09 mayo 2006

"Destinada a nacer"



Lauren Pulliam al año y cuatro meses



Como voluntaria de la organización Birthright ("Derecho a Nacer"), que ayuda a las mujeres embarazadas en situaciones críticas, había realizado cientos de pruebas de embarazo en adolescentes. Pero cuando tuve que hacérsela a mi propia hija, Kristen, de 17 años, tenía un nudo en la garganta. El examen dió positivo y mi hija comenzó a llorar.

Durante los próximos días utilicé toda mi experiencia para aconsejar a Kristen. Le dije que la ayudaríamos con el bebé, pero no con el aborto. Me dijo que no se practicaría el aborto, que quizás la adopción era lo mejor en su caso.

Pero luego su comportamiento empezó a cambiar. Se volvió callada y distante. Yo sabía
que alguien estaba tratando de hacerle cambiar de decisión y tenía que saber quién era. Pronto me enteré.

Resultó ser que mi hija, aconsejada por una "amiga", había llamado a Planned Parenthood (Paternidad Planificada) [la filial de la IPPF en EE.UU., la organización más abortista del mundo]. Allí le dijeron que ella era lo suficientemente grande como para tomar sus propias decisiones, que un bebé cambiaría su vida para siempre, que ellos la "apoyarían" y, lo peor de todo, que en todo caso no necesitaba el consentimiento de sus padres.

Kristen decidió entonces practicarse el aborto. Nuestra oración se volvió más profunda y desesperada. El día de la cita salió de la casa en silencio, retraída y con la mirada vacía. Nuestro hogar parecía una tumba.

Cuatro semanas después, regresó histérica de su chequeo en la oficina de Paternidad Planificada. Le dijeron que todavía estaba embarazada. El aborto había fracaso. Sus "amigos" de Paternidad Planificada estaban atemorizados e intentaron darle una cita para otro aborto, pero Kristen se fue corriendo y regresó a casa.

Yo misma intenté hablar con el personal de Paternidad Planificada, pero nadie quiso atenderme.

Luego fuimos a un ginecólogo para comprobar el estado del bebé. Era una niña. Mi hija me dijo: "Escuché los latidos de su corazón. ¡Esta viva!". La vimos moverse por medio del ultrasonido, parecía estar perfectamente bien. Pero luego el médico, muy serio, nos dijo que la bebé tenía varias anormalidades y le preguntó a Kristen si quería continuar con el embarazo. Ella le contestó firmemente que sí. ¡Este hombre también quería ver a mi nieta muerta!

Luego fuimos a un ginecólogo pro vida, quien, gratamente sorprendido nos dijo: "Esta bebita estaba destinada a nacer". Y efectivamente, Lauren nació pesando seis libras y en perfecto estado. Cuando contemplé su rostro por primera vez me vino a la mente una canción de la iglesia que dice: "Tu sufriste al morir, compartamos ese dolor; luego, desafiando la muerte, seguiremos vivos en la Resurrección".

Fuente: Testimonio de Pat Pulliam, "Lauren Pulliam: 'Meant to Be'",
HLI Reports (marzo de 1992): 8-9.


Adopcion Espiritual

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