24 noviembre 2010

Urge reconocer el dolor que provoca el aborto: Rivera Díaz


Más allá de las polémicas que existen en el tema del embarazo interrumpido, es necesario reconocer el dolor que a lo largo de su vida provoca a muchas mujeres la práctica de un aborto, señaló el sacerdote Agustín Rivera Díaz.

El rector del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe, comentó que hay mujeres y hombre que no supieron defender la vida de su hijo y que arrepentidos ante el aborto, buscan a Dios para transformar su vida.

A partir de ese encuentro se convierten en líderes, en defensores de la vida del ser humano desde su concepción y promotores de la auténtica dignidad de la mujer, aseveró el prelado.

En conferencia de prensa dio a conocer las actividades del 18 de noviembre por la reinauguración del Organo Monumental Wurlitzar y los 10 años de reapertura del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe, cuyo sentido es sembrar esperanza en “todos aquellos que, confundidos, se han dejado llevar por la corriente”.

“Reconozcamos el dolor de muchas mujeres que pensando que a través del aborto iban a solucionar un problema, se han dado cuenta que al asesinar a su hijo en el vientre materno, en su propia vida, se ha generado un dolor tan grande” por el resto de su existencia, expuso.

De ahí la importancia del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe, cuya existencia les da “la posibilidad de decirles que si quieren cambiar, no todo está perdido y puedes hacerlo”.

El Templo Expiatorio se hizo precisamente para que las personas que una vez que han vivido experiencias como ésta, del aborto, se dan cuenta que no alcanzan la felicidad que buscaban, sino que en su corazón hay una herida todavía más grande.

“Sepan que hay lugares y espacios de encuentro con Dios y de la posibilidad de un cambio de vida”, externó el rector de la Antigua Basílica de Guadalupe.

El sacerdote explicó que el Templo Expiatorio se encuentra “en el Tepeyac para iluminar a nuestra ciudad, para iluminar a los habitantes de la ciudad y como una expresión de orar por todos los habitantes de esta metrópoli ante las necesidades que ella misma va presentando”.

“Toda gran metrópoli presenta diversos problemas y conflictos. Ahí están por un lado las carencias económicas y el empleo, los problemas del narcotráfico y de la violencia en las calles, así como situaciones en las que se puede decir que es el desamor y no el auténtico amor humano el que se hace presente”, hizo notar.

Por ello, agregó el padre Agustín Rivera, se tiene que entender a éste espacio como un lugar de oración para bien de todos los habitantes de esta ciudad, católicos o no, “porque el creyente no sólo ora por sí, ora por todos”.

Fuente: Diario de Yucatán


 

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