Por Juan Meseguer Velasco
Desde que se liberalizó el aborto en Estados Unidos, el movimiento pro vida crece a ojos vista en fuerza, en vigor y en influencia. Cargados de creatividad, los pro vida están lanzando nuevas y originales campañas para reducir el número de abortos. Un rasgo común a todas ellas es el tono comprensivo centrado en la mujer, a la que ofrecen alternativas y soluciones específicas.
Nacida en Arizona hace diez años, VirtueMedia es una productora que aspira a cambiar la cabeza y el corazón de la gente a través de anuncios amables. Los guiones están muy elaborados: en 30 ó 60 segundos condensan una historia emotiva y transmiten un mensaje, que elogia el valor de la vida.
Un ejemplo es el testimonio de Norma McCorvey, más conocida como Jane Roe, la mujer que dio lugar a la sentencia del Tribunal Supremo Roe vs. Wade, de 1973, por la que se liberalizó el aborto en Estados Unidos. En este breve anuncio, McCorvey explica cómo se convirtió en una militante pro vida y pide que cambie la legislación sobre el aborto.
No más silencio
Otro anuncio que ha tenido mucho éxito es “Silent No More”. En él aparecen algunas mujeres que cuentan los trastornos que sufrieron después del aborto: depresiones, pesadillas, pensamientos suicidas y sentimientos de culpabilidad. El mensaje final del anuncio dice: “El aborto no solucionó nuestros problemas, sencillamente creó otros”.
El pasado septiembre, VirtueMedia puso en marcha una nueva campaña en dos cadenas nacionales: la MTV y la BET (Black Entertainment Television). Se trata de una serie de anuncios dirigidos a mujeres embarazadas o que ya han abortado. En ambos casos, los anuncios ofrecen un número de teléfono y una página web donde las afectadas pueden acudir para pedir ayuda.
La campaña duró cinco semanas. Durante ese tiempo, los organizadores recibieron 22.000 peticiones de ayuda. Según Tom Peter, presidente y fundador de VirtueMedia, la campaña ha logrado salvar a 11.000 bebés.
La mayoría de los anuncios se emitieron por la noche cuando muchas jóvenes entre 18 y 24 años están viendo la televisión. “Las mujeres que están pensando en abortar –explica Peter– tienen problemas para dormir y permanecen despiertas hasta altas horas de la noche. Por eso, aprovechamos esas horas para hacerles llegar nuestros mensajes”.
Este tipo de anuncios ha contribuido, junto con otras medidas, a que el aborto haya descendido en cuatro regiones de Estados Unidos. Desde que se empezaron a emitir los anuncios en 2005, en Arizona el índice de abortos descendió casi un 20%. Lo mismo ha ocurrido en Atlanta, Dayton (Ohio) y Charlotte (North Carolina), donde el aborto cayó un 10%, un 12% y un 15%, respectivamente.
Feministas por la vida
La defensa de la mujer se ha convertido en la nueva bandera del movimiento pro vida en Estados Unidos. Cada vez hay más campañas dirigidas a las mujeres que se enfrentan a un embarazo inesperado o que ya han abortado. Una organización con mucha experiencia en este terreno es Feminists for Life (FFL), impulsora de la emblemática campaña “Women Deserve Better” (“Las mujeres merecen algo mejor”).
El objetivo principal de FFL es eliminar de raíz las causas que llevan a las mujeres a abortar: la escasez de recursos prácticos y de apoyo emocional. Sus fundadoras sostienen que ser feminista es perfectamente compatible con ser pro vida; de hecho, dicen, una cosa lleva a la otra. “Nosotras estamos comprometidas con los valores de la justicia, la no discriminación y la no violencia”.
La idea básica que FFL sostiene es que la sociedad se ha olvidado de las necesidades de la mujer real. Muchos han planteado el debate sobre el aborto como un conflicto entre los derechos de la madre y la vida del bebé. Sin embargo, se han desentendido de hacer a la mujer la pregunta decisiva: ¿qué necesitas?, ¿qué es lo que realmente quieres?
Con esta premisa, FFL ha puesto en marcha una campaña informativa en varias universidades estadounidenses (College Outreach Program). El objetivo es ofrecer a las estudiantes recursos prácticos para afrontar un embarazo imprevisto: casas de acogida, ayudas por maternidad, cuidado y transporte de niños, etc.
Otra organización feminista que se opone al aborto es Women Exploited by Abortion (WEBA). Las mujeres que pertenecen a WEBA han abortado y se arrepienten de ello. Su cometido es educar a todas las mujeres sobre los efectos del aborto, para que busquen una alternativa.
WEBA saltó a la opinión pública estadounidense gracias a un informe realizado por David Reardon. Tras encuestar a más 250 mujeres que habían abortado en 42 Estados, Reardon llegó a la conclusión de que la mayor parte de las mujeres que abortan lo hacen porque se sienten forzadas por la presión de su pareja y/o su familia.
Soluciones a un “clic”
Pregnancy Line es una iniciativa que ofrece asesoramiento y apoyo a las mujeres embarazadas a través de una página web (www.pregnancyline.com y, en español, www.estoyembarazada.org). Para acceder a sus servicios, basta con introducir el código postal del sitio donde uno vive. En ese momento, aparecen los centros más cercanos donde puede pedir ayuda.
Estos centros ofrecen pruebas de embarazo, información sobre los efectos del aborto, recursos de apoyo para la embarazada, pruebas sobre enfermedades de transmisión sexual, casas de acogida, ayuda post-aborto. Ninguno de ellos practica abortos y tampoco remiten a clínicas abortistas. Todos los servicios se prestan de forma gratuita y confidencial.
Una iniciativa dirigida específicamente a adolescentes es Stand Up Girl. Se trata de una web (www.standupgirl.com) donde las chicas pueden desahogarse y compartir sus experiencias sobre un embarazo no deseado. Junto a algunos recursos prácticos, Stand Up Girl recoge abundantes testimonios de mujeres que han abortado y que desaconsejan lo que hicieron.
Recuperar la esperanza
Las mujeres que han abortado suelen quejarse del poco apoyo que reciben en las clínicas abortistas una vez que han puesto fin a su embarazo. La situación se agrava en el caso de que la afectada acuse síntomas de sufrir el síndrome post-aborto. Curiosamente, quienes se preocupan entonces de la mujer son los grupos pro vida.
AfterAbortion.org es una iniciativa creada por el Elliot Institute para ayudar a todas las personas que han sido tocadas por el aborto: desde la mujer que sufre remordimientos hasta el novio que le acompaña a la clínica, pasando por los abuelos y otros familiares que asisten al proceso en silencio.
Los promotores de AfterAbortion.org se definen a sí mismos como pro vida y pro mujer. Su lema es: “No puedes herir a un niño sin herir a la madre”. El objetivo de sus campañas es mostrar que la mujer es, junto con el niño, otra víctima del aborto.
Para que su mensaje llegue a la sociedad, han desarrollado una estrategia que consta de tres fases. La primera consiste en realizar informes y estudios sobre los efectos del aborto en las mujeres. La segunda trata de ayudar a las mujeres que han abortado a través de una pastoral basada en la idea de la misericordia de Dios. La tercera impulsa reformas legales para ayudar a las madres a solucionar problemas concretos.
Otra iniciativa dirigida a mujeres que han abortado es Project Rachel. Se trata de una red de consejeros profesionales y sacerdotes católicos que ofrecen apoyo espiritual y psicológico en más de 140 diócesis de Estados Unidos.
Su nombre viene de la Biblia: “Una voz se oyó en Ramá, / llanto y lamento grande: / es Raquel que llora por sus hijos, / y no admite consuelo, porque ya no existen” (Jr 31, 15).
Project Rachel intenta devolver la esperanza a las mujeres que padecen un proceso de duelo, acentuado por un fuerte sentimiento de culpabilidad. Entre otras cosas, organizan terapias de grupo y retiros espirituales dirigidos específicamente a mujeres que han abortado. En su página web (www.hopeafterabortion.org) pueden verse testimonios de mujeres que han rehecho su vida.
Leído en Aceprensa
Adopcion Espiritual
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