16 agosto 2010

Siete de cada diez embarazadas por violación rechazan el aborto

El 90% de las mujeres que han abortado tras una violación se arrepienten de haberlo hecho

Tan sólo dos estudios en el mundo se han aproximado a uno de los temas «tabú» que rodean al aborto: la violación. Mientras gran parte de los países han despenalizado la supresión de la gestación en este supuesto, la realidad de un embarazo por violación es desconocida por la gran mayoría de la sociedad y de la clase política, que dan por hecho que la madre querrá abortar sin dudarlo.

Pero son precisamente las mujeres que han pasado por este terrible trauma las que se encargan de desmentir este tópico tan extendido socialmente. En el primer estudio realizado al respecto en 1979 por la doctora Sandra Mahkorn 28 de las pacientes embarazadas continuaron con su embarazo. El segundo estudio, realizado por el Elliot Institute y Fortress International -especializados en la investigación del post aborto-, ha ido más allá: a lo largo de la década de los noventa han recogido los testimonios de 192 mujeres que resultaron embarazadas a causa de una violación en EE UU. Puede parecer una cifra pequeña e insignificante, pero hay que tener en cuenta que se calcula que cerca del 70% de las mujeres violadas no lo notifican y que tan sólo un 1% de ellas quedan embarazas. Y además, a modo de ilustración, en España se acogieron en 2004 al supuesto de violación 17 mujeres, lo que supone... el 0’02% del total, 84. 985. Por este motivo, una muestra de 192 mujeres para estudiar la realidad del embarazo por violación es en realidad grande.

Según se explica en Victims and Victors: Speaking out about their pregnancies, abortions and children resulting from sexual assault (Víctimas y vencedores: hablando sobre sus embarazos, abortos e hijos resultantes de una agresión sexual), editado para explicar este estudio, el 70% de estas mujeres eligieron continuar con su gestación. Pero también las que abortaron tienen mucho que decir, puesto que cerca del 90% de ellas se arrepentía de haberlo hecho, y califica la decisión como «la peor solución a su embarazo».

David Reardon, experto en Bioética, investigador y director del Elliot Institute, denuncia en el citado libro que «las organizaciones que promueven el aborto usando los argumentos de la violación jamás han buscado la opinión de las mujeres que han sufrido una agresión sexual y han quedado embarazadas».

Diversas organizaciones en todo el mundo dedicadas a ayudar a la mujer recuerdan que, año tras año, nuevos estudios científicos continúan probando que una supresión de la gestación puede perjudicar gravemente la salud física de la mujer y que, además, «no hay ningún condicionante psiquiátrico para el que el aborto sea indicado como beneficioso». Por eso, Reardon advierte que el problema de los embarazos por violación no ha sido resuelto, ni muchísimo menos, legalizando el aborto. «En realidad, una historia de agresión sexual es una contraindicación más para el aborto», insiste. «No hay pruebas de que las víctimas de una violación se hayan beneficiado gracias al aborto. En cambio, sí hay pruebas documentadas de que el aborto empeora los problemas de las mujeres violadas», explica Reardon.

Kathleen DeZeeuw es una de las mujeres que aporta su testimonio en esta valiente obra: «Yo, habiendo vivido la experiencia de una violación y habiendo sacado adelante a un niño fruto de esa agresión sexual, me siento personalmente agredida e insultada cada vez que oigo que el aborto debería ser legal en caso de violación. Creo que hemos sido utilizadas para promover el aborto, incluso cuando nadie se ha interesado nunca por nuestra parte de la historia».

  • "Mi padre biológico es un violador. Pero yo sigo siendo un ser humano y aún tengo valor. Mi vida no vale nada por debajo de la suya debido a la forma en que fue concebida. Y yo no merecía la pena de muerte a causa de la crimen de mi padre. " (Pam Stenzel, Straight Talk de Pam Stenzel (1998) Vision Video Inc. PO Box 540, Worcester, Pennsylvania, 19490, EE.UU.)


  • "No importa cómo empezó. Lo que importa es que voy a llegar a ser." (Julie Makimaa)


13 agosto 2010

Raymon de Souza presenta este vídeo la violencia de los abortistas

Es una realidad que los abortistas y los activistas pro-elección son responsables de actos de violencia mientras que los activistas pro-vida en raras ocasiones los han realizado y no entra dentro de su forma de actuar. He aquí unos ejemplos.






Raymon de Souza presenta los interrogantes sobre el control de población




Las personas inteligentes deberían preguntarse por qué un continente tan escasamente poblado está siendo inundado con millones de dólares destinados a evitar que las personas de tener hijos.




10 agosto 2010

«Hay a quien le preocupa el cumplimiento de la ley, pero al médico lo que le preocupa es ayudar a la paciente»

 Dr. Esteban Rodríguez
La «reforma Aído» intenta abrirse camino en la sanidad pública con el miedo como arma preferida por los gobiernos socialistas para frenar las objeciones de conciencia, según denuncian los propios profesionales. En el día a día de la realidad el aborto surge imparable el temor del personal sanitario antiabortista a las presiones de jefes que sí comulgan con la normativa y la angustia a sufrir represalias laborales. Por eso los protagonistas de este reportaje han optado en su mayoría por el anonimato.

En Málaga, el pasado miércoles, una médico de Atención Primaria recibía la denegación de su objeción de conciencia por parte de un superior. «Alega lo que dice la consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero: que no estoy directamente implicada», explica. Ella no piensa así: «El aborto tiene que salir de mi consulta. Si no lo firmo, esa mujer no va a llegar nunca a quirófano. Soy un eslabón más de la cadena, en la que están desde la administradora que entrega el documento sellado, hasta la limpiadora que quita el feto muerto».

No es la única en su centro de salud que objeta al aborto, pero tras conocer la censura, varios de sus compañeros prefieren taparse. «El jueves tenía que entregar cuatro objeciones en el registro de entrada, pero dos de mis compañeros me llamaron para pedirme que no lo hiciera», detalla. El contrato de esta profesional concluye en septiembre. En principio, «se me iba a renovar porque estoy la primera en bolsa»; pero ahora teme que «puede que no lo hagan». «Ver que no me he doblegado, que no he agachado la cabeza y continúo mis trámites hacia delante les ha hecho reaccionar negativamente hacía mí».

Los administrativos de los centros de salud también creen tener derecho a objetar. En Castilla y León, una mujer que desempeñó esas labores hasta el pasado año argumenta su negativa a derivar a clínicas privadas a mujeres que querían abortar: «Para mí era una situación muy violenta. No era la ejecutora del aborto, pero formaba parte del proceso: tenía que informar a la mujer y darle instrucciones sobre qué no debía hacer la noche antes del aborto. Era doloroso imaginarte al bebé y pensar que al día siguiente lo iban a asesinar», afirma.

En medio de una doble «inseguridad jurídica», el ginecólogo Esteban Rodríguez denuncia desde Algeciras la «violación del artículo 16 de la Constitución» derivada de la obligatoriedad de «comunicar anticipadamente y por escrito» la objeción. «Tanto que la ley vendía la seguridad jurídica de los profesionales... Será la de los abortistas, la nuestra no».

El código ético

En su hospital, ningún médico «está dispuesto a practicar abortos, ni a cooperar en el procedimiento». Y no se niegan sólo por cuestiones morales o ideológicas, sino por el Código de Ética y Deontología Médica, «de obligado cumplimiento según la Ley del Estatuto Marco del Personal Sanitario, de 2003, que dice que el médico no ocasionará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera ante petición expresa» y que «al ser humano embrio-fetal hay que tratarlo con las mismas directrices éticas que a cualquier otro paciente».

Rodríguez, portavoz andaluz de Ginecólogos por el Derecho a Vivir, avisa: «No vamos a permitir que una ministra ideológica de Igualdad y otra de Sanidad que no tiene ni idea de medicina vengan a explicarnos nuestra profesión y nuestras obligaciones».

Una de las novedades de la nueva legislación abortiva es la entrega de un sobre informativo a las mujeres que quieran abortar. Es una imposición para los médicos de Atención Primaria a la que María Alonso, que ejerce en Madrid, objeta. «La paciente acude a nosotros en una situación de crisis que no se resuelve con un sobre en el que diga “Aquí se aborta”. Nosotros llegamos más allá porque entendemos su situación familiar, social y económica», expresa.

Gracias a eso, «la mujer sale reforzada y dando las gracias». Frente a «la información absolutamente sesgada de los sobres», que proponen el aborto como la única salida al embarazado imprevisto, Alonso se plantea la insumisión a la ley para aportar más información: «Simplemente con poder girar el ordenador y enseñarles una foto de su hijo, muchas mujeres cambian de opinión. Eso vale más que entregar el sobre». Alonso alerta del peligro de «la entrega sistemática y burocrática de un sobre sellado»: «Los profesionales debemos darnos cuenta de que no es un mero trámite. Lo que más daño puede hacer a la mujer es cerrarle otras puertas».

Los objetores animan a sus colegas a dejar de lado los temores. ¿Qué pasaría entonces si no hubiera nadie dispuesto a contribuir al aborto? «Quizás haya que plantearse que no es un derecho y que los médicos estamos para ayudar a la vida», sentencia Alonso. «Hay a quien le preocupa el cumplimiento de la ley, pero al médico lo que le preocupa es ayudar a la paciente», concluye.


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02 agosto 2010

Abortar tiene sentido en una sociedad genocida, pero no en una humana


«La presión social hace ver el embarazo como un problema que quitar de delante, sin tener en cuenta que estamos hablando de un ser vivo»

Avilés, Elisa CAMPO

El abogado avilesino Juan José Panizo, afincado en Gijón, es uno de los impulsores de los movimientos pro vida en Asturias desde hace más de dos décadas. Fue fundador de Adevida Asturias y ahora es vicepresidente del Cidevida -Centro Internacional de Defensa de la Vida-, una entidad asturiana que impulsó la puesta en marcha de una exposición permanente sobre el aborto en Tordesillas. La muestra, ubicada en la iglesia de San Juan Bautista de la ciudad vallisoletana, acaba de inaugurarse.

-El primer aborto al amparo de la ley de 1985 se hizo en Asturias, durante el verano, en el Hospital de Cabueñes. Era un caso de Síndrome de West y se alegó malformación del feto. Como nadie quería practicar abortos, se llevaron incluso médicos de fuera del Hospital. Y nada más realizarse, el doctor Gil Vernet aseguró que hubiera podido curar ese caso. Viendo cómo se había hecho, presentamos la primera querella.

Así fue como comenzó la implicación activa de Panizo en contra del aborto, ya que, aunque él todavía estaba acabando la carrera, ya trabajaba en el despacho de Benigno Blanco, el abogado que llevó el caso.

-¿Cómo se desarrolló la querella?

-Era un caso para ganar, porque vino el propio doctor Gil Vernet de perito. Pero al haber implicadas personas aforadas, no se sabía quién era el tribunal competente. Y eso lo tuvo que resolver el Supremo. Empezaron a pasar los años y, al final, la idea del aborto ya estaba más aceptada y se archivó el caso. No obstante, la querella tuvo un efecto, y es que en los sitios públicos es muy difícil que se realicen abortos porque los médicos vieron que los podían sentar en el banquillo. Y en estos 25 años el aborto se practicó fundamentalmente en instituciones privadas.

-Aquella ley de 1985 preveía el aborto en caso de tres supuestos: violación, malformación del feto y riesgo para la madre.

-Nosotros ya decíamos que no se preveía sólo un aborto para esos casos extremos, sentimentalmente admisibles, porque lo que se intentaba era promover una cultura abortista que llegara al aborto libre como ahora tenemos. Eran unos mentirosos. De hecho, ya se vio rápidamente. El peligro para la salud de la embarazada, por ejemplo, es prácticamente inexistente hoy en día. Y en el 95 por ciento de los abortos practicados se alegó peligro para la salud psíquica de la embarazada, que fue el gran coladero de la anterior ley. Es más, la gran mentira para el peligro de la salud psíquica es que se oculta el síndrome del posaborto, muy relacionado con el aumento de alcoholismo y drogadicción. Es una realidad que ahora se está empezando a tratar y que genera problemas psíquicos importantes. En los centros de acogida nosotros tenemos un programa, «La viña de Raquel», en el que ofrecemos terapia para las mujeres que han tenido abortos.

-Es decir, que además de abogar contra el aborto, también ayudan a las mujeres que abortaron.

-En el aborto hay dos víctimas, el niño que no ha nacido, que digan lo que digan con sólo doce semanas de vida ya está perfectamente formado, y la mujer. Por eso no se ha denunciado nunca a una mujer, nuestras querellas no son a las mujeres, sino a quienes practican los abortos. En todas las provincias hay instituciones que ofrecen ayuda a las mujeres con problemas y a las que ya abortaron. En toda España existe la Red Madre de asistencia, y en Asturias también está MAR, Mujeres Asturianas en Riesgo, que están acogiendo muchos casos. La Federación de Asociaciones Provida funciona desde hace treinta años y desde entonces ha dado asistencia a 70.000 madres que han supuesto 38.000 nacimientos.

-En Asturias trabajan distintas asociaciones.

-Hace dos años se creó la plataforma Asturias por la Vida, que reúne a todas las que defienden la vida. La iniciativa que ahora hemos puesto en marcha es un Centro Internacional para la Defensa de la Vida, Cidevida, cuyo primer fruto es la exposición permanente que se puede ver en Tordesillas. Allí nos han cedido una iglesia del siglo XVI para montar la exposición, que abrió sus puertas en junio.

-¿En qué consiste la exposición?

-Es una actividad sin corte religioso ni político diseñada por científicos, jurídicos e historiadores. Mónica López Barahona, microbióloga, directora de la Academia Pontificia para la Vida, y el científico César Nombela, catedrático de Microbiología en la Complutense de Madrid, han diseñado el contenido. La primera parte está dedicada a lo que dice la ciencia del aborto. La segunda, lo que enseña la historia, el recorrido de las falacias de las legislaciones abortistas. Por ejemplo, la sentencia de 1974 en EE UU en relación con una chica que alegó violación para el aborto. Y tiempo después la propia chica reconoció que era todo un invento. La historia enseña mucho. Los grandes médicos proabortistas de EE UU han cambiado de opinión, aunque siga habiendo muchos que lo practican, porque es un gran negocio.

-¿También en España es un negocio?

-Sí, las clínicas abortistas tienen un gran negocio de poco riesgo y de dinero negro porque nadie quiere factura.

-Volviendo a la exposición...

-Termina hablando de otro holocausto, que es cómo se practican los abortos. Es una zona de la exposición restringida para que no entren los niños, porque es muy dura. Y también finaliza con motivos para la esperanza, como todas las ayudas para embarazadas y la terapia posaborto. La muestra, en la iglesia de San Juan Bautista de Tordesillas, está abierta todos los días, excepto los lunes.

-¿Qué opina de la nueva ley del Aborto?

-Es una barbarie auténtica. Va a eliminar muchas vidas humanas. En los primeros catorce meses de embarazo se puede abortar a petición. Y además las menores de edad no necesitan ni el consentimiento de los padres. La legislación es anticonstitucional. ¿Cómo se va a poder matar a un ser, a un niño perfectamente formado? Ése es el mejor argumento. ¿Tiene sentido abortar? En una sociedad genocida sí, en una humana no. Si soy un retrógrado por pensar así, sea.

-Es cierto que no está muy bien visto defender posturas antiabortistas.

-Es que parece que somos retrógrados. Los jóvenes proabortistas que lo son por presión social cuando ven la exposición cambian totalmente. El aborto no es un problema ideológico y religioso, que también, es algo moral y sobre todo científico. Sobran argumentos.

-¿En qué se basa para decir que la ley es inconstitucional?

-El artículo 15 de la Constitución dice que «todos» tienen derecho a la vida. Y hay una sentencia del Tribunal Constitucional que reconoce que el niño no nacido es un bien a proteger, aunque podría entrar en conflicto con otros bienes, como la vida de la madre, esto se dijo para justificar los tres supuestos de la ley del 85. Ya se presentó el recurso de inconstitucionalidad y se pidió la suspensión cautelar de la ley, porque si mueren un millón de vidas no les podemos devolver la vida. Pero la votación se perdió por un voto. Y ahora el recurso está a expensas de que el Tribunal Constitucional la declare inconstitucional, porque lo es.

-¿Destacaría algo más de esta legislación?

-Es resaltable la apariencia informativa. Penosamente no se informa de las alternativas al aborto. Hemos solicitado por activa y por pasiva que se incluya esta realidad. Nosotros tenemos una guía con muchas instituciones que ayudan a las madres en todas las provincias. Damos cualquier tipo de ayuda, soluciones socioeconómicas... Cualquier mujer con motivos económicos tendrá soluciones, y también son posibles partos de los que nadie se entera y adopciones automáticas. Cualquier cosa menos matarlo. Hay que informar bien de todas esas alternativas.

-¿Qué empujó al aborto a las mujeres que luego pasan por los programas de ayuda?

-Fundamentalmente la obcecación por no haber encontrado otro tipo de ayuda. Y la situación familiar. Si una madre lleva a abortar a su hija joven... La presión social hace ver el embarazo como un problema que quitar de delante, sin ver que estamos hablando de un ser vivo. Por eso es tan importante saber que hay otras alternativas.

-¿Qué le llevó a usted a implicarse en esta lucha?

-El haber visto un feto abortado. Tienes dos opciones, mirar para otro lado o dar la cara. Es algo que no se te borra, la impresión es total. Y la gente nunca escoge matar a un niño, la mujer que quiere abortar lo hace por la presión que tiene y el deseo de quitarse ese problema. Les dicen que es como un grano que se elimina sin más, pero no pueden callar a la naturaleza.

-¿Cuál es el perfil de la mujer que recurre al aborto?

-Sobre todo, chicas jóvenes e inmigrantes.

-¿Qué pueden hacer?

-Buscarnos por internet. Hay soluciones para cuando la mujer está agobiada y encuentra en el aborto la única solución: Red Madre y la asociación MAR. La del aborto es una guerra que vamos a ganar porque la historia la va a ganar. Las generaciones futuras mirarán para atrás y dirán que había una época en la que se mataba a los niños. Y los médicos son los más conscientes de lo que es un aborto, que va contra su juramento Hipocrático. La objeción de conciencia va a traer cola.


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