ABORTO

Sofía G. Lahera
La palabra misma está tan llena de contenido que no necesito añadirle ninguna otra para encabezar mi crítica.

Últimamente, los avilesinos salimos mucho en prensa: canallas que ayudaron a que el 11 de marzo de 2004 sea un “bonito día” que recordar para España y el aborto de una chica oligofrénica. Estamos en racha.

No importa si uno es antiabortista o está a favor del aborto. Una cosa es la interrupción del embarazo durante las primeras semanas de gestación, algo que unos pueden justificar y otros no, y otra cosa es la carnicería que supuestamente ya le ha sido practicada a esa chica y a su hijo.

Dice el código civil que un menor de edad podrá ser incapacitado cuando concurra en él las causas de incapacitación (a esta chica le sobraban causas) y se prevea que las mismas persistirán después de la mayoría de edad. A esta chica le llegó la mayoría de edad y el cuarto de siglo abundantemente y nadie pensó en incapacitarla, hasta que surgió “el problema”.

Correspondería, en este caso, promover la declaración a sus padres o hermanos. Padres claro que tiene y respecto a hermanos, la prensa publicó que, salvo una hermana que no padece ninguna minusvalía psíquica, sus padres tuvieron otros cuatro hijos deficientes: uno, dos (no pararon en el segundo), tres y cuatro. Tres de ellos, desgraciadamente fallecidos. Sigue diciendo el Código Civil que las autoridades y funcionarios públicos que, por razón de sus cargos, conocieran de la existencia de la posible causa de incapacitación deberán ponerlo en conocimiento del Ministerio Fiscal. El Ministerio Fiscal no tuvo noticia alguna de la incapacidad de esta chica hasta que se decidió que tenía que abortar.

Pero además de toda esta literatura jurídica, tenemos el hecho de que, padeciendo la grave limitación de sus facultades, al llegar a la mayoría de edad, la patria potestad queda prorrogada. Sus padres, evidentemente, han venido tomando cuantas decisiones hubieron de tomarse hasta este momento, siendo la chica mayor de edad en base a la citada patria potestad prorrogada.

Hasta aquí un rollo legal. Ahí va otro:

Partiendo de las decisiones y la patria potestad prorrogada, tenemos una ley que desarrolla el Art. 43 de la Constitución Española. Cito el artículo por lo democráticos y constitucionalistas que somos todos en este país. La Ley de Autonomía del paciente, una ley que todo el mundo parece haberse pasado por el arco del triunfo. Digo “parece” porque igual me he perdido algo y resulta que estoy metiendo la pata hasta la ingle.

La citada ley que desarrolla asimismo al Convenio de Oviedo, garantiza que el paciente esté convenientemente informado ante una actuación sanitaria a fin de poder dar su consentimiento y en el caso de que el paciente no sea capaz de tomar decisiones o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de la situación, la decisión han de tomarla sus familiares o las personas vinculadas de hecho a él.

Además de haber controlado la menstruación de la chica, etc, etc, quien quiera que fuere responsable, resulta cuando menos extraño que no hasta pasados seis meses nadie haya notado nada. Pero, ya que nos vemos en estas, quizás acudiendo a un médico y haciendo lo que fuere oportuno, no tendría que haberse pedido ayuda a los Juzgados tan tarde, tan a destiempo y buscando el parto adelantado (ya no es un aborto) de una criatura viva. He leído que al ser la madre deficiente, el bebé podría ser como ella. ¿Cómo ella?, ¿Cómo ella? ¿có-mo-e-lla? Y yo pregunto, ¿pero, como alguien se atreve a pensar y a publicar algo así?

¿Qué se va a hacer con el bebé? ¿Cómo lo van a matar antes de extraérselo del vientre? El niño de Chabeli Iglesias nació con algo más de cinco meses de gestación y ahí está. El niño de esta chica tiene siete meses. Siete meses de gestación.

No era necesario acudir a un Juzgado porque al amparo de la Ley que todo el mundo se ha cuidado en callar, no se si por ignorancia o por otra cosa podrían haberse tomado decisiones sin que los demás nos hubiéramos enterado.

Me gusta estar bien informada, pero, de corazón, en este caso hubiera preferido permanecer en la ignorancia.

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