a los ojos y darle las gracias por haberme dado la vida. Tu hija ¿sabe lo que ha pasado? o ¿eventualmente se lo explicarás? Mi hija aún no sabe bien todo lo que pasó, pero poco a poco le iré contando. Ella tiene derecho a saber la verdad. 

 Aciprensa.com

23 octubre 2012

Cómo cambia el cerebro un aborto provocado



Estudio publicado en Cuadernos de Bioética por la Dra. Natalia López Moratalla.
El cuerpo no miente.Todo lo que ocurre en él con una carga emocional fuerte es recogido en el cerebro.


REDACCIÓN HO / CíViCa.- Por Natalia López Moratalla, Catedrática de Bioquímica de la Universidad de Navarra - Presidenta de AEBI– Publicado en Cuadernos de Bioética, XXIII, 2012/2ª, págs.. 565-584.

“La supervivencia de las especies ha exigido proteger la gestación como el proceso más armónico y preciso de toda la Naturaleza”. Es una adaptación “de todo el organismo de la hembra a la simbiosis con la vida de quienes se desarrollan en ella”.

Para ello el cerebro maternal cuenta con dos mecanismos básicos: la eliminación de las consecuencias del estrés, ya que “la hormona del estrés, el cortisol, que se segrega ante estímulos estresantes, daña el desarrollo de los órganos del hijo”. Y el segundo: “la progesterona del cerebro hace que se sintetice la oxitocina, conocida como la hormona de la confianza, que predispone a la madre al cuidado de la prole”.
Con el embarazo, en la mujer esos mismos mecanismos desarrollan el cerebro social, muy sensible a la oxitocina, haciéndolo emocional y cognitivamente maternal. “Es el vínculo de apego más fuerte que se genera en un viviente hacia otro”.
¿Hay una relación causal entre aborto voluntario y problemas psiquiátricos? Tres aproximaciones científicas han podido dar una respuesta que es afirmativa. Las neurociencias empiezan a contestar a la causa del quebranto de la salud psíquica.
Contenido del Estudio de la Catedrática en Bioquímica:
1. Estudios epidemiológicos de los efectos del aborto en la salud mental.
Suicidio.
2. Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
El TEPT, una alteración cerebral de los circuitos de la respuesta al estrés ¿Cómo procesa el cerebro el miedo que provoca un evento biológicamente negativo? Miedo condicionado.
3. Estudios de neuroimagen en el TEPT.
4. Estudios genéticos de la vulnerabilidad al estrés y la resilencia.
Mutaciones genéticas 
Vulnerabilidad de las mujeres a los eventos estresantes.




 

11 octubre 2012

Reflexiones y testimonio como matrona




Me llamo Mª Lourdes Palau y llevo casi 30 años trabajando como matrona. Soy madre de 4 hijos.
A lo largo de estos años de profesión, atendiendo a cientos de madres, he llegado a una profunda convicción: mi convencimiento total de que los niños que llegan tras un embarazo inesperado es decir, que no son buscados ni deseados en su inicio, pueden ser muy felices y hacer felices a sus padres y familiares, si son finalmente aceptados.
O sea, que más que hablar de niños deseados o no, debemos hablar de bebés aceptados o no.
Por mi experiencia veo que esta aceptación suele ocurrir a lo largo del embarazo, como muy tarde en el 4º o 5º mes, casi siempre cuando la madre escucha el corazón de su hijo o siente sus pataditas.

Estoy profundamente convencida de que un hijo es siempre, siempre, una bendición para la madre y para la familia que lo acoge. Insisto en que un hijo nunca, nunca, es una desgracia, venga en las condiciones que venga.
En todo caso será un problema con una solución. Y ante la duda de seguir o no un embarazo y acertar adecuadamente (en bien de la madre, del niño y de todos), debemos apoyar a la madre (a veces, bastan sólo unas pocas palabras), apoyarle y darle tiempo a que surja su instinto maternal y de protección hacia su hijo. Así evitaremos que se produzcan dos víctimas como mínimo: la madre y el hijo
En la vida hay un consejo muy valioso: “no tomar nunca decisiones graves o importantes de una manera apresurada, ni cuando estamos en desolación”. Así pues, podemos deducir fácilmente que una mujer en las primeras semanas de embarazo, por muchos motivos, como es el encontrarse mal o agobiada por tantas cosas, puede perfectamente no estar en condiciones de tomar decisiones drásticas y apresuradas y, por el contrario, sí ser muy sensible a nuestro apoyo y ánimo. Después nos lo agradecerá. No lo dudemos. Necesita tiempo para asimilar su nueva situación y verla positivamente.
Lo sé por experiencia
¡A cuántas madres he visto transformarse su semblante de angustia e indecisión en ilusión y felicidad en unos pocos días o semanas. Madres ilusionadas y felices que después del embarazo, con su bebé ya en brazos, me dan las gracias por haberles animado a seguir adelante y proteger así a su hijo. Ha sido una de las satisfacciones más grandes de mi vida. Son ya incontables.
Durante el embarazo y por supuesto después, ya como madres realizadas, yo no veo ninguna diferencia entre estas madres y las que buscaban un embarazo durante años. Su expresión feliz me lo confirma. 
Tengo que reconocer que no siempre he pensado así
Aunque por la educación recibida nunca he estado a favor del aborto, durante mi formación como enfermera lo habría aceptado en “casos extremos”.
Sin embargo algo cambió en mí cuando, años después, realizaba las prácticas como joven estudiante de Matrona: tuve que atender a una mujer con un aborto espontáneo de 12 semanas, y cuando cogí con gran respeto, en la palma de mi mano, aquel minúsculo bebé de 6 cm, con unos pies y unas manitas del tamaño de una lenteja, perfectos sus deditos, y lo contemplé conmovida, mi admiración no tuvo límites ante tanta perfección en miniatura. Ya no podía hacer nada. Había fallecido, sin culpa de nadie.
Semanas después, asistí impotente al aborto espontáneo de unos gemelitos de unos 5 meses. Dos niños. Nacieron vivos y delante de mí agonizaron, largo tiempo, mientras abrían sus boquitas buscando el aire que no podían asimilar por su gran inmadurez… Mirándolos yo lloraba desconsolada, sintiéndome terriblemente impotente, y pensaba: si esto es tan terrible, siendo espontáneo ¿qué debe ser un aborto provocado, adrede y cruel?
Un año después, en 1985, ver la película de un aborto “en directo”, de 12 semanas (“El grito silencioso”) ya fue definitivo para mí.
Estas experiencias me marcaron y ya nunca más dudé de que haya que hacer todo lo posible por evitar esas tragedias.
Pues, aunque siempre hay un “duelo” ante la muerte de un hijo, ya sea fuera o dentro de la madre, este dolor se supera mejor si no hay sentimiento de culpa; pero el terrible Síndrome post-aborto, cuando la muerte del hijo es provocada, es muy difícil de superar, pues la madre se siente “madre” de ese hijo “ausente” por no haberle ella protegido, y muchas veces a lo largo de su vida lo recordará, con sentimiento de culpa.
Esas madres quedan muy heridas.
A nivel físico he visto muchas mujeres que luego no han podido ser madres de nuevo, han quedado infértiles o con abortos espontáneos de repetición.
Todas ellas quedan heridas en su psicología y, sobretodo, estoy segura, también en su alma.

Quiero contarles que en una ocasión, ya como madre, sufrí mucho ante un embarazo con predicción de que el bebé podía venir enfermo.
Recuerdo mi tremenda angustia y sufrimiento en ese momento, pero mi experiencia como matrona y mi amor por la vida, que ha ido aumentando a lo largo de estos años, y mi Fe (que, como creyente, me daba la certeza de que Dios nos ayudaría si llegaba esa dificultad), todo ello me ayudó a aceptar a mi hijo y amarlo y ayudarlo en todo lo que fuera necesario para que él naciera y fuera feliz. En ningún momento me planteé el aborto.
Ya nacido, sus primeros meses y años no fueron fáciles, tuvo problemas de salud y hubo momentos en los que incluso temimos por su vida. Esta experiencia dolorosa me ha servido para comprender muy bien a las madres que pasan situaciones parecidas.
Actualmente soy muy feliz (y él lo es, también) con mi hijo de 18 años que ha sido, y es, ¡una gran bendición para todos nosotros! 
A lo largo de estos casi 30 años ejerciendo como matrona, a medida que aumentaba mi amor y respeto por las madres embarazadas y por sus bebés, he asistido impotente a un cambio lento y nefasto de mentalidad (en la sociedad, en el personal sanitario y también en las madres embarazadas), surgiendo una mentalidad muchas veces contraria a este respeto por cada vida humana, venga en las condiciones que venga….
Lo que hace 40 años era considerado como una aberración o asesinato (y sólo se daban casos aislados), con el paso del tiempo se ha ido aceptando, cada vez más, como algo habitual y sin demasiada gravedad. Se ha ido aceptando lo inaceptable.
Uno de los factores que ha predispuesto a esto ha sido el que muchas veces se ha querido esconder esta cruda realidad cambiando las palabras verdaderas por otros nombres erróneos, términos “suavizados”, que quieren disimular esta triste realidad. 
La primera vez que me percaté de esto fue cuando, hace unos 25 años, recibí dos folletos divulgativos. Ambos folletos, y que recibí al mismo tiempo, eran bien distintos.
En uno, dirigido a futuros padres se hablaba del pequeñín engendrado, en términos de: “vuestro hijo”, “vuestro pequeño”, etc.
En el otro folleto, que trataba el tema de la Sexualidad para jóvenes, al hablar del mismo pequeñín se decía, refiriéndose a la posibilidad de Interrupción Voluntaria del Embarazo (no se nombraba la palabra aborto, sólo a veces IVE, porque “suena” mejor), se comentaba la posibilidad de “vaciar”, sacar el “contenido uterino”.
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O sea, que según el interés, se pasaba de hablar de “vuestro hijo”, a hablar de “contenido uterino”. Como si dentro de la matriz de una mujer gestante pudiera haber a veces un hijo y otras veces “otra cosa”. Como si este pequeño fuera un quiste o similar.
Daba náuseas comparar ambos folletos y, por supuesto, este último fue directamente a la basura.
Hace años los partidarios del aborto decían que un embarazo podía ser “interrumpido” porque ese ser “sólo era un grupo de células”, y no un niño pequeñito. Así querían convencer a la sociedad.
Ahora ya no van con tapujos, pues todos podemos ver las fotografías y sabemos que es un bebé pequeñín, sin ninguna duda. 
Ya no pueden engañarnos. Y, ni lo intentan…
Hace unos meses se publicaron unos artículos impresionantes.
Uno de ellos son las directrices a los ginecólogos del Reino Unido, en las que se indica que en los abortos de más de 21 semanas se debe realizar un feticidio antes de extraer el feto con el aborto. El feticidio se hará poniéndole una inyección “directa a su corazón” para matarlo directamente, y evitar así el riesgo de que pueda nacer vivo ya que eso no es lo que se pretende pues, si sobrevive y se deseara su muerte después, hay problemas legales a partir del nacimiento porque ya se le considera un ser humano con derecho a vivir.
Recientemente, en una revista inglesa (Journal of Medical Ethics), dos médicos pro-abortistas se atrevían a defender su postura de que “no nos engañemos, ya que filosóficamente no hay diferencia entre un feto dentro del útero y dos minutos después en que ya es un recién nacido”. Afirmaban que los mismos motivos que justifican un aborto valen también para eliminar al recién nacido, ya que éste no es aún una “persona real” porque no tiene conciencia de sí mismo. Y decían que estaría bien que la Ley permitiera matar a un recién nacido durante su primer mes de vida fuera del útero.
Yo me pregunto: ¿al mes ya sería persona? Y ya con ironía: ¿mes “lunar” de 28 días? ¿O mes “solar” de 30? ¿O de 31? ¿Quién establecería el tiempo exacto? Un día antes estaría amparado por la Ley que permitiera matarlo y un día después sería un asesinato. 
A esto, dichos médicos ingleses lo llaman aborto posnacimiento (en vez de infanticidio que es como lo llamamos actualmente, o asesinato de un bebé, como diríamos en un lenguaje más común). Una vez más, ponen términos que confunden la realidad.
Otro médico inglés (Max Pemberton, que decía no estar en contra del aborto y que había participado en algunos) comentando este artículo tan discutido de estos dos médicos, reconocía en su escrito titulado “Decidiendo cuándo comienza el derecho a vivir”, reconocía tener malestar cuando se preguntaba a sí mismo ¿por qué la Ley protege a unos bebés sí y a otros no? ¿Por qué podemos matar a un feto enfermo, si aún no ha nacido, y no podemos hacerlo si ya ha nacido? Realmente, se preguntaba y nos preguntaba, ¿es tan aberrante, o, quizás no?
Y explicaba que, con frecuencia, puede darse el caso de que en el mismo Hospital un niño nacido prematurito, de 22 semanas, se esfuerzan los médicos por salvarlo, mientras al lado una mujer embarazada del mismo tiempo, está esperando la intervención del aborto para ser destruido. ¡Qué diferencia entre un niño y el otro!
Este médico reconocía que esto es “un laberinto moral y que con cualquier camino que tome me siento incómodo con la conclusión lógica”. 
No es extraño ese malestar porque, aunque los hombres se crean “dioses” para decidir sobre la vida o la muerte de otros, en el fondo nuestra conciencia no se siente tranquila de decidir sobre la vida o la muerte de unos pequeños inocentes.
Si la mentalidad en un futuro va por este camino, habría que preguntarse: ¿quién tendrá el poder de decidir sobre la vida o la muerte?: ¿la madre?, ¿el padre?, ¿los médicos?, ¿los gobernantes?, ¿los sociólogos?, ¿los economistas?
Es una pendiente resbaladiza que sólo puede conducir al caos, al relativizar muchas vidas humanas. Pues, insisto, ¿quién decidirá qué ser humano con un determinado defecto, debe vivir o no? ¿Y, quién decidirá qué defectos o enfermedades, “sí” o “no”, pasen “la criba” y tengan derecho a vivir?
Si la madre quiere proteger y cuidar a su hijo y los demás no, ¿qué pasará?, ¿le arrebatarán y matarán a su hijo (como están haciendo en China), por intereses determinados, económicos, etc.? ¿Y si ella no puede, pero sus abuelos o unos padres adoptivos desean adoptarlo y cuidarlo, ¿se les permitirá?
Como matrona, muchas veces ante madres gestantes que quieren hacerse “todas las pruebas posibles” para ver la “calidad” de su hijo, les informo de que eso es una “utopía” porque ninguna de las pruebas que ahora existen, ni todas juntas, son seguras al 100% en su resultado y precisión.
Hay muchos errores, no sólo en lo referente a la salud del bebé, sino incluso en el cálculo de la semana de gestación…
Algunas veces les he dicho, que como son pruebas indirectas a través de la madre y que pueden fallar, ¿qué les parece si saliera una Ley que al nacer el bebé tuviéramos un mes de tiempo para hacerle pruebas en directo y, según el resultado, se decidiría si dejarlo vivir o no? Ante esa pregunta, tan cruda y fuerte, su sorpresa es grande y me miran con ojos muy abiertos y horrorizados: ¡Ah, eso no! ¡Nunca! Porque entonces ya lo vemos, ya lo conocemos y queremos.
Si por querer al bebé deseamos que éste viva, lo que hemos de hacer es quererlo, quererlo mucho, digo yo. Y eso, gracias a Dios, no es difícil. Preguntemos, si no, a una madre o a un padre con un hijo con cáncer u otra enfermedad grave si desean que viva más tiempo o no. ¿No están a su lado, día y noche, dándole mucho amor?
A veces me pregunto: ¿con el tiempo me seguirá siendo útil este argumento ante las madres preocupadas y seguiremos sintiendo un escalofrío ante esa posibilidad de desechar a un recién nacido si no es como lo hemos soñado? o, como ha pasado con el aborto en los últimos 25 años, ¿nos habremos ido acostumbrando?
Sería un nuevo nazismo, aceptado por muchos…
Dios quiera que no y que sea lo contrario: sentir un gran amor por cada vida humana que se nos regala como un “don”, y que puede vivirse en plenitud incluso con deficiencias, porque su dignidad es intrínseca y no cambia según las circunstancias.
Conocemos a muchas personas con diversas patologías que son muy felices y hacen felices a los suyos.
“Amar y cuidar al que sufre nos engrandece y nos hace más humanos” (Benedicto XVI).
Todo ser humano tiene derecho a amar o, por lo menos, a ser amado. Ahí está la grandeza y dignidad del hombre.
Respecto a lo Legal, no aceptamos un cambio en la Ley en el que se siga permitiendo el aborto por causas psicológicas o físicas de la madre pues, no nos engañemos, todos sabemos que es el gran “coladero” por el que en España se hacen la inmensa mayoría de abortos. 
Aborto Cero
Nunca, por ningún motivo, bajo ninguna circunstancia, podemos justificar la muerte violenta de ningún bebé, de ningún inocente, dentro o fuera del útero materno.
¡NO a la muerte violenta de un sólo ser humano! ¡Nunca!
Ésta es mi opinión como matrona, como mujer, como madre.
María Lourdes Palau Fuster
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