Tradicionalmente se viene admitiendo que la eficacia contraceptiva del DIU es de aproximadamente un 97 %, es decir que el índice de fallos por año por cada 100 mujeres que lo utilicen correctamente es del 3 %, aproximadamente.
Sin embargo, según se comenta en un reciente artículo publicado en The New England Journal of Medicine (354; 1203-04, 2006), se van desarrollando nuevas fórmulas que hacen que mejore la eficacia del DIU. Así, cuando se utiliza el DIU impregnado de levonorgestrel, el índice de fallos durante el primer año de utilización desciende al 0,1 %. Es decir, se convierte prácticamente en el método contraconceptivo más efectivo, incluso superior a la esterilización.
Pero su uso sigue teniendo algunos efectos secundarios negativos, especialmente infecciones del tracto genital superior, que suelen aparecer en los primeros 20 días después de la inserción del DIU, pero para muchos autores este riesgo es muy inferior al beneficio de su potente efecto contraconceptivo.
Hasta aquí algunos datos técnicos, que no pueden oscurecer la negativa valoración ética que el uso del DIU merece, pues no hay que olvidar que en gran parte de los casos este mecanismo contraceptivo actúa impidiendo que el embrión se pueda implantar, es decir, actúa por un mecanismo abortivo (Provida Press nº 190, mayo 2005).
Por tanto, si se mejora su rendimiento técnico se incrementará su uso y consecuentemente se estará propiciando el que cada vez se termine con mayor número de vidas humanas embrionarias. No hay que olvidar que el uso del DIU es que hoy por hoy la causa por la que más vidas humanas se pierden al año en el mundo y esta nueva posibilidad técnica puede hacer que el número se incremente todavía más
Adopcion Espiritual
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