Esto fue como ganarse el Loto solo y con un pozo de 10 mil millones". Así describe Mario Martínez el epílogo de una búsqueda que se prolongó por casi siete meses y que hoy es la única esperanza para salvar la vida de su hijo Raimundo (14 años), afectado de una enfermedad inmune muy poco frecuente.
Lo que esta familia buscaba eran células madre de cordón umbilical. El único lugar donde podían encontrarlas era uno de los cerca de 75 bancos públicos que existen hoy en el planeta.
Dar con las células compatibles para Raimundo sólo fue posible gracias a una extensa búsqueda en las bases de datos de tres centros que agrupan bancos públicos de todo el mundo. Estas instituciones recolectan y almacenan células del cordón umbilical donados por las madres de recién nacidos. La idea es que en algún momento esas células pueden servir a pacientes en cualquier lugar del mundo.
"Las células madre de cordón tienen la capacidad de convertirse en células sanguíneas, por eso se utilizan en personas con enfermedades muy raras de la sangre, así como leucemias, algunas anemias y enfermedades inmunológicas", explica el doctor Francisco Barriga, director del Programa de Trasplante de Médula de la Universidad Católica.
Desde 1988 las células madre extraídas de cordón se están empleando como alternativa a los trasplantes de médula, pues se obtienen de manera segura, no invasiva y pueden trasplantarse sin necesidad de una compatibilidad tan exacta como la que se busca entre los familiares que donan médula a un paciente.
Bancos públicos y privados Más es mejor
El Programa Nacional de Sangre de Cordón del New York Blood Center fue el primero en su tipo. Fundado en 1996 por el médico chileno Pablo Rubinstein, en él se almacenan 25 mil unidades de cordón y es en la actualidad el primer banco al cual se dirigen los médicos de nuestro país cuando buscan un trasplante para sus pacientes.
Además de no tener fines de lucro, los bancos públicos se diferencian de los bancos privados en que las células madre están disponibles para toda persona que las necesite. Sólo se paga por ellas al solicitarlas.
En los bancos privados, en cambio, los padres pagan para que se extraigan y conserven las células de cordón de su hijo. Estas células están disponibles sólo para ese niño o un familiar, en caso de que llegue a requerir un trasplante.
En países desarrollados existe una competencia entre los bancos privados y públicos por captar cordones. Para los públicos abastecerse de un gran número de unidades aumenta las posibilidades de ofrecer mayor compatibilidad a los pacientes.
Esto es crítico en el caso de adultos. Un cordón al que se le ha extraído una gran cantidad de sangre contiene como máximo una cantidad de células suficientes para una persona de hasta 37 kilos. Por eso, para un adulto sobre 60 kg se necesitan dos unidades compatibles.
En Argentina A fines de abril pasado se inauguró en Argentina el primer banco público de células de cordón, bajo el alero del hospital Garrahan, de Buenos Aires. En Latinoamérica, éste se suma a los existentes en Brasil y México.
La doctora Ana del Pozo, directora del banco público de Argentina, explica: "Uno no hace un banco público para autoabastecerse, sino para aportar unidades y diversidad al pool internacional".
Esto es particularmente importante para minorías étnicas. "En Argentina, por ejemplo, tenemos poblaciones indígenas cuyos perfiles genéticos no se encuentran en bancos europeos o de EE.UU.", explica.
En Chile un proyecto ¿Y por qué no pensar en un banco público chileno?
Alguien ya se hizo la pregunta y, si todo marcha como está pronosticado, dicho banco comenzaría a funcionar "antes de fin de año".
Así lo afirma sin vacilar Alejandro Weinstein, gerente general de la Corporación Farmacéutica Recalcine. Con entusiasmado, cuenta que éste es el gran proyecto de su recién creada Fundación Genómika.
"Será un banco sin fines de lucro. Queremos obtener certificación internacional y aportar a los bancos públicos a nivel mundial", explica Weinstein.
El empresario ha visitado bancos en EE.UU. para conocer cómo opera el modelo. Está en contacto con instituciones en Israel y la próxima semana viajará a reunirse con el doctor Rubinstein, para analizar una posible colaboración con el NY Blood Center.
También ha hablado con el banco privado de células madre VidaCel, ubicado en Santiago. Aunque asegura que ellos actuarían sólo como depósito para las unidades que se recolecten en el banco, el gerente general de VidaCel, doctor Alejandro Guiloff, lo ve más como una alianza: "Estamos en conversaciones bastante avanzadas. Nosotros pondríamos la tecnología y ellos serían uno de los accionistas principales".
Mientras busca resolver cómo y con quiénes materializará su proyecto, Alejandro Weinstein también ha pensado cómo resolver la necesidad de autosustentar su fundación. "Genómika se dedicaría también a hacer investigación de frontera en células madre no embrionarias", indica, trasluciendo la posibilidad de que los fondos provengan de desarrollos en el área de la biotecnología.
Presente y futuro SALVADOS
ENTRE 5 MIL y 6 mil personas ya se han trasplantado en el mundo. Un tercio son adultos y en la mayoría de los casos se han empleado células de bancos públicos.
COMPATIBILIDAD
EN EL PROGRAMA Nacional de Sangre de Cordón de Nueva York, los médicos chilenos encuentran células compatibles con el 80% de los pacientes que las requieren.
Dar con las células compatibles para Raimundo sólo fue posible gracias a una extensa búsqueda en las bases de datos de tres centros que agrupan bancos públicos de todo el mundo. Estas instituciones recolectan y almacenan células del cordón umbilical donados por las madres de recién nacidos. La idea es que en algún momento esas células pueden servir a pacientes en cualquier lugar del mundo.
"Las células madre de cordón tienen la capacidad de convertirse en células sanguíneas, por eso se utilizan en personas con enfermedades muy raras de la sangre, así como leucemias, algunas anemias y enfermedades inmunológicas", explica el doctor Francisco Barriga, director del Programa de Trasplante de Médula de la Universidad Católica.
Desde 1988 las células madre extraídas de cordón se están empleando como alternativa a los trasplantes de médula, pues se obtienen de manera segura, no invasiva y pueden trasplantarse sin necesidad de una compatibilidad tan exacta como la que se busca entre los familiares que donan médula a un paciente.
Bancos públicos y privados Más es mejor
El Programa Nacional de Sangre de Cordón del New York Blood Center fue el primero en su tipo. Fundado en 1996 por el médico chileno Pablo Rubinstein, en él se almacenan 25 mil unidades de cordón y es en la actualidad el primer banco al cual se dirigen los médicos de nuestro país cuando buscan un trasplante para sus pacientes.
Además de no tener fines de lucro, los bancos públicos se diferencian de los bancos privados en que las células madre están disponibles para toda persona que las necesite. Sólo se paga por ellas al solicitarlas.
En los bancos privados, en cambio, los padres pagan para que se extraigan y conserven las células de cordón de su hijo. Estas células están disponibles sólo para ese niño o un familiar, en caso de que llegue a requerir un trasplante.
En países desarrollados existe una competencia entre los bancos privados y públicos por captar cordones. Para los públicos abastecerse de un gran número de unidades aumenta las posibilidades de ofrecer mayor compatibilidad a los pacientes.
Esto es crítico en el caso de adultos. Un cordón al que se le ha extraído una gran cantidad de sangre contiene como máximo una cantidad de células suficientes para una persona de hasta 37 kilos. Por eso, para un adulto sobre 60 kg se necesitan dos unidades compatibles.
En Argentina A fines de abril pasado se inauguró en Argentina el primer banco público de células de cordón, bajo el alero del hospital Garrahan, de Buenos Aires. En Latinoamérica, éste se suma a los existentes en Brasil y México.
La doctora Ana del Pozo, directora del banco público de Argentina, explica: "Uno no hace un banco público para autoabastecerse, sino para aportar unidades y diversidad al pool internacional".
Esto es particularmente importante para minorías étnicas. "En Argentina, por ejemplo, tenemos poblaciones indígenas cuyos perfiles genéticos no se encuentran en bancos europeos o de EE.UU.", explica.
En Chile un proyecto ¿Y por qué no pensar en un banco público chileno?
Alguien ya se hizo la pregunta y, si todo marcha como está pronosticado, dicho banco comenzaría a funcionar "antes de fin de año".
Así lo afirma sin vacilar Alejandro Weinstein, gerente general de la Corporación Farmacéutica Recalcine. Con entusiasmado, cuenta que éste es el gran proyecto de su recién creada Fundación Genómika.
"Será un banco sin fines de lucro. Queremos obtener certificación internacional y aportar a los bancos públicos a nivel mundial", explica Weinstein.
El empresario ha visitado bancos en EE.UU. para conocer cómo opera el modelo. Está en contacto con instituciones en Israel y la próxima semana viajará a reunirse con el doctor Rubinstein, para analizar una posible colaboración con el NY Blood Center.
También ha hablado con el banco privado de células madre VidaCel, ubicado en Santiago. Aunque asegura que ellos actuarían sólo como depósito para las unidades que se recolecten en el banco, el gerente general de VidaCel, doctor Alejandro Guiloff, lo ve más como una alianza: "Estamos en conversaciones bastante avanzadas. Nosotros pondríamos la tecnología y ellos serían uno de los accionistas principales".
Mientras busca resolver cómo y con quiénes materializará su proyecto, Alejandro Weinstein también ha pensado cómo resolver la necesidad de autosustentar su fundación. "Genómika se dedicaría también a hacer investigación de frontera en células madre no embrionarias", indica, trasluciendo la posibilidad de que los fondos provengan de desarrollos en el área de la biotecnología.
Presente y futuro SALVADOS
ENTRE 5 MIL y 6 mil personas ya se han trasplantado en el mundo. Un tercio son adultos y en la mayoría de los casos se han empleado células de bancos públicos.
COMPATIBILIDAD
EN EL PROGRAMA Nacional de Sangre de Cordón de Nueva York, los médicos chilenos encuentran células compatibles con el 80% de los pacientes que las requieren.
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