25 mayo 2005

La Generalitat adoctrina a los médicos con una guía ideológica sobre la píldora del día después


Tras decir que el fármaco es “un método contraceptivo con pocos riesgos”, califica de “falsas creencias” realidades como el efecto abortivo de la pastilla o la necesidad de que las menores tengan el consentimiento de sus padres

La Generalitat de Cataluña ha distribuido recientemente una “guía práctica” en la que adoctrina a los médicos sobre la píldora del día después, que define en todo momento como “contraceptivo de emergencia” a pesar de que está demostrado su efecto abortivo. En uno de sus apartados, el Instituto Catalán de la Salud (ICS) explica que el fármaco tiene “pocos riesgos”, y añade que es “fundamental conseguir una buena accesibilidad a la información y a su uso entre las mujeres en edad reproductiva”. En otro de los párrafos, expone lo que el Gobierno catalán considera “creencias falsas”. Bajo este calificativo, incluye que “el uso repetitivo de la contracepción de emergencia (píldora abortiva) puede tener consecuencias negativas para la salud”, así como el hecho de que, “si se mejora la accesibilidad a la contracepción de emergencia, se utilizará este método como contraceptivo habitual”. También se refiere, en el mismo apartado, a la convicción de “que la contracepción de emergencia es una forma de aborto” o al hecho de que la píldora “promueve la irresponsabilidad y/o el comportamiento de promiscuidad sexual”. La Generalitat también considera falso “creer que las adolescentes y menores de edad no pueden recibir la (mal llamada) contracepción de emergencia si no es con el consentimiento de los padres”.



Por otro lado, esta guía del Gobierno catalán asegura que “los profesionales, en el momento de la indicación de la contracepción de emergencia, han de evitar actitudes que juzguen, comprometan la privacidad o desvirtúen las informaciones sobre los efectos secundarios a corto plazo (náuseas, vómitos, cefaleas, etc.) o a largo plazo”. Cabe recordar que, en el prospecto de la píldora del día después, se dice textualmente que el fármaco “no está recomendado para su uso en niñas ya que los datos disponibles en adolescentes menores de 16 años son muy limitados”. A pesar de ello, la Generalitat desacredita el criterio de los padres y sitúa por encima el de los médicos: “Los diferentes profesionales, médicos de familia, pediatras, ginecólogos, matronas, enfermeras y farmacéuticos) son los que deben proporcionar información sobre la contracepción de emergencia y los que tienen que dar la indicación, siempre trabajando con los criterios de esta Guía de práctica clínica”.

En un fragmento dedicado específicamente a la información individualizada, la guía asegura que, “para facilitar su uso (el de la píldora abortiva), es importante informar a las mujeres/parejas que tienen actitudes y valores contrarios al aborto de que la contracepción de emergencia no es un método abortivo”. Y en cuanto a las menores, la Generalitat establece que “el profesional de sanidad debe ser el responsable de determinar el grado de madurez y el estado psicológico de la menor a la hora de informarla e indicarle la contracepción de emergencia”. Esta frase revela que no se tiene en cuenta para nada lo que piensen los padres. En la misma línea, el documento añade que, “si la menor, según el criterio del profesional sanitario que la atienda, no tiene las suficientes condiciones de madurez para entender el alcance de la intervención/actuación sanitaria, hay que informar de ello a los padres o representantes legales para que puedan dar su consentimiento”. Por tanto, primero el médico y luego, en un segundo o tercer plano, los padres.

Gasto y más gasto

Nuestro periódico ha tenido acceso a esta guía de práctica clínica, editada por el Departamento de Salud de la Generalitat, casi 8 meses después de que el propio Gobierno catalán empezase a repartir la píldora del día después gratis y sin receta, dentro de un plan que supone un gasto anual de 500.000 euros. Se pone al alcance de todos los ciudadanos un lote con una caja de dos comprimidos del fármaco, un preservativo, un folleto informativo y una etiqueta adhesiva para evaluar el programa.

En España, como en otros muchos países, un menor necesita la autorización de sus padres para que le pongan una vacuna antitetánica, así como para todos los actos médicos que puedan provocar alguna reacción en el organismo. ¿Por qué cuando se trata de la píldora del día después, una menor puede adquirir el fármaco sin ningún tipo de autorización? La pastilla, que es abortiva, debería quedar limitada, al menos, a los tres supuestos despenalizadores que establece la ley (violación, malformación del feto y peligro para la salud física o psíquica de la embarazada). El argumento de la falta de tiempo, al ser necesario tomar la píldora en las 72 horas posteriores a la relación sexual, no justifica que se ofrezca el producto a todo el mundo.

El prospecto de la píldora del día después incluye una seria advertencia: No está recomendada para menores de 16 años
Mª Victoria Giménez

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