02 enero 2006

El síndrome post-aborto



Hay una realidad social que está comenzando a preocupar en los medios sanitarios y es preciso darse cuenta y no cerrar los ojos. Es cada vez mayor el número de personas que acuden a los centros de salud mental con trastornos, a veces graves, tras haberse sometido a un aborto voluntario. La sociedad occidental, orgullosa de sí misma y del avance humano y tecnológico, se encuentra herida en sus engranajes más delicados y vulnerables por inquietantes síntomas de descomposición. Voy a detenerme en el aspecto menos tratado: el síndrome post-aborto, que es con lo que me topo con frecuencia en mi ejercicio profesional. No es posible obviar toda una serie de síntomas psicopatológicos que se presentan, en muchos casos, tras el aborto: gran angustia, tristeza, sueños y pesadillas en las que las mujeres son acusadas por su propio feto, a veces pensamientos suicidas. Y no es raro que, a raíz de este hecho, haya abuso de alcohol o drogas.
En mi casuística, que ya va siendo numerosa porque llevo más de 30 años dedicada a la asistencia clínica psiquiátrica, no es extraño encontrar que antes del año del aborto hay una ruptura de su relación de pareja. ¿Nos damos cuenta del drama tan terrible que queda en estas mujeres? Las personas que nos dedicamos a la salud mental sabemos muy bien el trauma que siempre supone el aborto y las consecuencias más o menos tempranas que origina. Es obvio que toda mujer que aborta queda profundamente afectada aunque no quiera o no pueda reconocerlo. Y también que la afectación es mayor si tiene una cierta predisposición mental. No podemos cerrar los ojos ante lo que está sucediendo

Dra. Carmen Gómez Lavín - Psiquiatra Navarra.

Adopcion Espiritual

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