Por Steven W. Mosher
Nuestro compañero Colin Mason ya regresó de China. Durante una semana realizó una investigación secreta para tener evidencia de primera mano sobre los abusos que actualmente se cometen por la política de un solo hijo de China y pruebas recientes de la complicidad en estos abusos del Fondo de Población de las Naciones Unidad “U.N. Population Fund”-UNFPA. Cabe señalar que UNFPA ha estado en China desde 1979(!) ayudando a las autoridades de Beijing a poner en práctica este programa. Colin visitó tres condados donde UNFPA ha puesto en práctica programas de planificación familiar “voluntarios”. Precisamente Colin encontró que no estaban nada cerca de ser lo que UNFPA decía.
Para alguien que ha estado siguiendo la política de un solo hijo por 30 años, lo que me llamó la atención acerca de la investigación, fue saber que las multas por “niños ilegales” se han incrementado enormemente en los últimos años. Las multas por tener un “niño ilegal”, actualmente tienen un valor de 3 a 5 veces los ingresos de la familia. El equivalente de la multa en Estados Unidos sería de 150 a 250 mil dólares. Las parejas, literalmente, tienen que hipotecar su futuro por décadas a fin de prestarse el suficiente dinero para cancelar estas multas. El gobierno insiste en llamar a esta extorsión “honorarios de compensación sociales”, como si los padres estuvieran, simplemente, reembolsando el costo de otro niño a la sociedad. La verdad es que se trata solamente de castigarlos fuertemente y nada más. Enfrentando la posibilidad de tener que pagar tales multas, muchas parejas “voluntariamente” se someten a abortos y esterilizaciones.
¿Qué pasa si no pagas la multa? En la provincia de Guangxi, según se informa, los recién nacidos ilegales son retenidos por oficiales del gobierno, hasta que los padres, haciendo sacrificios inenarrables, sean capaces de reunir el dinero para pagar la enorme multa. En otras palabras, ¡los bebés son secuestrados hasta cubrir el rescate! Algo que para muchos sería muy difícil de imaginar. Y en eso estriba la importancia del viaje de Colin.
Los hallazgos de Colin son compatibles con los resultados de investigaciones anteriores realizadas por Population Research Institute. En el 2001, por ejemplo, PRI envió un equipo de investigadores a China para examinar el programa “modelo de planificación familiar” de UNFPA, específicamente para comprobar si los abortos forzados y las esterilizaciones obligadas ya eran cosas del pasado. En esta ocasión, entrevistamos a más de dos docenas de víctimas y testigos de la coacción, grabando sus respuestas en vídeo y cintas de audio. Los entrevistados declararon que la planificación familiar voluntaria no existe en el programa "modelo" de UNFPA y que los abortos forzados continúan.
En el 2002, incluso el Departamento de Estado norteamericano, conocido por sus sentimientos a favor del aborto, coincidió que las fuertes multas de China eran de naturaleza coactiva y que UNFPA era cómplice de esta coacción. Con las pruebas presentadas por el PRI, el Presidente Bush hizo lo más sensato y rechazó el financiamiento a UNFPA por siete años. Esto le costó a la pícara agencia algo más de US$ 200 millones.
En estas circunstancias llega Obama. El novel Presidente prometió durante la campaña restaurar el financiamiento a UNFPA. Efectivamente el pasado 11 de marzo firmó el Proyecto de Ley de Gastos Consolidados del 2009 que incluye 50 millones de dólares para UNFPA. Dos semanas más tarde el Departamento de Estado anunció la reanudación formal de las contribuciones a UNFPA. Y hace solo unos días, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos (Hillary Clinton, ¿la recuerdan?) apareció ante la Cámara de los Representantes norteamericana y, en testimonio jurado, elogió a esta agencia de las Naciones Unidas, que ahora está boyante de dólares norteamericanos y en efectivo.
¿Se puede cortar el financiamiento otra vez, ahora que sale a la luz una nueva evidencia de la complicidad de UNFPA en la coacción y secuestro? Sinceramente, no lo sé. La mentalidad anti-vida que domina a la nueva administración puede permanecer impasible a los hechos y a la razón. Pero en Population Research Institute seguiremos exigiendo que los norteamericanos no sean obligados a financiar estos abusos.
Además, seguiremos sosteniendo que el aborto forzado no es algo repudiable sólo para el movimiento pro-vida. Debería ser rechazado por todos, inclusive aquellos que en los debates sobre el aborto están en el lado opuesto al nuestro. Los defensores de los derechos humanos de todas las extirpes deberían exigir al Presidente Obama no dar un centavo de financiamiento a UNFPA. Los impuestos de los norteamericanos no deben ser usados para financiar a una organización que viola los derechos humanos básicos de las mujeres de todo el mundo. Y al parecer, aprueba el secuestro.
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