WASHINGTON DC, 04 Abr. 05 (ACI).-Distintas organizaciones pro-vida alrededor del mundo expresaron su dolor y recordaron el esfuerzo del Santo Padre en la incansable lucha por la vida, luego su tránsito a la casa del Padre, ocurrido el día sábado 2 de abril a las 9:37 p.m., hora de Roma.
El Padre Frank Pavone, director de Priests for Life, señaló que “hoy despedimos al Papa Juan Pablo II el Grande, el Papa de la vida. Sus enseñanzas guiarán y nutrirán a la Iglesia por siglos. Particularmente sus enseñanzas sobre la santidad de la vida, especialmente del no-nacido, resonarán en nuestras conciencias para construir una cultura de vida”.
La fundadora de Concerned Women for America (CWA), Beverly La Haye, declaró que “este Papa fue una fuerza vital en la defensa de la vida, el matrimonio, la familia. Su extraordinario liderazgo y valor han fortalecido todo el cristianismo. El Papa se ha opuesto sin tregua a la cultura de muerte y ha defendido la santidad de la vida y el derecho a la libertad”.
Por su parte, Wanda Franz, presidenta del Comité Nacional por el Derecho a la Vida, indicó que el Santo Padre “fue una incansable voz en favor del no-nacido, los discapacitados y los ancianos; así como también un gran defensor del derecho a la vida. Su férrea oposición a los males como el aborto, el infanticidio y la eutanasia; estaba fundada en la compasión y en el amor. Lo vamos a extrañar muchísimo”.
De otro lado, la presidenta de la Coalición Cristiana Estadounidense, Roberta Combs, dijo del Pontífice que fue “un gran campeón para los no-nacidos y discapacitados. El Papa y la Iglesia Católica declararon que la muerte de Terri Schiavo fue ‘eutanasia’ y condenó a quienes se esforzaron por lograrlo. El Papa Juan Pablo II es un gran héroe para el movimiento pro-vida”.
“Por más de 26 años el Papa ofreció un valeroso e incansable liderazgo al defender y promover el derecho a la vida de todas las personas: los no-nacidos, ancianos, moribundos, discapacitados y pobres”, señaló la presidenta de Feministas por la Vida, Serrin Foster.
Judie Brown, presidenta de la American Life League, indicó que “mucho se escribirá sobre él, pero lo que destaca por encima del resto es que, durante los 26 años de pontificado, recordó siempre que cada persona es un ser humano creado por Dios que merece ser amado y respetado. El Papa dejó establecido esto en su hermosa encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida), probablemente al más significativa encíclica de todas las que escribió”.
Igualmente, hace unos días el presidente de EEUU, George W. Bush, declaró que “el Papa Juan Pablo II dejó la sede de San Pedro de la misma manera en la que llegó a ella: como testimonio de defensa de la dignidad de la vida humana. En occidente, nos ha dejado la misión de construir una cultura de vida en la que el fuerte proteja al débil”.
Otras organizaciones como el Catholic Action Group, Traditional Values Coalition, Brothers of Charity, la Conferencia Católica de Pennsylvania y la Universidad Católica en Washington también expresaron sus condolencias y recordaron el esfuerzo del Santo Padre por la defensa de la vida durante su pontificado
El Padre Frank Pavone, director de Priests for Life, señaló que “hoy despedimos al Papa Juan Pablo II el Grande, el Papa de la vida. Sus enseñanzas guiarán y nutrirán a la Iglesia por siglos. Particularmente sus enseñanzas sobre la santidad de la vida, especialmente del no-nacido, resonarán en nuestras conciencias para construir una cultura de vida”.
La fundadora de Concerned Women for America (CWA), Beverly La Haye, declaró que “este Papa fue una fuerza vital en la defensa de la vida, el matrimonio, la familia. Su extraordinario liderazgo y valor han fortalecido todo el cristianismo. El Papa se ha opuesto sin tregua a la cultura de muerte y ha defendido la santidad de la vida y el derecho a la libertad”.
Por su parte, Wanda Franz, presidenta del Comité Nacional por el Derecho a la Vida, indicó que el Santo Padre “fue una incansable voz en favor del no-nacido, los discapacitados y los ancianos; así como también un gran defensor del derecho a la vida. Su férrea oposición a los males como el aborto, el infanticidio y la eutanasia; estaba fundada en la compasión y en el amor. Lo vamos a extrañar muchísimo”.
De otro lado, la presidenta de la Coalición Cristiana Estadounidense, Roberta Combs, dijo del Pontífice que fue “un gran campeón para los no-nacidos y discapacitados. El Papa y la Iglesia Católica declararon que la muerte de Terri Schiavo fue ‘eutanasia’ y condenó a quienes se esforzaron por lograrlo. El Papa Juan Pablo II es un gran héroe para el movimiento pro-vida”.
“Por más de 26 años el Papa ofreció un valeroso e incansable liderazgo al defender y promover el derecho a la vida de todas las personas: los no-nacidos, ancianos, moribundos, discapacitados y pobres”, señaló la presidenta de Feministas por la Vida, Serrin Foster.
Judie Brown, presidenta de la American Life League, indicó que “mucho se escribirá sobre él, pero lo que destaca por encima del resto es que, durante los 26 años de pontificado, recordó siempre que cada persona es un ser humano creado por Dios que merece ser amado y respetado. El Papa dejó establecido esto en su hermosa encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida), probablemente al más significativa encíclica de todas las que escribió”.
Igualmente, hace unos días el presidente de EEUU, George W. Bush, declaró que “el Papa Juan Pablo II dejó la sede de San Pedro de la misma manera en la que llegó a ella: como testimonio de defensa de la dignidad de la vida humana. En occidente, nos ha dejado la misión de construir una cultura de vida en la que el fuerte proteja al débil”.
Otras organizaciones como el Catholic Action Group, Traditional Values Coalition, Brothers of Charity, la Conferencia Católica de Pennsylvania y la Universidad Católica en Washington también expresaron sus condolencias y recordaron el esfuerzo del Santo Padre por la defensa de la vida durante su pontificado
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