Miami, 16 de mayo, 01 (ACI).- Una joven de 19 años del estado de la Florida celebró un inesperado pero feliz Día de la Madre el domingo pasado cuando nació su hija sana, pese a habérsele inyectado el abortivo químico methotrexate en una clínica de abortos.
El diario St. Petersburg Times del norte de la Florida informó del sorprendente nacimiento de la "bebé milagro", Alexandria Nicole Saia, nacida el 5 de abril.
Cuando tenía 18 años, Nicole Saia descubrió que estaba embarazada y fue inmediatamente presionada por el enamorado para someterse a un aborto. "Cuando fui a la clínica abortista -cuenta Nicole- hablé con la consejera. Yo estaba llorando y le dije que no quería hacerlo y que no estaba preparada para ello; pero ella le dijo al doctor que yo estaba bien y que debía seguir con el procedimiento".
Sin embargo, dos días después de habérsele inyectado la methotrexate -un agente químico mortal para el bebé en formación- Nicole cambió de idea, le contó a sus padres de su decisión y la familia decidió rezar y confiar al niño por nacer a Dios.
"Yo le dije: 'lo primero que vamos a hacer es rezar y ponerte en las manos de Jesús, porque definitivamente esto está fuera de las nuestras," relata Joan Saia, la hoy feliz abuela.
"Al día siguiente, Nicole llamó a la clínica de aborto para averiguar qué hacer, pero ellos le dijeron que el embrión ya estaba muerto y no había nada que hacer", sigue relatando Joan. "Luego llamó a la farmacia para preguntar sobre los efectos del fármaco y le dijeron que el bebé podía estar todavía vivo, pero con serias deformidades".
El Dr. Steven Roth, un especialista del Genesis Women's Center en Inverness, a quien Nicole y su familia recurrieron, decidió intervenir en el caso, pero le preguntó a Nicole si estaba realmente dispuesta a hacer todo lo posible por salvar al bebé.
Ante la enfática respuesta afirmativa, el galeno trató a Nicole con Leukovorin, un fármaco que se utiliza en tratamiento de cáncer para contrarrestar el efecto destructivo de la quimioterapia. El tratamiento no sólo permitió salvarle la vida de la bebé, sino, milagrosamente, prevenir cualquier malformación.
El Dr. Roth, ha coincidido con Nicole y su familia que el nacimiento normal de la niña es un milagro de Dios. "Nunca en mi vida había recetado Leukovorin. Tuve que llamar a un especialista amigo para averiguar la dosis", dijo el Dr. Roth. "Creo que Dios intervino al abrirme la mente a la idea de ensayar esa opción de tratamiento centrado en solamente proteger al bebé". "Definitivamente Dios estuvo allí desde el primer momento", agregó el médico, quien describió a Nicole como una mujer muy valiente por su cambio de decisión.
Nicole, quien próximamente concluirá su bachillerato en administración de empresas en la Universidad de Saint Leo, dice que no es nada fácil ser una madre soltera. A pesar de la asistencia de sus padres y su hermana menor, y con la ayuda de su abuela, que vive en la casa contigua, descubre que "es muy difícil criar a un bebé a esta edad, pronto debo regresar a trabajar y sigo con el temor de que algo salga mal".
"Sin embargo -agrega Nicole- "no cambiaría a mi hija por nada del mundo. Toda mi familia ha sido maravillosa, además del apoyo que he recibido desde fuera. El "Life Choice Care Center", me ayudó emocionalmente a lo largo de mi embarazo. Mi iglesia y mi universidad también. No podría haber deseado una familia mejor o una mejor red de apoyo".
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