Rafael Morel, psicólogo: ""
Post-Abortion-Syndrom: Designa el cuadro patológico que comprende un conjunto de síntomas fisiológicos, psicológicos y espirituales desencadenados tras la realización de un aborto.
Por Crixmar Rojas
Para una aproximación psicológica hacia el tema del aborto, cuya despenalización se está proponiendo en una reforma al Código Penal que adelanta la Asamblea Nacional Venezolana, El Tiempo conversó con Rafael Morel, quien es especialista en psicología y aseveró que un aborto es un evento que aquella persona que lo cometa recordará toda su vida.
“Básicamente un aborto es un evento muy importante en la vida de quien sea, sea hombre o sea mujer, sea la sociedad completa, ya que es un trauma, entendiéndose trauma como un evento que deja una secuela psicológica, y por lo general hablamos de una secuela negativa”.
Morel dijo que no podría hablarse específicamente de consecuencias psicológicas del aborto, puesto que cada persona es un mundo, “no sabemos porque en cada persona se van a conseguir cosas distintas, tiene que ver mucho con el marco que envuelve el evento”.
La culpa
Una de las consecuencias obvias de un aborto podría ser un sentimiento de culpa, ante lo cual Morel comentó que “cuando hablamos de consecuencias psicológicas, los sentimientos y las sensaciones tienen que ver con esa área, no puede ser igual para todas las personas pero tenemos una norma que pauta la sociedad, al romper la norma del común es posible que se genere un sentido de culpa, pero también hay que colocarse en el lugar, y no es que esté estableciendo posiciones, pero también tenemos que entender que en algunas oportunidades lo que genera es un sentimiento de tranquilidad, que tiene que ver mucho con la realidad del sujeto, es posible que tenga un sentimiento de culpa, pero lo seguro es que lo va a recordar para toda la vida”.
La carga también la lleva el hombre
A juicio de Morel, aún para el hombre puede ser una carga la decisión de un aborto, “también hay hombres que llevan el sentimiento de que no formaron parte de que llegara una vida al mundo y a lo mejor también para el padre hay un sentimiento de culpa, pero lo cierto es que te lo puedo asegurar que hasta el momento que muera el recuerdo va a acompañar al sujeto”
-En el caso de que le despenalice el aborto ¿Cómo sería la influencia en el conciente colectivo?
-Lo más alarmante, -contestó Morel- es que somos seres de pautas, el ser humano necesita tener normas para encajar en una sociedad, lo más preocupante es que en el momento en que comenzamos a romperlas, tendremos por dónde fugarnos y ser más desadaptados, lo que me da miedo es un sentido de libertad, al tener una normativa que estipule el respeto a la vida desde su fecundación, nos una sensación de freno sobre ciertas actividades, yo entiendo a las personas desde el aspecto psicológico que en algunas oportunidades a lo mejor es una solución cuando es un hijo no deseado o cuando tiene que ver sobre un trauma o una violación o un abuso, lo que me daría miedo es cuántas personas irían a alegar que fueron violadas, y tendremos que comprobar si realmente fueron violadas.
-¿Pero no es posible que se presente el fenómeno de que si ya que no hay norma que romper sino una libertad de elegir, disminuya la tendencia?
-En torno a eso, colocando como ejemplo la legalización del consumo de algunas sustancias estupefacientes, yo me pregunto si han dejado de consumir, es posible que el ser humano en algún momento, al saber que no puede hacer algo, más rápido se disponga a hacerlo, pero no hay algo que me compruebe que eso sea así, la norma es muy importante para el sujeto.
-Como especialista en el área, ¿cuál su posición en torno a la despenalización del aborto?
-Hay ciertas eventualidades, las circunstancias en que hay en cada vida son únicas, sé que es muy difícil hacer un estudio minucioso e individual por cada caso, pero siento que hay algunas personas para las cuales sí podría ser una solución, como en el caso básico de las violaciones, porque en el resto de los casos, yo no pudiese consentir que los sujetos no afronten sus responsabilidades.
El Síndrome Post-aborto
(Post-Abortion-Syndrom). Designa el cuadro patológico que comprende un conjunto de síntomas fisiológicos, psicológicos y espirituales desencadenados tras la realización de un aborto.
Afecta fundamentalmente a las mujeres que han abortado, pero también se verifica (en distintos grados) en todos los demás que han intervenido en el hecho: el padre de la criatura, los médicos y la persona que aborta. Los síntomas que se manifiestan están en relación directa con las razones por las cuales se abortó, el tiempo del embarazo, la relación entre los padres de la criatura, etc. Especificando más detenidamente podemos enumerar los siguientes síntomas:
*Síntomas de pesar y dolor. Toda pérdida genera un estado de duelo; es mucho más difícil superar el dolor de un aborto provocado que el de un aborto espontáneo por varias razones: la persona se sabe culpable de la pérdida, no tiene posibilidades de visitar el cuerpo del niño, ha existido un trabajo de autoconvencerse de que no se trataba de un ser humano (este trabajo deja en la persona un mayor sentimiento de culpa, porque sabe que ha tenido que buscar argumentos para justificar un acto al que no le inclinaba espontáneamente).
Cuando el dolor no se supera conduce a la depresión. La depresión puede alterar el sistema inmunológico, y con esto se aumenta el riesgo de contraer infecciones e incluso, en casos extremos, se ha constatado el inicio de procesos cancerígenos. También ha ocurrido que personas, que han caído en estados depresivos agudos, se han transformado luego en personalidades psicóticas.
*Sentimiento de culpabilidad. En muchos estudios se ha observado que cuando no hay sentimiento de culpa, se suele dar una tendencia al alcohol o a la drogadicción; en cambio, cuando hay sentimiento de culpabilidad se suele caer en estados depresivos, que se manifiestan en grandes tristezas, llantos, visión negativa y pesimista del mundo circundante. Cuando el sentimiento de culpa es muy grande lleva a sentimientos de pánico y autodestrucción.
*La agresividad. Un efecto del conflicto desatado por el aborto es la agresividad de la mujer hacia los que han intervenido en el aborto: el médico, el novio o esposo, los parientes o amigos que la empujaron al acto, e incluso contra sí misma. De alguna manera descarga así el sentimiento de culpabilidad contra sí misma y el sentimiento de víctima respecto de los demás.
*Incertidumbre afectiva. Parte de las dudas en la toma de decisión sobre el aborto gira en torno al amor o deseo natural del niño del que está embarazada la mujer. Sabe intuitivamente, aunque no lo quiera hacer reflejo, que su acto abortivo contradice su amor natural.
*La interrupción abrupta del ciclo hormonal. Cuando se interrumpe el proceso de embarazo de modo abrupto, como ocurre en el aborto, tiene lugar en la mujer un trastorno notable, con efectos en todos esos órdenes: físico, afectivo, psicológico y relacional; estas perturbaciones pueden ir desde las depresiones en el orden emotivo, hasta la constatación médica de mayores tendencias a adquirir cáncer de mama, pasando por problemas de integración social y familiar.
*El sentimiento de fracaso como madre y problemas relacionados. A veces, para llenar el vacío, tiene lugar un deseo vehemente de querer reemplazar al niño perdido; pero este deseo se mezcla con la sospecha y el temor de no saber desempeñarse como madre, o de no poder relacionarse con el bebé de manera correcta, o de no saber criarlo. También ocasiona miedo respecto de los hijos futuros, a veces esto ocasiona la decisión de no tener más hijos, algunas mujeres que han abortado tienen problemas reales para llevar adelante posteriores maternidades: tienen problemas para amamantar a sus hijos, reaccionan con miedo o agresividad ante el llanto de sus bebés, e incluso una especie de rechazo (ocasionado por el miedo), y como éste es percibido instintivamente por el bebé, genera sentimientos de abandono. A veces, como no quieren dañar al niño y tienen conciencia de no saber tratarlo, terminan mandándolo desde muy pequeño y sin ninguna necesidad a guarderías infantiles.
*Otros problemas. Los estudios a los que hacemos referencia indican también otros síntomas propios de este “síndrome”, como por ejemplo: alteraciones de diversa índole en el sueño (pesadillas persistentes), crisis de identidad, desconfianza, sentimiento de cinismo (conciencia de la inocencia perdida) e incluso, enfermedades psicosomáticas como anorexia y bulimia.
Fuente Webdelamujer.com / Diario El tiempo – Venezuela
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*El sentimiento de fracaso como madre y problemas relacionados. A veces, para llenar el vacío, tiene lugar un deseo vehemente de querer reemplazar al niño perdido; pero este deseo se mezcla con la sospecha y el temor de no saber desempeñarse como madre, o de no poder relacionarse con el bebé de manera correcta, o de no saber criarlo. También ocasiona miedo respecto de los hijos futuros, a veces esto ocasiona la decisión de no tener más hijos, algunas mujeres que han abortado tienen problemas reales para llevar adelante posteriores maternidades: tienen problemas para amamantar a sus hijos, reaccionan con miedo o agresividad ante el llanto de sus bebés, e incluso una especie de rechazo (ocasionado por el miedo), y como éste es percibido instintivamente por el bebé, genera sentimientos de abandono. A veces, como no quieren dañar al niño y tienen conciencia de no saber tratarlo, terminan mandándolo desde muy pequeño y sin ninguna necesidad a guarderías infantiles.
*Otros problemas. Los estudios a los que hacemos referencia indican también otros síntomas propios de este “síndrome”, como por ejemplo: alteraciones de diversa índole en el sueño (pesadillas persistentes), crisis de identidad, desconfianza, sentimiento de cinismo (conciencia de la inocencia perdida) e incluso, enfermedades psicosomáticas como anorexia y bulimia.
Fuente Webdelamujer.com / Diario El tiempo – Venezuela
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