por Ángeles Sáez de Adana Tarifa
Hay bebés que nacen y toda su vida serán niños, su cuerpo crecerá pero su espíritu siempre será infantil. Los “adultos” les llamamos “deficientes psíquicos” por llamarles de alguna manera. Esto, en principio, no significaría que su dignidad como persona, fuera inferior a la de los que nos llamamos “normales” a nosotros mismos. Pero no siempre es así
Beatriz es una de esas niñas que nunca dejarán de serlo. Es asturiana, vive en Avilés y tiene veintisiete años, pero necesita calor y confianza; es dependiente como si tuviera tres años. Beatriz y su hermano, que también es como ella, no pueden ser atendidos por sus padres y son confiados a una institución privada, “La Amistad”, que recibe subvenciones del Ayuntamiento de Avilés, de la Caja de Ahorros, de la Consejería de Bienestar Social…
Allí es donde empieza la tragedia de Beatriz. Según testigos presenciales, su hermano, sometido a tratamiento psiquiátrico, aparece un día muerto y es enterrado silenciosamente, sin que nadie investigue su muerte repentina. No se le practica una autopsia ni se buscan las causas de su muerte.
Pese a pagar íntegramente su pensión, como otros muchos chicos, en este centro de Avilés a veces toman comida caducada proveniente de la Cruz Roja, a menudo sufren castigos físicos y maltratos psicológicos. Elba, una de las chicas deficientes que vive allí, permanece todo el día atada a su silla de ruedas y por la noche duerme en el suelo en una colchoneta. Un día BeatrizAida, la directora de “La Amistad” , con una sonora bofetada.
Chicos y chicas duermen en un piso a cargo de un solo cuidador que no da importancia a que exista promiscuidad entre ellos. “Los deficientes tienen derecho a tener su sexualidad” dice la Consejera de Bienestar Social de Asturias, Laura González.
En este ambiente, Beatriz se queda embarazada en el mes de junio de 2004. Sin embargo, en el centro no se percatan de ello hasta que le faltan cuatro ciclos menstruales… Lo que añade más dramatismo a toda esta situación es que, para tapar todas estas circunstancias, hay que matar al inocente: hay que quitarse al niño de en medio. Para que todo esto no salga a la luz, por unos intereses mezquinos y ruines, se manipula con la vida de dos inocentes, la de Beatriz y su hijo.
Cuando el 26 de noviembre de 2004 la prensa sacó a la luz que una deficiente psíquica estaba embarazada, que su familia pedía su incapacidad legal y solicitaba al juez José Luis Niño la autorización del aborto, no conocíamos nada de lo que he relatado anteriormente. Sin embargo, la reacción social fue inmediata. Se realizaron dos concentraciones silenciosas en Avilés y Oviedo, promovidas por la plataforma ciudadana HazteOir.org y la Asociación de Víctimas del Aborto, solicitando que se le practicase una cesárea a la madre y se diese al niño en adopción. De todas partes de España y del mundo llegaron ofrecimientos para hacerse cargo de la madre y de su hijo. El Arzobispo de Oviedo ofrece ayuda al niño y a la madre y distintas instituciones eclesiales se harían cargo de los dos. El Colegio de Médicos de Asturias desaprueba este aborto y ofrece soluciones médicas como ayuda. La prensa de todo el mundo se hace eco de este hecho…
Los que desde el principio hicimos causa propia el salvar la vida de este niño le pusimos un nombre: Pelayo, como el héroe de la reconquista. Pero, como dije antes, Pelayo estaba condenado a muerte desde el principio: dos inocentes estaban sentenciados, la madre por ser deficiente y el hijo por si lo era. La eugenesia o selección de los seres humanos “sanos” antes de nacer ya fue propugnada por un loco que quiso invadir Europa con la pureza de la raza aria. ¿No resulta indignante que en España, a pesar de este antecedente histórico, exista un supuesto de despenalización del aborto para los fetos que presenten malformaciones? En pleno siglo XXI a todos nos repugna la ideología nazi, pero nuestra ley condena a muerte al deficiente.
Pelayo murió a primeros de enero en una clínica de Barcelona, probablemente en Ginemédex. Ahí es donde abortan todas las mujeres que en otros lugares no se atreven a hacerlo debido a su avanzado estado de gestación.
La Consejera de Bienestar Social acusó a la Iglesia y a quienes luchábamos por salvar la vida de Pelayo de “fariseísmo” ya que “existían en el principado al menos cincuenta niños por adoptar y hacíamos demagogia con este caso”. Sin embargo, por mediación de la Consejería y una vez reestablecida Beatriz de su “intervención” será ingresada en el Sanatorio Marítimo, regentado por los Hermanos de San Juan de Dios. Estos hace dos meses habrían acogido, con el amor que les proporciona su vocación, a Beatriz y a Pelayo.
El Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro ha anunciado su intención de interponer querella contra el juez Niño que autorizó el aborto y la clínica Ginemedex, que presuntamente realizó el crimen. Y los personajes públicos asturianos que propiciaron toda esta situación, los que pusieron el dinero, los que están tratando de tapar con el crimen de un inocente sus intereses personales y sus negligencias profesionales… ¿se van a quedar impunes?
04 febrero 2005
En España existe licencia para matar a un inocente
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario