02 marzo 2006

No se quede callado, o será cómplice y culpable

Si algún día un grupo de investigadores de categoría demostrara que el embrión humano no tiene vida humana, la polémica del aborto desaparecería. Practicar un aborto sería como quitarse una espinilla o cortarse el pelo. ¿Hay polémica con respecto al corte de pelo? ¿Hay sentadas en las puertas de los podólogos para evitar que a la gente le quiten los callos? ¿Hay operaciones rescate delante de las clínicas dentales para salvar las muelas que van a ser extraídas y evitar que vayan al cubo de la basura?

Probablemente nos quedaríamos todos muy tranquilos. Sin embargo la realidad no siempre es como quisiéramos que fuera y si no la podemos cambiar tenemos que aceptarla como es. De lo contrario viviríamos en un mundo fantástico, irreal.

La biología y la medicina estudian la realidad y ven que el embrión humano tiene vida humana desde el principio, desde la concepción. Si no es vida humana en ese momento, ya no lo será nunca. Si es vida humana, no dejará de serlo hasta que muera o hasta que lo maten. El proceso de desarrollo es continuo, no hay un momento a partir del cual se pueda decir que antes no era humano y ahora sí. Qué más da que el embrión tenga 6 ó 60 días, que esté implantado en el útero o flotando en la trompa, que esté dentro de su madre o en una cuna, que pueda dar lugar a gemelos o no, que se le llame embrión, feto, neonato, niño o adolescente? No es que se desarrolle hasta convertirse en hombre, sino que se desarrolla como hombre. Aceptar que después de la fecundación un nuevo ser humano ha empezado a existir ya no es cuestión de gusto o de opinión, no se trata de una hipótesis científica, sino de una evidencia experimental.

Un individuo de la especie homo sapiens es persona, sea de la raza que sea. Y un embrión humano es persona, porque es un individuo de la especie homo sapiens. Esto es independiente de su estado de desarrollo o ruina. Un paciente con una enfermedad del sistema nervioso es persona, y un embrión que no ha desarrollado su sistema nervioso es persona, aunque a una mirada superficial no lo parezca. Un chimpancé adulto da más señales de personalidad que un niño de un año. Lo que es potencial en el embrión no es el ser persona, sino el comportarse como persona. Todos somos personas en potencia en el sentido de que nadie ha desarrollado todas las posibilidades de una persona.

Entiendo perfectamente los motivos vivenciales que pueda tener una chica violada y con falta de recursos y todas esas cosas. Pero lo que no puedo admitir es que se crea que la mujer es dueña del niño. Ningún hombre tiene dueño. La teoría de los derechos humanos se fundamenta en que los hombres a diferencia de los animales y las cosas no pueden ser sometidos al dominio de nadie. Y los hombres débiles (niños, ancianos, enfermos ) deben ser protegidos.

En algo tan serio bastaría la sola probabilidad de que el embrión fuera hombre, para justificar una rotunda prohibición de cualquier intervención que lo pusiera en peligro. Para poder derribar una casa no basta con pensar que probablemente no hay nadie dentro. Hay que asegurarse primero de que no hay nadie. Para atentar contra un embrión habría que demostrar primero con seguridad que no es una persona. El Derecho Romano permitía el aborto porque consideraba al feto como parte de las entrañas de la madre. Esa concepción ya no es sostenible científicamente.

Ahora se nos viene encima una ley de reproducción asistida que autoriza la generación expresa de embriones para investigar y permite su comercialización, tráfico y uso industrial. El fin (para investigar, curar enfermedades de otros) no justifica los medios (producir y experimentar con una persona, arriesgarse a lesionarla, matarla). El hombre nunca puede ser utilizado como un medio.

Un hombre es un mundo de proyectos, de realidades,de sentimientos ¿Cuánto da de sí la vida de un hombre! Es libre y puede hacer el mal o puede hacer el bien y amar y ser feliz y hacer felices a otros ¿A cuántas personas se les está impidiendo esto! Todos somos responsables, en diversa medida. No podemos desentendernos. Estamos evitando con nuestra pasividad que cientos de miles de hombres puedan vivir su vida. No es una cuestión de moral privada (tú opinas esto, yo lo contrario y que cada uno haga lo que quiera) pues hay perjuicio de tercero. No es cuestión de ser tolerante. ¿Se puede tolerar el asalto de bancos, la esclavitud, la agresión a los hombres más débiles e indefensos? Y además, los más inocentes. Alguien tiene que defenderlos.

Por favor, haga algo: manifiéstese, proteste, aclare las ideas a sus hijos, despierte del sopor a sus amigos, saque el tema en el autobús, intervenga en la radio, publique un artículo, pegue carteles por la calle, organice una huelga, pida una audiencia a Zapatero y otra a Rajoy o a Pedro Sanz, grite por la ventana de su casa o cuelgue una pancarta, dé conferencias si sabe pero no se quede callado, o será cómplice y culpable.

Alfonso Baselga, Médico

Adopcion Espiritual

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