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La mujer china Mao Hengfeng fue sometida a torturas y a un tratamiento psiquiátrico forzoso por protestar, durante 15 años, contra la política del 'hijo único' que le obligaba a abortar, según ha informado la ONG Human Rights In China.
La pesadilla de esta antigua trabajadora de una fábrica de jabón en Shanghai comenzó cuando quedó embarazada por segunda vez en 1988. Esto contraviene la ley que desde la década de los años 70 sólo permite tener un hijo, método que las autoridades utilizan para resolver el problema demográfico del país más poblado del mundo (1.300 millones de personas).
En 1988, los jefes de las unidades de trabajo todavía controlaban la planificación familiar de sus trabajadores, por lo que le ordenaron que abortara, y cuando la mujer se negó fue enviada a un psiquiátrico en el que recibió medicación en contra su voluntad.
A pesar de todo la mujer decidió seguir adelante con el embarazo y fue despedida de la fábrica, tras lo que Mao Hengfeng inició una lucha por sus derechos que le costó años en prisión, torturas e incluso interrogatorios a sus dos hijas.
Embarazada por tercera vez, denunció a sus jefes ante los tribunales de Shanghai, y los jueces le aseguraron que si abortaba en esa ocasión fallarían a su favor.
Tuvo un aborto que le causó graves hemorragias, pero los tribunales no cumplieron su promesa y denegaron su demanda, alegando que la mujer había incumplido la ley de planificación familiar de China.
En la actualidad, cumple una sentencia de 18 meses de reeducación en un campo de trabajo, dictada en abril de este año, y según HRIC sigue sufriendo vejaciones tales como ser suspendida en el aire, atada de pies y manos, mientras los guardias le azotan.
Además, sus hijas, menores de edad, fueron interrogadas en varias ocasiones para que revelaran quién ayudaba a su madre a llevar a cabo su campaña de protestas, lo que según la ONG viola la Convención de la ONU sobre los Derechos de la Infancia.
La 'política de hijo único' ha producido el abandono de niñas en zonas rurales, los abortos forzosos, el desequilibrio de sexos en la población campesina y el surgimiento de una generación de hijos únicos sobreprotegidos por sus padres.
FUENTE : EFE
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