23 octubre 2005

Mitos y realidades sobre el inicio de la vida y el aborto

Mito: "No es un ser humano. No es más que un montón de células. Y además no se da cuenta de nada."

Realidad: Si fuera verdad, no nacería de ello un niño ni los análisis detectarían una vida humana nueva. Ese montón de células se llama cigoto y es un ser humano en sus primeros estadios de vida. Por la misma lógica se podría tirar un diamante a la basura, pues antes de tallarlo y pulirlo no es más que un pedrusco gris. La realidad es que el ser humano empieza a existir desde el momento en que se forma un genoma nuevo al unirse las cargas genéticas de ambos progenitores. A partir de ese momento va evolucionando constantemente hasta el momento de su muerte. En cuanto a no darse cuenta, por ese argumento también se podría matar a una persona cuando está durmiendo. Y, por otro lado, el embrión ya siente dolor y miedo desde los 2 meses.

Mito: "Antes de las dos semanas, no es más que un pre-embrión y se puede utilizar para investigación o destruirlo."

Realidad: Antes de la implantación en la matriz, el embrión es el mismo ser humano que después, y en caso contrario, los investigadores no desearían utilizarlo para investigación. La distinción entre antes y después del día 14 es una línea artificial que los científicos han trazado recientemente (nunca existió tal distinción) y que no se ajusta siquiera a la fecha de la implantación, que suele ser alrededor del día 7, no el 14. El Informe Warnock de 1984 fue el primero en usar el término pre-embrión, reconociendo que se debía a motivos políticos (para permitir la experimentación con embriones) y no científicos. Como consecuencia de ello, se han modificado los manuales de Medicina para incluir esta "nueva" categoría evolutiva acientífica.

Mito: "La mujer es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que quiera".

Realidad: En primer lugar, el niño no es parte del cuerpo de su madre, como nosotros no somos parte de nuestra casa, aunque vivamos en ella. Y por otro lado, no tenemos derecho a matar a alguien sólo porque esté dentro de nuestra casa. El niño en gestación es un ser humano distinto, con vida propia, que está alojado provisionalmente en su madre. Prueba de ello es que cuando se le aborta, la mujer no queda mutilada... físicamente, al menos. Otra refutación de ese mito es que si fuera cierto, tampoco tendrían inconveniente las mujeres que abortan en cortarse un dedo u otra parte de su cuerpo... y eso no lo hacen.

Mito: "No se pueden traer al mundo más hijos que los que se puedan mantener dignamente. Hay que planificar responsablemente la familia".

Realidad: El listón de la "calidad de vida" ha variado a lo largo de los siglos y, sin embargo, la gente ha tenido a sus hijos y han sobrevivido sin las comodidades que tenemos ahora. La vida tiene un valor en sí, independientemente del bienestar que conlleve... y la vida da muchas vueltas. En ningún caso se puede justificar el aborto de un hijo para que otro pueda disfrutar de más bienes. La planificación responsable consiste en no engendrar los hijos que no se quieran tener, no en matarlos una vez engendrados.

Mito: "Las mujeres abortan porque no tienen medios para mantener a sus hijos o porque son madres solteras".

Realidad: La gran mayoría de las mujeres que abortan tienen un buen nivel económico y cultural (ver DATOS I.V.E.), y la mayoría tienen cónyuge o novio. Además, el Estado tiene la obligación de usar el dinero público para ayudar a mujeres gestantes con dificultades económicas, e impedir así que recurran al crimen del aborto. También hay numerosas ONGs que ayudan a la mujer embarazada y en cualquier caso, siempre se puede dar al niño en adopción. El fin no justifica los medios y en ningún caso se puede matar para mejorar la calidad de vida a otro.

Mito: "Para que luego se mueran de hambre..."

Realidad: "... es mejor matarlos antes". Los que así opinan quieren acabar con los pobres en vez de acabar con la pobreza. La muerte es la misma, antes que después, y al menos después, los niños del Tercer Mundo tienen una oportunidad de sobrevivir ayudados por alguna ONG, Misión, etc. La verdadera solución al problema del hambre no es matar a los hambrientos sino dejar de explotar y corromper al Tercer Mundo y de destrozarlo con las interminables guerras que sirven de lucro a los comerciantes de armas.



Mito: "Este mundo está tan podrido que es mejor no traer niños al mundo".

Realidad: ¿Acaso no hay gente feliz en el mundo? ¿Porqué privarle a tu hijo de encontrar la felicidad que tú no has encontrado? ¿Acaso tiene él la culpa de que a ti no te haya ido bien? Y si crees que el mundo es tan malo ¿porqué no te matas tú también? Pero hay que tener vida para poder quejarse, y no debe ser tan mala cuando no lo haces. Mientras haya vida, hay esperanza.

Mito: "Si los hijos no son deseados, luego serán muy desgraciados y los maltratarán".

Realidad: Una investigación sobre el maltrato infantil llevada a cabo por el canadiense Dr. Lenoch descubrió que el 90% de los niños maltratados provenían de embarazos deseados. En cuanto al "deseo", es un sentimiento muy variable, que puede cambiar varias veces a lo largo de un embarazo... y que se transforma en felicidad en el momento de ver nacer al hijo. Por otro lado, el derecho a la vida no puede depender de ser o no deseados. Si los padres declinan su responsabilidad con sus hijos ya engendrados, el Estado y la sociedad deberán ser subsidiarios para garantizar el derecho a la vida de todos.


Mito: "A nadie le gusta abortar, pero si no tiene más remedio, no debe ir a la cárcel por ello".

Realidad: Siempre hay otro remedio antes que matar... o se busca. Desde el principio del mundo ha existido la adopción y actualmente hay más de 1.000 parejas esperando adoptar un hijo en España. Tienen que recurrir a la adopción internacional porque en España las mujeres prefieren abortarlos. Por otro lado, los drogadictos tampoco tienen más remedio que robar para comprar droga, pero van a la cárcel de todos modos. Todos los presos de las cárceles suelen afirmar que "no tuvieron más remedio" que cometer el delito... y no por ello les dejan en libertad.

Mito: "Hay que hacer legal lo que es real en la calle"

Realidad: Según esa lógica también habría que legalizar el robo, el asesinato y cualquier otro delito de los que existen a montones. Tampoco sería justo que hubiera gente en la cárcel, y habría que dar amnistía general y definitiva. Sobrarían los jueces, la policía, los legisladores, los gobernantes y las leyes. También sobraría el Estado de Derecho y sería de nuevo la ley de la selva.

Mito: Si el aborto está legalizado no puede ser un crimen.

Realidad: Aunque lo haga, el Estado no tiene potestad para legalizar el asesinato, pues la vida no es una “prestación” del Estado, sino que es anterior a él y está por encima de sus competencias. El derecho a la vida es Ley Natural, porque forma parte de nuestra naturaleza querer vivir. El Estado tiene obligación de tutelarlo, y para ello existe. Ir en contra de este derecho natural invalida la autoridad del Estado, que fue creado para defenderlo. Por tanto una ley que ampara el crimen es una ley injusta y espuria.

Mito: "El aborto hoy en día es seguro y sin riesgos. Es más seguro que el parto."

Realidad: ¿Para quién? Desde luego no para el niño. Tampoco lo es para la madre, pues el aborto es cuatro veces más peligroso que el parto, según un estudio financiado por el Gobierno de Finlandia que figura en la sección de "Riesgos y Secuelas del aborto". El trauma y las secuelas físicas y psicológicas que sufre la mujer que aborta son graves y a menudo irreversibles, y pueden provocar hasta la muerte y la locura. ¡

Mito: "La salud y la libertad de la madre están por encima de la vida del niño"

Realidad: Ese fue el argumento del Tribunal Constitucional para dar luz verde a la despenalización del aborto. Sin embargo, esa perspectiva es la misma del sistema de castas de la India y convierte a los niños en gestación en los parias de Occidente. Es una premisa muy peligrosa pues significa que unas vidas valen más que otras, y justificaría igualmente la pena de muerte para los criminales y para los indeseados de la sociedad (ancianos, enfermos, etc.). Ese fue el argumentó que usó el nazismo para los horrores del Holocausto.

Mito: "El aborto está justificado cuando corra peligro la vida de la madre"

Realidad: Eso siempre ha sido así y antes de la despenalización, se daban algunos casos de abortos terapéuticos cuando realmente peligraba la vida de la madre. Pero eran casos muy raros, pues con el avance de la medicina es muy improbable que haya que sacrificar al hijo para salvar a la madre. Los abortos que se realizan por motivos de "salud materna" (el 97%) no se deben a ningún riesgo para la salud de la madre. Al contrario, la salud de la mujer queda dañada por causa del aborto (Ver Riesgos y Secuelas del aborto).

Mito: "En caso de violación, el aborto estaría justificado"

Realidad: Los que así opinan ¿justificarían también la pena de muerte para el violador? Entonces ¿por qué para la víctima? Y por otro lado, es raro que una mujer violada se quede embarazada, pues el trauma suele impedir la fecundación, en el caso de que estuviera ovulando. Sólo se produce un embarazo en 1 de cada 4.000 violaciones. Las estadísticas anuales reflejan sólo un 0'4% de abortos por violación. Además, la experiencia y los estudios demuestran que el trauma de la violación se agudiza y perpetúa cuando se le añade un aborto, mientras que al tener el hijo, la mujer se olvida de la violación.

Mito: "Si el niño tiene malformaciones..."

Realidad: A ese argumento se le llamaba "eugenesia" en tiempos de Hitler, y justificó los millones de muertos en las cámaras de gas. El mito de la superraza lleva hoy a Occidente a justificar el aborto de todos los niños con Síndrome de Down o cualquier otra enfermedad. Sin embargo, el diagnóstico prenatal siempre es probabilístico, y a menudo los médicos se equivocan y los niños nacen sanos. Este supuesto es especialmente absurdo cuando actualmente ya es posible el diagnóstico fetal y la cirugía intrauterina, que ha tenido ya numerosos éxitos, curando enfermedades antes de nacer.

Mito: "Cuando se trata de adolescentes, el aborto es por su propio bien, para no interrumpir sus estudios, etc."

Realidad: Las adolescentes que abortan tienen más predisposición a la anorexia y la bulimia, a problemas de concentración, así como a trastornos de conducta y al consumo de drogas y alcohol. Su vida y sus estudios quedan trastornados precisamente por causa del aborto. Otra reacción es la promiscuidad, que lleva a más embarazos no deseados.

Mito: "El aborto debe ser una opción de la mujer, pues ella es quien queda embarazada".

Realidad: El aborto afecta tanto a la madre como al padre, pues el hijo es de ambos. La decisión, en cualquier caso, tendría que ser de los dos. El aborto generalmente rompe la pareja, siendo causante de un 70% de separaciones en las parejas que lo han realizado, dentro del plazo de un año. Y en ningún caso puede nadie disponer de la vida de otro, aunque sea su madre, y especialmente por ello.

Mito: El aborto es una cuestión íntima y personal, un asunto de conciencia y de libertad personal.

Realidad: También lo es robar, estafar o matar personas nacidas. Cualquier delincuente ha optado también libremente por cometer su delito, y no por ello está justificado y despenalizado.

Mito: El aborto es un “derecho reproductivo” de la mujer, y es una prestación de salud pública que los Estados deben ofrecer a la mujer.

Realidad: Ese es el argumento que usan en la actualidad los promotores mundiales del control de la natalidad, en vista de que el exceso de población ya no justifica sus campañas abortistas, pues la población mundial se ha reducido alarmantemente. Con la IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar) al frente, la industria antinatalista reclama el derecho a matar al hijo engendrado y afirma que ello debe ser protegido y fomentado por las legislaciones de todos los países. Esto es evidentemente un absurdo y una aberración, que sólo puede entenderse desde el poder económico, político y mediático del que disponen. Nunca puede ser un derecho de nadie matar a otro, y mucho menos puede estar protegido y fomentado por los gobiernos. Y el argumento de la salud pública es igualmente falaz, pues el aborto es muchísimo más peligroso que el parto y tiene secuelas gravísimas para la mujer, denominadas Síndrome Post-aborto.

Mito: La prohibición del aborto es cosa de la Iglesia y los no-creyentes no están obligados a obedecerla.

Realidad: El aborto ha estado prohibido desde el principio de la civilización, y así lo determinaba ya, en la Grecia clásica, el Juramento Hipocrático que hacen los médicos al licenciarse. Todas las principales religiones lo prohíben (Judaísmo, Islam, Cristianismo) y ha sido prohibido históricamente por todos los Códigos Penales de todos los Estados. Ello se debe a que el derecho a la vida es tan antiguo como la naturaleza humana, y responde a una ley natural anterior a la ley humana. En cualquier caso, aunque el hombre la transgreda "legalmente", la Naturaleza siempre pasa factura.


Conclusión: Si no está vivo... ¿por qué está creciendo? Si no es un ser humano... ¿qué clase de ser es? Si no es un niño... ¿por qué se chupa el dedo? Si es un ser vivo y humano... un niño... ¿¿por qué es legal matarlo??

TOMADO DE LISTA “HACER FAMILIA”

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