La Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC), que depende de la Organización Mundial de la Salud, el 29 de julio pasado, calificó de altamente cancerígenos a los anticonceptivos orales basados en la combinación estrógenos-progestágenos, e incluyó a este tipo de contraceptivos en el “Grupo 1”, en el que figuran aquellos productos “sobre los que hay suficientes evidencias de que son cancerígenos en humanos”
De acuerdo a la IARC, este tipo de anticonceptivos hormonales combinados, son los de uso más común, y se calcula “que los toman 100 millones de mujeres”, el 10% de todas las mujeres en edad reproductiva del mundo.
La declaración de la agencia internacional dependiente de la OMS, no sorprendió a quienes desde hace años han insistido en el mismo tema.
Por ejemplo en 2003, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) (USA), fue uno de las últimas instituciones que se sumó a la lista de asociaciones científicas que denunciaron “el sustancial aumento de varios tipos de cáncer en las pacientes tratadas con anticonceptivos orales. Aumento especialmente significativo en cáncer de mama, cáncer cervical, y cáncer de hígado
El reciente informe del IARC confirma lo dicho por el NCI, diciendo “previamente se había determinado que los contraceptivos orales tenían, en humanos, una relación directa con el aumento de cáncer de hígado. Este Grupo de Trabajo concluye que los contraceptivos orales combinados aumentan el riesgo varios tipos de cáncer en la mujer: cáncer cervical, cáncer de mama y, también, cáncer de hígado”
Ni siquiera el uso de estos productos, añade el informe, se justificaría como tratamiento postmenopáusico, ya que la menopausia aumenta el riesgo de cáncer en la mujer.
En algunos casos, concluye el informe, se justificaría médicamente su uso, en casos de cáncer de ovarios o cáncer de endometrio.
El informe hace un llamado a los médicos para que procedan con honestidad aclarando a sus pacientes todos los riesgos.
Juan Bacigaluppi
ABORTO
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