Durante un tratamiento experimental en el 2005, se utilizaron injertos de tejidos de bebés abortados como "vendaje" para ayudar a sanar mas pronto los tejidos de niños que habían recibido serias quemaduras de segundo y tercer grado. Los tejidos que se utilizaron provenían de un feto abortado a las 14 semanas, tres años antes. Los médicos cambiaban ese «vendaje» por otro igual cada vez que le cambiaban a los niños el vendaje convencional cada 3 o 4 días. Se alega que este procedimiento servirá también para tratar otro tipo de heridas. Después de todo, con la muerte de más de 50 millones de inocentes debido al aborto quirúrgico alrededor del mundo, no les faltara «materia prima».
El niño por nacer a quien sus padres no lo quieren, se ha convertido en una fuente de «partes de repuesto» y de «materia prima» para productos de belleza.
Habrá que estar pendiente de cómo nos curan
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