08 febrero 2006

Congreso estadounidense pide que se reexaminen de inmediato efectos del aborto en la mujer


Congreso estadounidense ha pedido al director de los Institutos Nacionales de Salud que se reexaminen de inmediato efectos del aborto en la mujer

Un estudio en Nueva Zelanda demuestra que existe una tendencia mucho mayor entre estas mujeres al suicidio, la depresión grave, los trastornos de ansiedad y la drogodependencia.


Aquí está enlazado el testimonio ante el subcomité de una Doctora en Derecho.

Noticia en inglés de www.culture-of-life.org

Una subcomisión del Congreso estadounidense ha pedido al director de los Institutos Nacionales de Salud que se reexaminen de inmediato los efectos que provoca el aborto en la mujer. Como ya publicó Análisis Digital, un estudio en Nueva Zelanda demuestra que existe una tendencia mucho mayor entre estas mujeres al suicidio, la depresión grave, los trastornos de ansiedad y la drogodependencia. El Congreso pregunta si hay en los Estados Unidos estudios de comparable rigor que afirmen lo contrario o si las norteamericanas, sencillamente, son distintas.

Hace 17 años, Everett Koop, entonces Cirujano General de Estados Unidos (entre cuyas funciones está la de articular políticas de salud públicas a partir de conclusiones científicas) dijo al Presidente Reagan que no había suficiente base empírica para afirmar o descartar la existencia de un vínculo entre el aborto y la depresión. La American Psychological Association negó después que el aborto causara trastornos psicológicos, y ésta es, hasta el día de hoy, la ‘doctrina oficial’ a la que se atienen los legisladores norteamericanos.

Koop sintió que su dictamen había sido intencionalmente malinterpretado. En 1989, escribió una carta a Bush padre en la que le pedía que se elaborara un estudio capaz de responder a la cuestión que le planteó Reagan. Para ello se requería hacer un seguimiento de un gran número de mujeres desde la infancia hasta la edad adulta. Algunas de ellas abortarían, por pura deducción estadística. Y entonces, al comprobar los efectos del aborto, habría suficientes elementos para poder descartar variables socioeconómicas o mentales como desencadenantes. El segundo aspecto es especialmente importante, ya que los abortistas defienden que los problemas de salud mental conducen al aborto y, además, lo justifican, pero se niegan a admitir siquiera la posibilidad de que esos trastornos mentales hayan sido provocados por éste.

Muchas peticiones como la de Koop han sido desatendidas. La respuesta ha llegado finalmente de Nueva Zelanda. El doctor David M. Fergusson, psicólogo que se define como “pro abortista, ateo y racionalista”, ha demostrado que existe una tendencia mucho mayor entre las mujeres que abortan al suicidio, la depresión grave, los trastornos de ansiedad y la drogodependencia. La Subcomisión del Congreso norteamericano sobre Justicia Penal, Política Antidrogas y Recursos Humanos, que tiene también competencias en asuntos de investigación científica y bioética, otorga una “alta credibilidad” a las conclusiones de Ferfusson, ya que se basan en un estudio longitudinal con más de 500 mujeres desde el nacimiento hasta la edad de 25 años. Además, Fergusson se basó en entrevistas a casi 13.000 mujeres.

El congresista republicano Mark Soulder, presidente de la Subcomisión, pregunta al director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) si hay “estudios con un rigor metodológico comparable publicados acerca de las mujeres estadounidenses”, o si existe “alguna razón significativa que sugiera que las conclusiones de Nueva Zelanda variarían con mujeres de Estados Unidos”.

Soulder no aceptará una evasiva por respuesta. “Llamo la atención sobre el hecho de que esta Subcomisión hizo un requerimiento a los NIH el 8 de octubre de 2002 relacionado con la crítica cuestión de las investigaciones con células madre, al cual no recibimos respuesta hasta el 18 de junio de 2004… No permitiremos que la presente demanda (sobre el aborto) se retrase, y estaremos en comunicación permanente con el Ministerio para que la respuesta llegue a tiempo y sea rigurosa”. El plazo expira a finales de febrero.

Patrick Fagan, investigador de la Fundación Heritage, adelanta ya una respuesta: “Por lo que yo sé, no tenemos nada que pueda compararse” al estudio de Ferugusson. Podríamos estar, pues, a las puertas de un cambio de doctrina en el país al que el mundo entero mira como referencia.

Adopcion Espiritual

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